(Periodista Digital).- Cheques-regalo, bonos, descuentos del 40% o tratamientos combinados “a un precio muy especial” son algunas de las ofertas que, durante este periodo navideño, ciertas clínicas de cirugía estética han ofrecido. Y todo sin un diagnóstico previo. ¿Estamos banalizando los peligros que prácticas no adecuadas pueden conllevar?
La tradición ampliamente extendida en Estados Unidos de hallar bajo el árbol de Navidad un sobre con un vale canjeable por un tratamiento medico-cosmético, empieza a resultar bastante habitual en Europa, y concretamente en España.
Según la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC), en 2006 casi un 25% más de pacientes han solicitado (y muchas veces conseguido) canjear los regalos convencionales por un tratamiento con toxinabotulínica, unos rellenos con ácido hialurónico, unas sesiones de mesoterapia, un peeling, un aumento de mamas, o una liposucción.
Afortunadamente, en la mayoría de los casos han topado con profesionales serios, médicos que han contraindicado estas actuaciones. No obstante, la SEMCC sigue denunciando la necesidad de frenar en el ámbito de la medicina de la belleza la recomendación de tratamientos cosméticos y estéticos por personas no profesionales.
DIAGNÓSTICO NECESARIO
Esta parcela de la medicina “no puede entenderse en ningún caso como oferta de tratamientos a la carta”, afirma el Dr. J. Víctor García, presidente de la SEMCC, quien añade que "estamos hablando de patologías que deben ser diagnosticadas por un médico y sólo éste debe de terminar el tratamiento adecuado para cada paciente”.
A las consultas de medicina cosmética y estética acuden numerosas personas solicitando la aplicación de un tratamiento concreto, sin haber sido evaluadas en un reconocimiento previo, sin disponer de un diagnóstico emitido por un médico debidamente capacitado y sin contar, cuando procede, con las necesarias pruebas complementarias.
“Para algunas patologías, como la celulitis y la grasa localizada, pueden llegar a superar el 65% las demandas directas de tratamientos concretos como la liposucción, no siempre indicada para este problema, que los pacientes nos hacen ”, afirma el doctor.
Y añade que “no es raro que hoy aparezca un anuncio, un reportaje o una promoción sobre un nuevo tratamiento para las arrugas y, al día siguiente, comprobar que la mayoría de los pacientes lo solicitan como única alternativa. En este caso cuesta convencerles de que quizás no es el más adecuado para su patología concreta".
Por tanto, sólo un médico cualificado, capacitado y habilitado, puede realizar una evaluación, un diagnóstico concreto, una propuesta terapéutica justificada, y finalmente el tratamiento procedente. Además, deberá hacer el seguimiento oportuno y asumir y tratar las complicaciones que pudieran producirse.