Para poder desarrollar un juego óptimo, aumentar la precisión en los golpes y además, evitar lesiones, los aficionados al golf deberían tener un entrenamiento físico que les permita sentir el cuerpo libre y flexible. Para ello es preciso que realicen ejercicios destinados a la tonificación muscular, estiramientos y un complemento con masajes para aliviar tensiones y contracturas sufridas por la rutina diaria y que influirán en el óptimo desarrollo de los diferentes golpes dentro de un campo de golf.
Las lesiones típicas que podemos encontrar en aquellos que se dedican a este apasionado deporte son principalmente de dos tipos diferentes:
En la zona lumbar:
Se ha observado en numerosos estudios la incidencia de frecuentes patologías lumbares que sufren los golfistas y se ha llegado a una conclusión novedosa al respecto. Los últimos estudios biomecánicos demuestran que la mayoría de los problemas de la espalda que sufren los golfistas no tienen su explicación en la postura de inclinación hacia delante que adoptan, sino en las altas velocidades de rotación que deben soportar las vértebras de la columna vertebral durante el swing (movimiento de giro que realiza el jugador, especialmente en los primeros golpes de cada hoyo).En el golf todos los golpes cuentan con dos componentes: uno de fuerza y otro de técnica y precisión. El primer golpe de cada hoyo, que es un ejercicio de potencia, representa un giro rápido de la columna y en él domina la fuerza sobre la precisión. El dolor experimentado en la zona lumbar por un golfista con un entrenamiento deficiente, alcanza su punto máximo exactamente en el mismo momento en que la velocidad de rotación registrada en la columna vertebral es máxima. Lo aconsejable desde la parte física para mejorar estos inconvenientes y como consecuencia mejorar el desempeño en el juego, así como también la precisión en el mismo, es trabajar con ejercicios destinados al desbloqueo de las articulaciones intervertebrales y al fortalecimiento de los músculos intervertebrales, puesto que la columna es el eje fundamental para la transmisión de un movimiento fluído y preciso, por otro lado para que esto sea realidad,es necesario que tenga una flexibilidad óptima.
En la zona del codo:
La afección se llama EPICONDILITIS MEDIAL, esta patología hace referencia a la inflamación de las inserciones musculares en la cara interna del codo. El dolor puede aparecer a nivel de la inserción muscular en el hueso del codo o bien se puede irradiar hacia los músculos del antebrazo y muñeca. Esta afección aparece generalmente en jugadores sin una buena preparación física para este deporte. Es importante recalcar también que esta lesión se potencia cuando existe un acortamiento o endurecimiento de los músculos del cuello, espalda y hombros (contracturas). Para tratar esta dolencia, se recomienda, realizar ejercicios de flexibilidad para la cintura escapular (articulación de los hombros) y miembros superiores, buscando liberar tensiones en forma primaria de los músculos del cuello y las primeras vértebras dorsales. Con esto conseguiremos en forma indirecta también relajar los músculos del antebrazo.
Luego de ver dos patologías bastante frecuentes en los amantes del golf podemos llegar a una conclusión:
Si queremos disfrutar del deporte que nos apasiona, libre de riesgos y sin tener que quedar afuera de las canchas por un largo período de tiempo, deberemos prepararnos físicamente como en cualquier otro deporte.
Recuerde siempre ante cualquier duda consultar a un profesional en el área.