El presente aporte está a cargo de la Prof. Liliana Bauer, quien se desempeña trabajando hace varios años en tareas de planificación, gestión y conducción para personas con problemas de sobrepeso, y el ya amigo de la Editorial, el Licenciado Oscar Incarbone, quien se desempeña actualmente en el Ministerio de salud de la Nación Argentina, coordinando Actividad Física en el Plan Nacional “Argentina Saludable”.
En estos últimos años se ha podido comprobar que son cada vez más, los niños que calificaremos como sedentarios, aquellos que pasan horas y horas sentados frente a la televisión o a la computadora, experimentando las virtuales aventuras que propone la “sagrada” play station. Y esos niños, nuestros alumnos, simplemente siguen con entusiasmo la tendencia que aprenden en sus propias casas y que impone la actual forma de relacionarse de sus mayores. Veamos algunos “por qué”:
Es indudable que los avances tecnológicos (algunos de ellos verdaderamente sorprendentes) inducen cada vez más a la comodidad y al ahorro de energía de las personas, por lo cual, éstas necesariamente tienden a consumir cada vez menos energía para realizar las mismas tareas. Como ejemplo se puede mencionar que cotidianamente va disminuyendo el número de personas que sale a realizar sus compras semanales o que camina hasta el banco para pagar sus impuestos. Hoy todo eso se puede hacer desde la propia casa, Internet mediante, cómodamente sentados ante una eficiente pantalla, frente a la cual se pasa cada vez más tiempo “sedentario”. Por lo que se podría inducir que el sedentarismo pasa por casa.
A esto se podría agregar que los tiempos para la atención personal se hacen más cortos, lo que tiene como resultado que la alimentación, especialmente la de los niños, se realiza cada vez de peor forma y más desorganizadamente.
Y lo dicho no se reduce a un hecho local que afecte sólo a nuestro país. De hecho, la obesidad ya seha convertido en una epidemia mundialy el número de afectados dentro de la población infantil es un problema endémico, que crece sin cesar.
En la siguiente figura podemos observar los principales factores de riesgo a nivel mundial:
Las encuestas registran aumentos alarmantes en las cifras de obesidad infantil y por ello, cada vez son más las entidades que unen sus fuerzas para luchar en contra de la enfermedad. Por lo que es conveniente reafirmar una vez más: la obesidad es una enfermedad.Felizmente en nuestro país, Argentina, el Parlamento ha votado recientemente una ley que así lo reconoce, por lo que, todos los estamentos médicos y asistenciales del Estado están obligados a prestar ayuda, tratamientos y medicación, en forma gratuita a los afectados, otro hecho importante es la instalación del 20 de noviembre como el día de la lucha contra la obesidad.
Pero, concentrándonos en nuestro tema axial que son los niños, debemos tener en cuenta que éstos experimentan un rápido crecimiento y desarrollo, por lo cual, es aconsejable que ante la presencia de un peso corporal excesivo no se implementen dietas hipocalóricas, sino que se continúe con igual consumo de calorías cambiando los hábitos alimentarios y aumentando laactividad física.
De esta forma, los niños logran aumentar su estatura, como parte de su normal proceso de crecimiento y mantienen el normal peso corporal. Así, se alcanza una ecuación sencilla y fundamental, la disminución de la relación entre el peso y la talla, es decir, se reduce en el tiempo, el índice de masa corporal.
Estudios y seguimientos realizados en varios países, comprueban que lo antedicho da resultados favorables e indican que la realización de cinco horas semanales de ejercicio ayudaría a frenar el avance de la pandemia.
Los resultados se obtuvieron luego de evaluar a niños de entre 11 y 13 años durante cuatro semanas, quienes consumieron la misma comida que consumían siempre, que aportaba entre 2000 y 2100 calorías por día, lo cual excede largamente las recomendaciones, en 200 a 300 calorías.
Los niños que participaron de la investigación fueron divididos en tres grupos: los sedentarios (sólo realizaban 2 horas de ejercicios en la escuela, por semana); los activos (se ejercitaban 5 horas semanales) y los deportistas (realizaban más 7 horas de actividad física por semana).
Sabemos que los niños de hoy en día se ejercitan menos y consumen alimentos más calóricos que antes, por lo que, al incrementar el gasto energético incluyendo ejercicios físicos, se observan resultados positivos.
La actividad física es lo mejor para prevenir el incremento de la obesidad en los niños. En ese momento de la vida en el que los hábitos generan fuerzas y raíces, no sólo se debe incentivar la práctica de la actividad física, sino que se deberían promover hábitos de alimentación saludables, aunque no se modifique la cantidad de calorías ingeridas.
Pero conviene recordar que no siempre exhibir un índice de masa corporal normal necesariamente indica que se está saludable. Cuidar la salud no sólo es prevenir la obesidad, sino también otros desórdenes metabólicos ocasionados por el sedentarismo y la alimentación incorrecta.
Las cifras de obesidad reportadas en el mundo resultan asombrosas y nos inducen a sospechar que nos enfrentamos a un problema extremadamente serio. De hecho, la Organización Mundial de la Salud ha indicado que en los países en vías de desarrollo, recién está comenzando a aflorar el problema de las enfermedades cardiovasculares, principalmente como consecuencia de una alimentación y un estilo de vida no adecuados.
Los ejemplos del avance de la obesidad infantil en el plano internacional abundan, por lo que, para este trabajo, sintetizaré los más significativos. Como lo muestra la figura que encontramos a continuación, un estudio realizado en la OPS-OMS en la ciudad de Quito, en Ecuador, demostró que casi 19 % de los escolares son obesos y que el 22 % tiene presencia de dislipidemias, lo cual significa que el problema ya está instalado en el hemisferio sudamericano y no es patrimonio exclusivo del estilo “estadounidense” de alimentación, como llegó a pensarse en un principio.
He aquí un ejemplo negativo de la globalización. Sumado a esto, estudios realizados en los mismos Estados Unidos, concuerdan en que la comida rápida es adictiva.
“Necesitamos un control radical de los proveedores alimentarios, para asegurarnos de que los alimentos que suministran al público sean bajos en grasa, azúcar y sal”, afirmó Mary Bellizzi, una experta del Grupo Especial de Obesidad Internacional, quien también dijo que “los Ministros de la Salud cuentan con los nuevos métodos necesarios para mejorar la calidad nutricional de alimentos disponibles a escala global, porque la educación no es suficiente”. Investigaciones realizadas en la Región Metropolitana de la ciudad de Santiago, en Chile, determinaron que el 66% de los menores come papas fritas o chocolates durante los recreos, y sólo un 6,9% prefiere los productos lácteos.
Es habitual encontrar, junto al cuaderno de Lengua, al libro de Historia y a la caja de lápices de colores, algún paquete de papas fritas que los niños reservan para el recreo, como así también el dinero necesario para comprarse un helado. Al día siguiente, posiblemente cambien algunos cuadernos y libros, pero no las papas fritas y el helado. Así transcurren los días y en las mochilas brillan por su ausencia las frutas, los flanes, los yogures o las leches. Esto sucede con la gran mayoría de los niños chilenos, según estableció un estudio efectuado, por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de ese país vecino.
¿Por qué este comportamiento? ¿Qué lo induce?
Los investigadores pusieron su mirada en el poder de la publicidad como formadora de los hábitos alimentarios de los niños y detectaron una serie de costumbres que impulsaban el desarrollo de niños cada vez más y más obesos. Conviene aclarar que la muestra estuvo integrada por 786 escolares, varones y niñas, que cursaban el primer ciclo de enseñanza básica y que pertenecían a todos los estratos socioeconómicos.
Se comprobó entonces que, el 80% de los niños recordó al menos un comercial de alimentos o bebidas que le agradaba especialmente, mientras que el 70% expresó su interés en probar nuevos productos que eran anunciados por televisión.
A todos ellos se les consultó sobre los principales productos que ingerían en la colación; si estaban acostumbrados a comer a deshora; qué productos les gustaban más y cuáles eran sus avisos comerciales preferidos. Al preguntarles qué alimentos compraban con su dinero, el 66% dijo preferir las papas fritas, las galletas, los chocolates, los helados y otros alimentos, todos ellos ricos en grasas saturadas. Luego venían las bebidas gaseosas y los jugos con un 14,5%, y en tercer lugar aparecía la leche, con apenas un 6,9%. Estos datos ayudan a explicar la creciente epidemia de obesidad infantil.
De hecho, el consumo de frutas es cada vez menos frecuente, por lo que los investigadores estiman que en pocos años más, se verán niños con problemas en las articulaciones y en la columna vertebral. Además, se adelantará la edad de aparición de las enfermedades cardiovasculares y subirán los niveles de colesterol.
Está comprobado que el respeto por las horas de las comidas es uno de los pilares esenciales para mantenerse en el peso correcto. Pero según refleja el estudio, más del 70% de los niños reconoció que comía a deshora, principalmente golosinas dulces y saladas. Otro hábito que se ha perdido y que los especialistas recomiendan como más saludable, es comer pan con un agregado durante el recreo. Actualmente, sólo el 10% de los pequeños lleva un sándwich al colegio.
El estilo de vida propicia que la mayoría de las actividades familiares giren alrededor de la televisión, los juegos de video y la comida de preparación rápida. Esas costumbres han traído como consecuencia un alto índice de obesidad infantil.
La Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes (AACPA) reporta que entre 16% y 33% de los menores de ese país son obesos. Este problema causa anualmente un promedio de 300 mil muertes y un costo de 100.000 millones de dólares. Esta situación es especialmente grave entre la población latina radicada en los Estados Unidos. Investigaciones de la Asociación Americana del Corazón (AHA) confirman que hay más niños latinos gordos que de otros grupos raciales. Los varones latinos de entre 6 y 11 años obesos, alcanzan un 17.4% y las niñas de esa misma raza un 13.7%.
Existen diferentes factores que propician la obesidad entre los latinos. En primer lugar, se ha comprobado que su dieta se modifica al llegar a los Estados Unidos porque tienden a consumir grandes cantidades de pan dulce, galletas saturadas de grasa, hamburguesas, papas, cebollas y tortillas fritas, así como muchas bebidas gaseosas. Son pocos los latinos que consultan las etiquetas de los alimentos para elegir los que contienen menos grasas y calorías.
Según el doctor Richard Strauss, director del Departamento de Control de Peso Infantil de la Escuela de Medicina de New Jersey, los niños con sobrepeso rebasan en unos 6 kilos su peso ideal. A quienes tienen entre 8 u 11 kilos de más se les considera obesos.
El mismo científico afirma que, los niños de hoy, pasan más tiempo sin realizar actividad. Durante el día apenas se mueven y cuando lo hacen, es sólo para caminar despacio. Otro factor que influye en la gordura de los infantes son los hábitos alimentarios de la familia. En la mayoría de los casos, se ha visto que los niños obesos tienen familiares que también lo son. Según la AACPA, los hijos de un padre obeso tienen un 50% de probabilidades de seguir esa tendencia cuando sean adultos y un 80% si sus dos padres son obesos.
Además de una dieta deficiente y de la cargar de una historia familiar de obesidad, otros elementos que causan este problema son: comer en exceso y rápido, la falta de ejercicio, las enfermedades endocrinas o neurológicas, el consumo de ciertas medicinas, la vida estresante, los problemas familiares, la baja autoestima, la depresión y el maltrato.
Lo cierto es que, los tiempos en que los niños pasaban la mayor parte del día jugando al aire libre han quedado muy lejos. Hace apenas 20 años, en la televisión sólo se veían hasta cinco canales y los chicos preferían estar afuera, jugando. Ahora las casas cuentan con una televisión con más de 180 canales, con las computadoras y los juegos de video, y con una heladera llena de comida con componentes grasos que propician la obesidad.
Además, hoy los padres tienen que trabajar duro para ganar el sustento y prefieren que sus hijos no salgan a la calle, por razones de seguridad. De esa forma, los niños se han convertido en buenos consumidores y están acostumbrados a obedecer los mensajes emitidos por las grandes cadenas de servicio rápido o las empresas productoras de golosinas.
Algunas medidas para controlar la obesidad infantil
Para la AACPA es necesario que los niños y sus familias lleven un programa de control de peso para combatir la obesidad. Entre sus medidas se destacan:
- Cambiar los hábitos alimentarios: básicamente, comer más despacio.
- Desarrollar nuevas rutinas y consumo de alimentos no grasos. Evitar las comidas rápidas o las denominadas “chatarra”.
- Reducir las porciones y consumir menos calorías.
- Incrementar la actividad física, especialmente caminar y mantener un estilo de vida activo.
- Saber qué come el niño en la escuela, es común que allí se vendan alimentos grasos o azucarados.
- Hacer comidas familiares en lugar de cenar enfrente de la televisión.
- No usar la comida como premio.
- Limitar los “antojitos”, léase refrescos y comida de preparación rápida.
- Evitar el uso de píldoras para perder peso.
- Asistir a algún grupo de apoyo.
Nosotros podríamos reforzar este criterio, agregando que la solución debería orientarse a fortalecer las estrategias que permitan instaurar una cultura de concientización de la alimentación, con base en alimentos que permitan mantener la buena salud en general y, muy especialmente, la de los niños.
Para ello, es imperioso impulsar una cultura alimentaria que tienda hacia lo sano y natural, procurando, especialmente en los niños, la disminución de la ingesta de alimentos altos en grasa y azúcar, lo que se ha dado en llamar “comida chatarra” y artificial.
Los especialistas recalcan, además, la necesidad de que los menores realicen actividad física para quemar las calorías adquiridas, que en el caso de los escolares, debe ser de una hora diaria como mínimo. Recomendación con la que estoy plenamente de acuerdo.
Una hora y media de ejercicio tres veces a la semana puede ayudar a niños conobesidada reducir, incluso a revertir, el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular, incluyendo la aterosclerosis o endurecimiento de las arterias, según un estudio de la Universidad de Rostock.
La contribución del juego para disminuir la obesidad infantil.
Propuestas de Juegos para niños, con problemas de sobrepeso o para generar educación, prevención y toma de conciencia en la niñez.
Además de todos los consejos que ya hemos repasado, mayoritariamente referidos a los hábitos alimentarios, se insiste en la necesidad de aumentar la actividad física y, precisamente, el juego es una herramienta lúdica y educativa de alta eficacia para lograr esta meta. Por lo tanto, éste será el medio o la herramienta elegida para que, desde los niños de la escuela primaria, se empiece a concientizar sobre hábitos de alimentación saludables y de calidad, como así también, hábitos de actividad física.
A continuación les ofrezco una selección de juegos bastante fáciles y muy divertidos, que se pueden practicar en la escuela y que están específicamente seleccionados para esos propósitos.
Nombre de la propuesta: “ARMANDO LA CASITA”
Material necesario: Un afiche grande de la “casita de la nutrición”. Muchos cartones con imágenes de productos correspondientes a dicha casita.
Desarrollo de la actividad: El docente divide al grupo en 4 ó 5 subgrupos, cada uno de los cuales se formará en hilera. El juego se desarrolla en forma de relevo y, a la indicación del docente, saldrá corriendo el primero de cada equipo hasta llegar a la meta final donde encontrará muchos cartones dados vuelta baca abajo. Cada uno de éstos contiene la imagen de un alimento de la “casita de la nutrición”. Previamente, en un árbol o en la pared se habrá colgado el afiche de “la casita de la nutrición” y cada alumno, por turnos, elige un cartón al azar lo da vuelta y corre a colocarlo en su lugar correspondiente.
Así hasta que pasen todos y el equipo que llene la casita primero, será el ganador.
Sugerencias, reflexiones y variantes: Cuando fijan los alimentos en su lugar de la casita, los niños pueden decir de qué producto se trata y mencionar alguna de sus cualidades.
Nombre de la propuesta: “5 AL DÍA”
Material necesario: Ninguno
Desarrollo de la actividad: Todos los niños estarán corriendo por el espacio de juego, el docente previamente explicará que las frutas y las verduras son una comida rica y sobre todo, muy nutritiva. El docente, en el centro del espacio, estará relatando los ingredientes que usó en sus ensaladas y en el postre durante el almuerzo y cuando nombre los tomates, todos deberán sentarse, cuando nombre la lechuga, todos deberán ponerse en parejas, cuando nombre la calabaza todos se acostarán boca abajo. Los alumnos que no estén atentos, al final tendrán una prenda, la cual se cumplirá en forma grupal.
Sugerencias, reflexiones y variantes: El docente podría pedir a los chicos que cada uno nombre una verdura de diferente color. Ejemplo: lechuga verde, tomates rojos, zanahorias anaranjadas, remolachas violeta; las frutas pueden usarse como alguna tarea especial, etc.
Nombre de la propuesta: “LA ENSALADA DE FRUTAS”
Material necesario: Cartones pequeños con imágenes de frutas.
Desarrollo de la actividad: El docente comenzará la clase explicando que comer frutas es algo muy bueno para el cuerpo, dado que contiene nutrientes que hacen a una alimentación de calidad.
Luego, divide al grupo en cuatro subgrupos. Unos se llamaran “las manzanas”, otro “las peras”, el tercero: “los kiwis” y el último: “los duraznos”.
Cada uno de estos grupos se formará en hilera detrás de la línea de salida. El juego se realiza en forma de relevos; los primeros de cada grupo, a la indicación del docente, saldrán corriendo hasta la meta final para buscar un cartón que contenga la figura de su propio equipo, para luego volver rápidamente y dar salida al que sigue. Así cada equipo buscará la fruta que le corresponde. El juego se realiza por tiempo (5 a 8 minutos) y el equipo que más frutas haya recolectado será el ganador.
Sugerencias, reflexiones y variantes: El docente podría pedir a los chicos que dibujen sobre papeles o el pizarrón, todas las frutas que puedan recordar. Esto se haría en forma grupal.
Nombre de la propuesta: “FUERZA, RESISTENCIA Y FLEXIBILIDAD”
Material necesario: Ninguno.
Desarrollo de la actividad: El docente, previamente a la iniciación de la clase, explicará que estas tres capacidades son fundamentales para mantener una buena calidad de vida, por lo cual tienen que formar parte de cada uno y debemos utilizarlas todos los días. Entonces propone, ¿vamos a practicar? Todos comienzan a moverse atentos por todo el espacio, a la voz del docente que nombrará una de las capacidades y cuando por ejemplo grite ¡fuerza!, todos deberán pensar y ejecutar rápidamente ejercicios para practicar esa capacidad y así con cada una de las capacidades, por algunos minutos.
Sugerencias, reflexiones y variantes: Al final de la clase, para cerrar el tema, el docente puede indicar que ejercicios son los más convenientes para desarrollar cada capacidad.
Nombre de la propuesta: “¡EL SEÑOR GRASA!”
Material necesario: Ninguno
Desarrollo de la actividad: El docente explicará que no es conveniente comer alimentos que contengan mucha cantidad de grasa, por las complicaciones que traen para la salud. Entonces, explica que hay otros alimentos que no contienen grasas y que son de mejor calidad para una buena alimentación, como las frutas y las verduras.
Luego les dice que las frutas han sido atrapadas por el “señor grasa” y que ellos, que son las verduras deben ir a rescatarlas, pero que para hacerlo deberán traspasar al “señor grasa” (docente disfrazado).
Entonces, los alumnos tratarán de llegar hasta donde están las frutas, sin ser atrapados por el “señor grasa”. Los que sean atrapados, volverán a la línea de salida y podrán seguir jugando.
Sugerencias, reflexiones y variantes: El juego dura el tiempo que el docente crea conveniente o hasta que todos hayan llegado a la zona de las frutas cautivas.
Nombre de la propuesta: “¡APRENDIENDO A COMER!”
Material necesario: Muchos cartones con imágenes de frutas, verduras, carnes y distintos tipos de alimentos.
Desarrollo de la actividad: Se reúne el grupo y se explica, en forma simbólica, que hay alimentos que tienen más calorías que otros y que para jugar habrá alimentos que tendrán más créditos que otros, según las calorías que contenga cada uno. Luego se les muestra en un afiche muy grande, una lista de alimentos con sus respectivos créditos. Se les permitirá observarla durante varios minutos para que la puedan leer y memorizar.
Luego se distribuyen por el espacio de juego cartones en los que habrá imágenes de alimentos, y el docente les propondrá que, cada uno, seleccione cinco figuras y arme su almuerzo según lo quehaya visto en el afiche y de la forma que crea más conveniente para conformar un almuerzo saludable. Al terminar se recorrerá cada uno de los almuerzos y se irá explicando cuántos créditos contiene cada uno de los menús y cuáles son los más convenientes y sus “por qué”.
Sugerencias, reflexiones y variantes: Se puede terminar la clase con un gran aplauso general, al estilo de los estudios de los canales de televisión. También se puede generar como un concurso de pesca para ver quién puede pescar alimentos saludables.
Nombre de la propuesta: “¡ALMORZANDO CON CHIQUITA!”
Material necesario: Mesas, manteles, cubiertos, platos y todo lo necesario para armar la mesa de un almuerzo.
Desarrollo de la actividad: Se juega en forma de teatro. El docente explica ciertas pautas necesarias para una buena alimentación, a la hora de la comida. Por eso, vamos a jugar a que estamos comiendo con “Moria” y se enseñan conceptos básicos: cómo hay que comer en forma lenta y que cada vez que se lleva un bocado a la boca, hay que apoyar los cubiertos sobre el plato. Otro, por ejemplo, qué importante es saborear y masticar el alimento en forma lenta y no comer apurados. Así se teatraliza un almuerzo con los alumnos en diferentes mesas y en cada una de estas debe haber un padre o una docente que nos ayude.
Sugerencias, reflexiones y variantes: Cuando termina el almuerzo todos podrían aplaudir como si hubiese finalizado el programa de televisión.
Nombre de la propuesta: “EL PLATO DE LA ALIMENTACIÓN”
Material necesario: Muchos rompecabezas gigantes del plato de la alimentación.
Desarrollo de la actividad: Los rompecabezas estarán divididos en “el volumen”, “la distribución”, “la composición”, “la porción” y “la forma de comer.”
Se distribuyen los rompecabezas por el espacio de juego y a la indicación del docente, cada participante buscará una parte y a su vez, luego buscará con cuál de los compañeros puede juntarse para formar el plato. Una vez que todos estén agrupados en quintetos se pararán, descalzos, alrededor de cada plato. El docente dará la consigna de que, cuando nombre una parte del plato, todos deberán tratar de pararse sobre ella y el primero de los cinco que lo logre sumará un punto. Así continuará nombrando cada parte y a su vez, tratando de que piensen en los ingredientes que componen cada plato.
Sugerencias, reflexiones y variantes: El juego dura el tiempo que el docente crea necesario, y al final de la clase se hace un repaso de lo que aprendieron jugando.
Nombre de la propuesta: “¡NIÑOS EN MOVIMIENTO!”
Material necesario: Un equipo de música.
Desarrollo de la actividad: Se le comenta al grupo que, para tener una vida activa, debemos movernos y hacer actividad física todos los días y que eso que hagamos nos va a resultar divertido, por que ¡siempre hay algo que nos va a gustar! Se enciende la música y se dice: “entonces vamos a jugar a que hacemos una gran caminata, imaginemos que caminamos por el parque, pero cuidado no se distraigan mucho con el paisaje, por que cuando se apague la música todos deberán sentarse rápido; el último que lo haga deberá decir cuál es la próxima actividad física, buena para la salud que tengamos que realizar”. La música continúa y el juego se repite varias veces, hasta que el docente lo crea que necesario.
Sugerencias, reflexiones y variantes: Al final del juego, el docente podría pedir que se realicen las actividades físicas que se hayan mencionado previamente.
Nombre de la propuesta: “¡LA GUERRA DE LOS ALIMENTOS!”
Material necesario: Muchos cartones con imágenes de los alimentos convenientes y los menos convenientes, extraídas del “rombo de la alimentación”, tizas.
Desarrollo de la actividad: Se divide al grupo en dos subgrupos y se marca, con las tizas en el piso del patio de la escuela un rombo gigante, dividido por la mitad. Luego se distribuyen en cada mitad, en igual cantidad y mezclados, los alimentos menos convenientes con los más convenientes Los equipos toman una mitad cada uno y a la indicación del docente, comenzarán a tratar de seleccionar los alimentos convenientes para que queden en su cancha y los menos convenientes los lanzarán hacia el equipo contrario. Así, luego de unos minutos, el grupo que más alimentos convenientes tenga, será el ganador.
El juego dura lo que el docente crea conveniente.
Sugerencias, reflexiones y variantes: Es conveniente explicar, en forma sintética, cuáles son los alimentos convenientes y los no convenientes, para que los niños aprendan a distinguirlos.
Sitios web sugeridos
Coalición Nacional para la Promoción de la Actividad Física: www.ncppa.org
Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos: www.dhhs.gov
Bibliografía
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