Cada vez concurren más a las peluquerías y utilizan la mayoría de los servicios, las compras de productos adicionales para ser usados en su casa o en el trabajo aumentan de manera considerable. No faltan a los gimnasios, cuidan mucho su cuerpo y los SPA están siendo el nuevo juguete de consumo. Cualquiera que lea estas líneas, pensaría en las mujeres, pero se equivocan porque el nuevo negocio y consumidores del sector de la belleza son los hombres.
El culto del cuerpo y mantenerse joven, ya no pertenece más a las mujeres; hay una lucha de quién se ve mejor estéticamente. Los hombres, de diferentes edades, tienen a la mano salones de peluquería y salones de belleza exclusivos para el género, que son espacios que están diseñados para que ellos logren el objetivo: verse bien.
Un negocio de hombres. Si pensamos desde el negocio, no cualquier espacio puede adaptarse a los varones. El comportamiento de compra y de consumo de servicios de peluquería y estética, va variando según las edades y sus respetivos trabajos. El género masculino es más complicado de conformar que la mujer, es más exigente a la hora de la calidad de los servicios y productos. No le gustan que le vendan, son compradores pensantes y gustan que se les atienda de una manera profesional y logran más pertenencia si encuentran el espacio que buscaban.
PERSONAL CARE
De acuerdo a mi experiencia de más de 800 asesoramientos a salones de peluquería y, los últimos 65 fueron destinados a varones, podría decir que la diferencia entre un varón y una mujer para el consumo de peluquería y estética, son los siguientes:
La Mujer:
- No tiene preferencias a la hora de elegir un profesional.
- Es muy golondrina (cambia muy seguido de salones).
- Espera y le gustan las promociones.
- No respeta los turnos.
- No planifica cuándo regresar a la peluquería.
- Tiene resistencia en la compra de productos.
- Llega al salón y quiere ya que la atiendan.
- No es de utilizar todos los servicios en el salón.
- Disfruta de la peluquería.
- Utiliza el salón como un espacio social.
El Hombre:
- Prioriza que la atención sea con otro varón (al menos en la peluquería).
- Logra rápida pertenencia, no es de cambiar de salones.
- No le gusta las promociones, quiere profesionalidad y una atención adecuada y acorde.
- Tiene el hábito de la puntualidad, por este motivo hay que respetarlo y mucho.
- Es obsesivo en lo que respecta al día que tiene que concurrir al salón.
- Acepta sugerencias del profesional en la compra de productos.
- Si en el salón de belleza hay servicios complementarios es de utilizarlos. Hay que ayudarlo a que los conozca.
Los sitios de Internet, como así también los eventos y atelieres de peluquería y estética, están siendo visitados por una cantidad muy importante de varones. Las imágenes en los salones están siendo repartidas entre mujeres y varones. Para el negocio de la belleza es indudable que el varón esté siendo uno de los atractivos. La pregunta sería, ¿hasta dónde las mujeres permitirán o cederán este ícono de la perfección?