Para determinar la incidencia de cada uno de los factores protagónicos en el vigoroso y sostenido crecimiento de los gimnasios, necesariamente debemos remitirnos a las características y exigencias del consumidor de nuestro producto; la población que realiza actividad física programada.
Los gimnasios reciben hoy permanentemente el ingreso de un nuevo público. Independientemente del estable y rotativo al que estuvimos acostumbrados durante décadas. Este importante segmento de nuevos adherentes, lo integran mayoritariamente, quienes día a día toman conciencia de los beneficios de la actividad física, otros que cumpliendo con pautas de prevención y mantenimiento, son derivados por todos los profesionales de la salud. Incluso podríamos incorporar a quienes, debido a los cambios socioeconómicos, encuentran en el gimnasio el lugar complementario o sustituto de las actividades en clubes y al aire libre. La cercanía, la seguridad, el estilo de encuentro, acompañan la idea de este lugar apto para estar bien y relacionarse: el gimnasio.
Este público tiene nuevas expectativas y necesidades, por lo tanto debe ser atendido por Profesionales con una amplitud y variedad de conocimientos, como nunca antes se requirió. Ese es el motivo central que indica que sus características han mutado en la búsqueda de mayores contenidos y fundamentos, basados ellos fundamentalmente, en la capacidad de organizar clases grupales o personalizadas con la coherencia de aplicación de métodos y sistemas, aplicados con los principios de Anatomía, Fisiología y Biomecánica. Estas características no son hoy opcionales, son las determinantes de definir un buen Profesional del Fitness, ya sea un Instructor o Entrenador.
Aquí la importancia y la relación íntima entre la capacidad de los Instructores y Entrenadores y la rentabilidad del gimnasio. Siempre el éxito económico, viene de la mano de la contención de alumnos, ya que la captación siempre tiene su costo de promoción, que si bien, podemos considerar permanente para estar vigente desde lo Institucional, no debe considerar el motor de ingreso de nuevos alumnos. Si ponderamos la contención o el ingreso de nuevos clientes por recomendación de los ya existentes, deduciremos de inmediato que ella se logra solamente con la satisfacción del alumno o cliente.
Un alumno satisfecho que ve cumplir sus expectativas, que realmente mejora su calidad de vida, que se ve y se siente mejor, será casi un cliente cautivo, por el simple motivo de que: quien encuentra el bienestar en un espacio o actividad, siempre regresa a ella.
Si es determinante el éxito profesional del Instructor y Entrenador dentro de la estructura del gimnasio, debemos requerir en su desempeño:
- Calidad de servicio brindada por los conocimientos de capacitación específica.
- Capacidad de incluir al alumno o cliente en la actividad adecuada.
- Contener a partir de la posibilidad de tener elementos de variabilidad de trabajo.
- Visualizar las necesidades personales y de los grupos existentes en el gimnasio.
- Dar las respuestas fundamentadas sobre los trabajos que indica o realiza.
- Crear un contexto de mayor autoestima en el alumno y no de frustración al trabajo indicado.
- El importante factor de seguridad, para el cliente y el gimnasio de que la clase o trabajo es el adecuado.
- Detectar la posibilidad de derivación a otros profesionales de la Salud.
Son muchas, variadas, importantes y cada día más específicas, las exigencias para con los Profesionales que actúan en los Gimnasios, las cuales solo podrán ser cubiertas con al adecuación de programas de estudio y teniendo una buena lectura de la realidad.
Si podemos refaccionar y embellecar los espacios, si adquirimos nuevos equipamientos, si agregamos nuevos servicios, no olvidemos que el Profesional que opera en estos equipos, con estos sistemas y estos lugares es hoy de fundamental importancia por ser el interlocutor director del alumno, por lo tanto, de nuestro crecimiento y rentabilidad.
Osvaldo Carlos Valentini
Director del Instituto San Fernando Centro.