Una nueva tendencia de investigación sobre la obesidad y el sobrepeso sostiene que la raíz del problema está en la disminución de la masa muscular, que perjudica la plasticidad metabólica, aumenta la resistencia a la insulina, conlleva a la pérdida mineral ósea, daña el sistema cardiocirculatorio y aumenta la masa grasa.
La reducción y pérdida de funcionalidad del tejido muscular es, según 20 mil estudios científicos desarrollados en los últimos cuatro años, la raíz del incremento en un 300 por ciento del número de obesos en los últimos quince años y de las graves patologías asociadas a esta enfermedad.
El profesor Carlos Saavedra, máster en Ciencias de la Actividad Física de la Universidad Laval de Canadá, alertó que el ejercicio físico y la dieta no son suficientes para mantenerse en forma y que la clave está en desarrollar la masa muscular.
“El ser humano tiene una genética hecha para el movimiento y si los músculos no están desarrollados -que no significa hipertrofiados- se producirá un fenómeno de insulino-resistencia que es la génesis de los riesgos cardiovasculares y metabólicos", indica.
Por ello, este médico que asesora a diversas instituciones de América y Europa sobre actividad física con fines de salud, apuesta por todas aquellas actividades que permitan desarrollar y revitalizar el tejido muscular y por el ejercicio con "sobrecarga", que no se limita al levantamiento de pesas sino a trabajar con el propio peso del cuerpo. “Si bien las personas con sobrepeso no pueden realizar una actividad física fuerte, sí pueden entrenar sentadas e incluso acostadas, trabajando por grupos musculares. De este modo hacen trabajo muscular intenso sin estrés cardiovascular”, explica Saavedra.
El fisiólogo Steven Blair, del Instituto Cooper para Investigación Aeróbica en Dalas, siguió a 25.389 hombres durante veinte años y encontró que los gordos que realizaban ejercicio enfermaban y morían menos que los flacos que no hacen ejercicio.
Según Saavedra, los escandinavos tienen poblaciones gordas completamente sanas porque su tejido muscular es de calidad y la grasa no se instala en los órganos o en las arterias sino en el tejido subcutáneo.
Por otra parte, ironizó con que “sacar a pasear el perro hace bien, pero al perro", y abogó por un trabajo mucho más intenso que correr o pasear ya que cuando se hace ejercicio la densidad mitocondrial aumenta y consume más grasa hasta durante el reposo, lo que demuestra que el ejercicio físico con sobrecarga es "mucho más eficaz" que los fármacos y la dieta.
“Mejorar la forma física se logra mejorando la musculatura. Hay pruebas científicas sobre esta teoría pero el desconocimiento y los intereses económicos logran que no se busquen soluciones verdaderas”, sentencia. Y agrega que si el educador físico no aprende de salud y el médico de actividad física, nunca existirá la derivación adecuada del paciente hacia el ejercicio.