El otro día llegué a la redacción de Portal Fitness y me encontré con la información que Editorial Stadium había publicado un libro de Miguel Angel Palmeiro titulado “La Enseñanza de las Destrezas Gimnásticas en la Escuela”. Lo primero que me pregunté fué: “¿No será el Profesor Palmeiro que tuve yo como docente de la cátedra de Gimnasia Deportiva en INEF (Romero Brest), cuando cursaba el Profesorado de Educación Física, hace ya casi 20 años?”. No podía creer que ese profesor de los años 80, autoritario a más no poder, tan odiado por generaciones de estudiantes de Educación física y tan poco identificado con la pedagogía moderna, publicara un libro en Editorial Stadium.
Una redactora me comentó que iba a publicar la información y yo le dije: “No, la voy a publicar yo y voy a contar quién era y cómo daba clases Palmeiro en los años 80".
Me acuerdo de muchos profesores que tuve que me guiaron en mi profesión, tuve profesores excelentes de los cuales nunca me olvidaré, pero me acuerdo del peor de todos los que tuve y fue “Miguel Angel Palmeiro”.
Un día un colega, que supo que yo lo había tenido como profesor, me preguntó irónicamente. "¿Qué aprendiste de Palmeiro?" y yo le dije: "Te voy a contestar con la siguiente pregunta":
¿Qué se puede aprender a los 20 años en plena adolescencia rebelde y en los principios de la democracia, luego de la atroz dictadura militar, de un profesor totalmente autoritario, más propio de un liceo militar que de una entidad académica? "
La respuesta es simple, de un profesor así no se puede aprender ABSOLUTAMENTE NADA.
Asistí a las clases de Palmeiro durante un año. No recuerdo a Palmeiro explicando metodologías de enseñanza, sino haciendo practicar a unos 7 u 8 alumnos mortero sobre cajón, ya que el resto de los alumnos, una veintena, no participaban de la clase. Ya habían decidido rendir la asignatura una vez terminado el ciclo lectivo, siempre y cuando tuvieran la suerte de no tener a Palmeiro en la mesa de examen.
Tengo la imagen de sus clases como esas películas blanco y negro de los años 30 que mostraban atletas realizando ejercicios físicos y que debieron haberse rodado en algún cuartel militar.
Yo lógicamente me encontraba entre esa veintena de alumnos, mi rebeldía de adolescente no me permitía ni siquiera dialogar con un profesor con una actitud tan poco pedagógica. Evidentemente siempre estuvimos en aceras opuestas, ya que yo desde joven apostaba por una educación constructivista, una evaluación cualitativa, por comprender al alumno, por favorecer la rebeldía adolescente que luego se transformaría en creatividad, por estimular el pensamiento crítico y no como pretendía Palmerio, impartir clases dando órdenes para ser obedecidas.
Evidentemente tantos años de dictadura argentina marcaron huella…