Debiera ser una perogrullada, pero lamentablemente no lo es. La necesidad de enfrentar una naturaleza hostil, sumado a la característica esencial y distintiva de todos los seres vivos: el procurar conservar y prolongar su propia existencia (instinto de conservación y de procreación), llevaron a las primeras organizaciones plurales.
De los unicelulares a los multicelulares. Del enjambre a la jauría, y entre los seres humanos la SOCIEDAD. Hoy parece que la sociedad, para algunos teóricos, ocupa un lugar de ídolo mítico, de tótem para adorar, nada existe ni dentro ni fuera de la sociedad salvo ella misma, los individuos que la componen no interesan, la realidad externa tampoco (aunque parezca mentira, volvieron los que creen que no existe). Todo es social, el lenguaje, el pensamiento, la educación, la cultura y la política, el dolor de barriga y el calentamiento global.
Es obvio que como construcción histórica la SOCIEDAD constituye el eje fundamental del devenir de la humanidad. Pero asumamos que fue la respuesta de los individuos biológicos más complejos que se han formado en nuestro planeta hasta ahora, a los rigores, exigencias y ataques de la cambiante realidad en la que estuvieron y están inmersos.
Asumamos también que la evolución (o la eventual regresión) no se detienen, y por lo tanto, que el futuro de la SOCIEDAD como respuesta de la especie humana a los estímulos medioambientales, tanto internos como externos, también está en evolución (o regresión como posibilidad).
Es necesario entender de una buena vez que la SOCIEDAD es un Sistema Complejo, inmerso en otro Sistema Complejo más amplio que la abarca, la VIDA; y por lo tanto sólo puede ser comprendida, estudiada y analizada desde una visión interdisciplinaria. Todo análisis parcial es eso, un análisis parcial que nunca explica el todo que siempre es diferente a la suma aritmética de las partes.
Agreguemos una curiosidad: ¿Cuándo los sociólogos profesionales y vocacionales (estos últimos crecen como los hongos después de la lluvia), hablan de la sociedad, de que hablan? ¿De la prehistórica? ¿De las orientales precristianas? ¿De la actual? Me pregunto esto pues cuando los adoradores de Foucault hablan del panóptico siempre me queda la duda si se refieren al edificio central ubicado en las cárceles, o a los medios electrónicos de comunicación que constantemente nos están controlando en esta sociedad de consumo.
La misma duda que me surge cuando el propio Foucault habla del bárbaro sistema de confinamiento en los hospitales para enfermos mentales, que aun perdura en muchos países. ¿Desconoce que antes de esos hospicios a los locos se los quemaba vivos por estar embrujados? ¿Se refiere también a modernos hospitales en los cuales se combinan todas las terapias psicológicas y psiquiátricas, sumadas a actividades físico recreativas, nutrición adecuada, neurocirugía cuando está indicada…? Es cierto que la mayoría de los mismos no están al alcance de los sectores menos favorecidos económicamente, pero ese es otro planteo y otra lucha. La denuncia por la denuncia desde la torre de marfil académica, es denominada por los adolescentes de manera muy grosera pero apropiada.
Y aun aquellos que hacen la denuncia desde el conocimiento concreto de la realidad por estar metidos en ella y no por haberla leído en los libros, además de comprometerse deben actuar.
Y no voy a desperdiciar una chicana que me quedó picando: ¿Sabrán estos muchachos ( ¿y su gurú lo sabría? ) que muchas demencias son de causa biológica, incluso de avitaminosis?
Sociedades en las que el individuo y su realidad biológico/existencial no cuentan, ya las formaron y seguramente con mayor perfección que la podríamos alcanzar nosotros, las abejas y las hormigas.
Así como no se pueden ignorar las formas de organización política, los modos de producción de riqueza, la cultura, etc. (esta enumeración no respeta ningún orden de importancia en el criterio del autor); tampoco se pueden desconocer la obesidad, la falta de valores, la desproteinemia y la falta de paradigmas abarcadores, en los análisis de las sociedades humanas.
En el marco de ese sistema complejo que es la Sociedad nos encontramos que la motricidad humana ha sido esencial tanto en proceso evolutivo del individuo humano, como en el proceso evolutivo de la misma Sociedad como sistema estructurado.
Desde sus orígenes, la humanidad se movió de modo específicamente “humano”; y también desde el principio, el movimiento fue el instrumento casi único para modificar el medio ambiente, o responder adecuada mente a sus estímulos.
Desde el comienzo de la historia, el movimiento fue también expresión y origen de la conciencia, modificándola a través de los datos de la realidad recogidos por los sentidos y por ese instrumento maravilloso que es la mano.
Todo movimiento, voluntario o no, modifica los estados de la conciencia y los contenidos de la subconciencia. y viceversa. En consecuencia, lo psíquico es una circunstancia inseparable del funcionamiento total del organismo humano.
Cuando los primeros homínidos adoptaron la posición erecta por necesidad de supervivencia, tanto la mano como el pie debieron adaptarse a nuevas y complejas funciones. Caminar, trepar, saltar y correr con el tronco erguido exige mayor destreza para mantener el equilibrio, lo que llevó a la modificación de las articulaciones de la cadera, la rodilla y el tobillo.
La liberación de la mano de las funciones de apoyo y traslación, permitió el perfeccionamiento y ampliación de sus funciones de prehension, transformándola en el instrumento de manipulación de cosas y herramienta, más perfecto que se conoce.
La modificación de la posición de la cabeza provocó el cambio de la dirección y la ampliación del campo visual, lo que se tradujo en mayor afluencia de estímulos sobre el cerebro anterior, el ojo se transformo en maestro de la mano perceptora y permitió perfeccionar los usos y destreza de ésta. El ojo se transformó en alumno de la mano perceptora, perfeccionando la coordinación viso – motriz al máximo.
Con la aparición de las herramientas primitivas, tomo identidad la motricidad laboral, y con su evolución se desarrollaron las capacidades motrices, y paralelamente el cerebro y sus instrumentos básicos: los órganos sensitivos.
De la simple coordinación óculo – manual que implica el lanzar una piedra contra un animal o un enemigo, a la compleja coordinación que significa interpretar al piano una complicada partitura a primera lectura, hay un largo camino de cientos de miles de años incorporando engramas motores, afinando percepciones somatoestésicas, estimulando el desarrollo el neocerebro.
Ya en especies muy primitivas, los seres vivos se comunican mediante el movimiento, no escapó a ello el hombre prehistórico, especie en la que el “gesto” motor constituyo el primer “sistema de señales”, y su uso intencionado es el germen inicial del pensamiento, como lo prueban el “lenguaje gestual” de los sordomudos, o la capacidad de comunicación de los mimos.
Pero el “lenguaje gestual” no tiene significados adquiridos por el sujeto como tal, sino a través de patrones motores innatos, instintivos de acción y reacción, en consecuencia, el “lenguaje gestual” es muy conservador, sus “usos y modalidades son asimismo mucho mas rígidos y coercitivos” (Konrad Lorenz).
La adquisición de la postura erecta con sus modificaciones estructurales y viscerales, permitió al ser humano la liberación simultánea del pecho, pulmones, garganta y labios, y con ello modular la emisión de los sonidos de su garganta.
“El lenguaje de gestos es un modo de expresión común a la humanidad en general; y el lenguaje de gestos es esencialmente uno y el mismo en todos los tiempos y todos los países, incluso las palabras básicas de los idiomas conocidos nacieron de sonidos que acompañaban naturalmente a gestos de los seres humanos: “saltar” en español, “hop” y “jump” en inglés son indicadores rítmicos de la acción de salto” (Taylor citado por Dart)
La postura erecta ampliando el campo visual, y liberando de otras funciones a los músculos auxiliares de la fonación, facilitó el desarrollo de la coordinación oculo – manual hasta límites desconocidos antes, y permitió la aparición y conformación del lenguaje vocal articulado; y ambos en conjunto estimularon la corteza motriz y consecuentemente la evolución del lóbulo frontal.
Procesos que en muchos momentos de la evolución, tuvieron desarrollos paralelos y con mutua influencia de unos sobre otros.
El movimiento humano como expresión vital, fue utilizado y ejercitado muchísimo antes de que se empezara a reflexionar sobre él.
