La semana pasada me encontré con mis amigos Isabel y Josete y comenzamos a charlar sobre los servicios que ofrecen los gimnasios hoy en día.
Isabel me dijo “visité varios gimnasios de mi barrio hasta decidirme a cual apuntarme y la mayoría tenía unas máquinas de ensueño y algunos tenían unas cintas de correr que tenían un monitor incorporado donde podía ver hasta la tv. Pero apenas terminé de pagar 150 eurazos por tres meses, me di cuenta que estaba sola deambulando de máquina en máquina. Me senté en una máquina para hacer piernas, pensando que así perdería adiposidad y un cliente, ex deportista me dijo, que esa máquina era para trabajar deltoides posterior y no para perder adiposidad sino para fortalecer. Yo me pregunté ¿tendré que aprender anatomía y fisiología para venir al gym?”. Josete se incorporó a la conversación diciendo “venga tía no tienes que aprender anatomía ni fisiología, tienes que decirle a tu monitor que te ponga una rutina”, Isabel le respondió a Josete “A veces no está, otras veces está ocupado y agobiado, además ya bastante rutinaria es mi vida como para ir al gym a seguir una rutina”. Al terminar el relato de Isabel le pregunté a Josete si iba al gym y me dijo, “Ya no, ya no tengo presupuesto, me había apuntado a uno en cual pagué 6 meses adelantado para ahorrame unos pocos eurillos y ayer me encontré que en lugar del gimnasio había una nueva tienda, “El ChinoCor”.
En este pequeño relato de Isabel y Josete encontramos:
Máquinas de ensueño
Rutinas
Desilusión en el servicio,
Pago trimestral y arrepentimiento
Deambular por el gimnasio
Desconocimiento sobre cómo entrenar
Monitor agobiado
Gimnasio quebrado
Y por supuesto tienda de chinos
Muchos centros de fitness han vivido en una burbuja, en la burbuja del Fitness. Han mal gastado dinero durante años, hipotecando su futuro para tener las máquinas de última tecnología y unas instalaciones cinco estrellas. Era una época que para pedir un crédito bastaba con presentar el Dni. Hoy se están pagando esas hipotecas con menos socios, menos ingresos y un futuro incierto por las altas tasas de paro y la recesión en la que se encuentra la economía.
Muchos gimnasios de barrio han emulado y peor aún siguen emulando a las grandes cadenas internacionales de fitness pretendiendo imitar sus gestiones. Lo que puede ser un éxito para una empresa internacional puede ser una ruina para una pequeña PYME.
En varias ocasiones he advertido a los lectores de www.portalfitness.com .diciéndoosle “No os engañéis, podéis apuntaros al mejor gimnasio, con las mejores máquinas y el lujo de un hotel paradisíaco, pero si no tenéis un buen entrenador no alcanzaréis vuestros objetivos”.
Yo me pregunto
¿Realmente creen los gestores de gimnasios que las máquinas de luces de colores les va reportar clientes fieles y cautivos durante años?
¿Cuanta es la diferencia económica entre tener un monitor que no atiende a los clientes y tener un monitor que educa a los clientes y mejora su condición física? O una excelente recepcionista capacitada en marketing para que venda membresías?
¿Y cuanta es la diferencia económica en comprar las máquinas de última generación y realizar la reforma cinco estrellas?
¿Cuánto cuesta una máquina para trabajar pura y exclusivamente deltoides posterior y cuantos elementos se pueden comprar con esa suma para trabajar cientos de ejercicios entretenidos y variados de musculación, flexibilidad, agilidad, motricidad, equilibrio, etc.
¿Hasta cuando los centros fitness van a seguir ofreciendo las aburridas rutinas de 3 x 10 repeticiones de antaño? Los gimnasios llevan ofreciendo el mismo tipo de servicios desde hace más de 20 años. ¿No será hora de innovar?
¿Qué reportará mejores beneficios a los clientes máquinas con luces de colores o atención personalizada y ejercicios innovadores?
¿Qué reportará mejores beneficios para el gimnasio?
Pocos fueron los que durante esos años vorágines, en lugar de pedir créditos contrataron excelentes monitores, recepcionistas, vendedores e instalararon un software de gestión que les brindaba estadísticas minuciosas y detalladas
Y esos pocos gimnasios que en lugar de ofrecer cosmética han ofrecido y siguen ofreciendo atención personalizada, están en mejor situación hoy en día, no tienen deudas, tienen liquidez, y el mejor de los activos, clientes recurrentes desde hace años. Y hoy en día como tienen liquidez pueden mejorar sus instalaciones a mejor precio.
Después de todo tanto para un particular como para una PYME es mejor negocio ahorrar en tiempos de bonanzas y comprar en tiempo de crisis…
Para concluir vuelvo a hacer hincapié que para la mayoría de los gimnasios, imitar las gestiones de las grandes cadenas no es una buena opción y seguir un modelo tipo low cost puede llegar a ser la ruina. No sabemos a ciencia cierta cuál es el negocio de los gimnasios Low Cost, que se jactan de meter 2,5 personas por metro cuadrado, algo difícil de creer y sobretodo sin obligar a los usuarios a un contrato de permanencia. Para lo que a esas empresas puede valer la pena esa mega inversión seguramente no lo será para la mayoría de los gimnasios barriales.
Lo más llamativo es que no se haya aprendido del pasado y todavía se tenga la falsa idea que instalando un gimnasio con las llamativas máquinas de luces de colores se conseguirán los anhelados clientes fieles y cautivos.
Evidentemente la crisis aún no ha logrado cambiar el chip al sector del fitness.