En 1898 el Profesor Pablo Pizzurno, Inspector General de Enseñanza Secundaria y Normal del Consejo Nacional de Educación, fue propulsor de una reforma que reemplazaba los ejercicios militares que se realizaban en las escuelas por una orientación científica de los movimientos llamada “Educación Física”.
El Dr. Enrique Romero Brest asumió la militancia de esta nueva línea y promulgó una enseñanza a partir del desenvolvimiento armónico de aptitudes, el perfeccionamiento psíquico a través del ejercicio y la formación del carácter por el juego y el deporte.
Estos nuevos principios educacionales lo apartaban de un mecanicismo gimnástico para inclinarse hacia principios espirituales, concepto que desarrolló en algunas de sus obras.
“La cultura física debe ser, ante todo, esencialmente educativa, creadora de una mentalidad culta, ennoblecedora de los instintos bajos, como medio de hacer de estos, verdaderos elementos de progreso social y no solamente objeto de exaltación de las modalidades ancestrales, propias del hombre primitivo” y sigue “Nuestros propósitos son mas elevados que lo que parece resultar de la forma externa de estas actividades: perder o ganar un juego, agrandar o hipertrofiar un corazón, un pulmón, una musculatura”.
El mismo Pizzurno valora el aporte del Dr. Romero Brest de esta manera en un discurso pronunciado en 1914:
“En 1900, mi estudiante de medicina, terminada su carrera universitaria, me anunció la decisión de dedicarse a su nueva profesión abandonando la enseñanza. Ese fue, lo afirmo en consecuencia, un momento decisivo para el desarrollo de la cultura física entre nosotros.
…Sentía la necesidad de que alguien, estudiando a fondo la cuestión, le consagrara especialmente todos sus esfuerzos. Ese seria un benefactor del país. Tuve la intuición clara de que el joven medico y ya hábil educador, podría realizar tal propósito. Quédese, le dije, al servicio de la enseñanza. Al país no le es indispensable un médico mas por notable que pueda llegar a ser. Ud. será infinitamente mas útil y salvará mayor numero de vidas previniendo la enfermedad, difundiendo la salud con todas sus benéficas consecuencias, por medio de un educación física racional impartida de un extremo al otro de la Republica.
…Ud. debe ser el hombre de la educación física en el país, aun cuando ello le cueste sacrificios de orden material. No solo de pan vive el hombre. Recuérdelo. Y el joven médico, cuyos sentimientos altruistas ya conocía, se dejo, fácilmente sugestionar.”
Con esta inspiración se dictaron entre 1901 y 1906 cinco “Cursos Normales Temporarios de Ejercicios Físicos para maestros” a partir de los cuales se entregaba un certificado de aptitud para la enseñanza en la escuela.
El quinto curso temporario fue declarado permanente dando origen en febrero de 1906 al Curso Normal de Educación Física primera forma estable del actual Instituto Superior de Educación Física N°1 “Dr. Enrique Romero Brest”. En su discurso a la primera promoción de egresados el Dr. Romero Brest se manifestó así:
“Una marea lenta y oculta, más sentida que vista, se levanta de todas las escuelas del mundo civilizado, avanza silenciosamente sacudiendo todos los obstáculos, removiendo todos los prejuicios y quebrantando los viejos moldes de la vieja pedagogía: es el concepto científico de la educación integral del hombre...”
Este objetivo de educación integral y humanista impregnó todas las etapas de la historia del Instituto desde su creación hasta nuestros días, y formó a trav{es de las décadas profesores y profesoras de Educación Física que llevaron y llevan a las escuelas juegos y deportes, contacto con la naturaleza y clubes atléticos, para varones y mujeres logrando así democratizar la diversión y la salud.
