En el mundo de las dietas siempre surgen polémicas y con ellas, nuevos protagonistas. En esta oportunidad, es el turno de Michel Montignac, el controvertido autor de varios libros y creador de la dieta que lleva su nombre, basada principalmente en la medición de los índices glucémicos (IG) de los alimentos.
En su visita a España para la presentación de su nuevo libro 'Prevenir y combatir la obesidad en el niño', el escritor polemizó con varios especialistas en nutrición y reveló, por ejemplo, que la lactancia artificial y consumir glúcidos con un IG muy alto durante el embarazo predisponen al niño a padecer obesidad. "La leche fuera del período de lactancia es completamente innecesaria. Tengo cinco hijos, perfectamente sanos y nunca han bebido leche que no fuera materna. No hay más que pensar en las mujeres japonesas que, a pesar de no tomarla, presentan unos niveles muy bajos de osteoporosis, frente a lo que sucede en Finlandia donde se consume mucha leche y, sin embargo, la citada enfermedad está muy presente".
Si bien en un principio se pensaba que la obesidad infantil era hereditaria o producto de un consumo calórico excesivo, Montignac concluye que el problema se debe a los “perversos” alimentos industriales con alto índice glucémico. “Los alimentos conllevan una serie de reacciones metabólicas en cadena que, al final, determinan si la energía resultante se quema o almacena. En la dieta infantil, la diversificación de la alimentación se hace de manera muy precoz (se inicia a los cuatro meses en lugar de a los seis) y se consumen demasiadas proteínas, entre dos o tres veces más de lo necesario, lo que provoca hiperinsulinismo”, afirma.
"En la etapa infantil lo primordial, más que una dieta, es enseñar unos hábitos correctos", explica la doctora Victorina Aguilar, directora del departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Alcalá (Madrid). Por otra parte, Javier Aranceta, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, añade que lo importante no es tanto que adelgacen sino que no sigan ganando peso, para que cuando crezcan su cuerpo se vaya adaptando".", explica la doctora Victorina Aguilar, directora del departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Alcalá (Madrid). Por otra parte, Javier Aranceta, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, añade que lo importante no es tanto que adelgacen sino que no sigan ganando peso, para que cuando crezcan su cuerpo se vaya adaptando".
La teoría de Montignac se fundamenta en dos pilares: el primero, es que el factor energético no es determinante en el peso, y el segundo, que lo importante es el aspecto cualitativo de la comida, y no el cuantitativo. A finales de los años 1980, este francés que trabajó muchos años en la industria farmacéutica, propuso la utilización de los Índices Glucémicos, que miden la capacidad que un glúcido tiene de elevar la glucemia después de la comida, con respecto a una referencia estándar que es la glucosa pura, que miden la capacidad que un glúcido tiene de elevar la glucemia después de la comida, con respecto a una referencia estándar que es la glucosa pura.
"Lo que Montignac propone es elegir los hidratos de carbono en función de la velocidad con la que se absorben. Sí permite las fibras pero no el almidón, presente en el arroz o las patatas, por ejemplo. Con esto se corre el riesgo de comer demasiadas grasas y proteínas, lo que puede provocar, por ejemplo, daños renales", declara Aguilar.
Además de los glúcidos, que deben componer un 40% de la pirámide alimentaria (preferentemente de bajo IG), Montignac recomienda consumir un 30% de proteínas (dos tercios de origen animal) y la misma cifra de lípidos (monoinstaurados y poliinsaturados). Las dietas tradicionales, sitúan el equilibrio nutricional en unas cifras algo distintas: 55%, 15% y 30%, respectivamente.
"El concepto de Índice Glucémico es indiscutible, lleva presente 22 años y, si no valiese, ya habría desaparecido. Lo que sucede es que al ser algo complicado de entender, algunos expertos no lo dominan", contesta Montignac. Y ésta es otra de las críticas de Javier Aranceta: "Seguir esta dieta requiere cierto nivel cultural para saber diferenciar la composición de los alimentos y conocer el índice glucémico".
Como conclusión, Julio Basulto, coordinador del grupo de Revisión, Estudio y posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN) enumera que los tres errores básicos del método Montigna son: obviar que es importante que la dieta sea pobre en proteínas animales; no insistir en la importancia de realizar ejercicio físico; y sobre todo, en tomar el IG como único referente en el tratamiento de la obesidad. (AEDN) son: obviar que es importante que la dieta sea pobre en proteínas animales; no insistir en la importancia de realizar ejercicio físico; y sobre todo, en tomar el IG como único referente en el tratamiento de la obesidad.
