En primer lugar quiero felicitar a CAPIW (Cámara Argentina de Proveedores de la Industria del Wellness), que logró realizar la feria con sólo tres meses de anticipación. Esto demuestra la capacidad y talento de los actuales integrantes de la comisión directiva de la misma.
Evidentemente CAPIW ha logrado cambiar el rumbo de una exposición que convocaba cada año a menos expositores y estaba a punto de desaparecer.
La feria estuvo bien organizada, cuidando muchos los detalles, el nuevo pabellón y distribución favoreció mucho más la circulación de los visitantes y facilitó el acceso a los correspondientes stands. También quisiera destacar que la organización de las conferencias llevada a cabo por CAPIW a cargo de la Lic. Ana Laura Castro de Fitmental Training fue sumamente profesional y muy superior a la de años anteriores, tanto en concurrencia como en puntualidad de la charlas. Entre las charlas más concurridas se destacaron la del Prof. Conejo Brambati: “El desarrollo de un programa de entrenamiento en 30 minutos”, a la cual asistieron 80 personas y la de la Lic. Ana Laura Castro: “Estrategias para la captación de clientes" con una asistencia de alrededor de 50 personas.
La feria contó con 42 expositores y, según la organización, alrededor de 3000 visitantes, un 20 % más que en la edición anterior.
No obstante yo tengo una opinión formada desde hace varios años y que muchos empresarios del Wellness ya conocen. La actual Expo Wellness de Argentina, no es más que un Salón de la Industria de Máquinas para Gimnasios y está muy lejos de ser una exposición de Wellness.
Yo siempre he sostenido que una exposición masiva, a la cual concurran expositores grandes, medianos y pequeños de diferentes rubros del Wellness y público profesional y general sería más beneficiosa para la industria.
Pero llevar eso a cabo es difícil con el actual modelo ya que Expo Wellness Argentina tiene un grave problema, que se circunscribe a un círculo del cual no puede salir: no tiene difusión masiva porque no tiene presupuesto y no tiene presupuesto porque tiene pocos expositores y no tiene expositores porque convoca poco público y volvemos al principio. Con poco público, a los expositores medianos y pequeños no les es rentable participar, y es lógico ya que una empresa que vende productos de 50 pesos (10 euros) necesita miles de visitantes para amortizar la inversión, mientras que una empresa que vende una cinta de correr de 10.000 pesos (2000 euros), recupera la inversión en un tiempo mucho menor, aún con poca participación de público. Por otro lado a muchos medios tampoco les atrae promover una feria que no tiene participación masiva.
Yo sostengo que en un país donde existen más de 3500 gimnasios sin contar los estudios de pilates, yoga, expresión corporal, centros de spa, estética, etc., el mercado da para muchos más visitantes y más que 45 expositores. Por eso estoy convencido de que una expo de Wellness tendría que convocar a los gerentes de los gimnasios, a los instructores de los gimnasios, al personal administrativo, a los clientes de los mismos, etc. De esta forma los gerentes irían en busca de equipamiento, los profesores en busca de capacitación, de nuevas tendencias (Fitness shows), el personal administrativo a participar de las conferencias, y el público general en busca de accesorios, indumentaria específica del rubro, calzado, suplementos y demás.
De esta forma se vería una expo wellness con más de 150 expositores y miles de visitantes, transformándose en una gran fiesta del Fitness y Wellness, donde todos los integrantes del rubro puedan participar activamente de un gran encuentro.