¿No es increíble que con toda la revolución y avance tecnológico en los medios de comunicación (fax/ internet/ mensajería instantánea/ celulares/ GPS/ webcams), la gente se queja más que nunca de estar sufriendo por tener mala comunicación y sentirse no escuchada?
En esta época de cambios tan vertiginosos, donde los conocimientos que teníamos hace 5 años sobre una temática en particular, ya no nos sirven para hacernos cargo de los desafíos actuales, la pregunta fundamental puede ser: ¿Cambiamos los seres humanos tan rápido como lo hacen los sistemas?
“La mayoría de la gente se está preparando (estudiando/ capacitando) para un mundo que está pronto a dejar de existir”.
¿De qué hablamos cuando hablamos de cambio y aprendizaje?
- El aprender es un juicio de valor.
- Es la competencia de accionar repetidamente en un dominio donde antes no podía hacerlo.
- Es una distinción en el lenguaje.
Mucha gente confunde el saber con tener información acerca de algo. Me pasa comúnmente que algún gerente de empresa me dice: “Pero yo ya sé coaching”; a lo cual le pregunto: “Alguna vez coacheaste a alguien? ¿alguna vez alguien te coacheó?”, y habitualmente la respuesta es “no”.
Esa persona no sabe acerca del coaching. Sólo tiene información acerca de lo que el coaching es, quizás porque en la universidad tuvo una materia teórica sobre el tema.
Esa es la gran dificultad práctica de las personas que han hecho formaciones académicas. Nos sobran las explicaciones de por qué funcionan las cosas como funcionan, pero no podemos generar los cambios necesarios para que justamente funcionen diferente.
Interpretamos el saber como el actuar eficientemente en un dominio determinado conforme a cierto estándar.
¿Te acuerdas de algo de lo que estudiaste en la secundaria, en materias como historia o geografía? ¿Te acuerdas de tu primer beso? ¿O de tu graduación? ¿O del viaje de egresados?
Es tan simple como que en las segundas experiencias todo nuestro cuerpo, nuestro ser, nuestras energías, estaban involucradas en el proceso, y no sólo un acto intelectual para racionalizar el tema en cuestión.
¿Cómo hacemos para involucrar a nuestra gente en los procesos de cambio de la empresa? ¿Cómo podemos facilitar el aprendizaje de nuestros colaboradores para que los avances tecnológicos puedan ser tomados desde nuevos paradigmas mentales y finalmente contribuyan con una mejor calidad de vida para todos?
Se habla mucho de desaprender para luego aprender. Desaprender no significa olvidarse de lo que ya sabemos, sino interpretar diferente lo que ya sabemos. Re-definir nuestros conocimientos de modo que nos sirvan para confrontar nuestros retos presentes y futuros.
El aprendizaje es fundamental para el cambio, y el cambio es inevitable, es una condición humana para el progreso. El aprender esta en el dominio de la acción, no del intelecto.
Para esto, es necesario comprender cómo funciona el proceso de aprendizaje, en cualquier ámbito de la vida.
Proceso del aprendizaje:
1- Declaración de Ignorancia “No Sé” - Pregunta.
2- Declaración de deseo de Aprender.
3- Buscar a alguien que sea competente.
4- Declaración de mi maestro.
5- Declaración del dominio del aprendizaje.
6- Declaración del tiempo determinado para el aprendizaje.
7- Teoría - Recepción de Conceptos “Conocimiento”.
8- Testeo - Acción - Práctica - Poner el cuerpo/ la emoción.
9- Reflexión – Aprendizaje.
Clases de Personas dentro del Aprendizaje:
Los que se quedan en la pregunta: por ejemplo los chicos.
Los que se quedan en las respuestas: profesores/ gerentes – sabelotodo.
Hacedores: Hacen y Hacen, tienen resultados pero no los pueden explicar, no tienen la teoría (fundamentos), por lo cual no lo pueden repetir en el futuro y no pueden formar gente.
¡El aprendizaje sólo se logra cuando hay Reflexión! Es un proceso continuo de Acción-Reflexión-Aprendizaje, una y otra vez.
¿Por qué a las organizaciones les cuesta aprender?
Tenemos que confrontarnos con lo que llamamos nuestros Enemigos del Aprendizaje:
Querer tenerlo todo claro todo el tiempo.
Desde esta postura, ¿cómo podemos incorporar nuevas ideas, nuevas formas, nuevas miradas?
Este es uno de los obstáculos más importantes en el mundo de las empresas, en una cultura donde lo que se prioriza en el control y la predicción. Esto nos inhibe en la posibilidad de ir en busca de nuevos horizontes, de nuevas formas de hacer empresas, de nuevas formas de relacionarnos.
Elegir con quien aprender
Son numerosas las veces que, facilitando una reunión de trabajo en alguna empresa, observo y escucho cómo la gente escucha y acata lo que sus superiores dicen, y cómo no son escuchadas las ideas de alguno de los participantes del grupo.
La conversación interna de muchos integrantes del mismo, es parecida a esta: “de Juan nada bueno puede salir”. Y de esta manera nos privamos la oportunidad de aprender de otras personas, que seguramente tienen algo valioso para aportar a la empresa. ¿Mucho o poco? Valioso al fin.
Sería ir a la organización a trabajar cada día, desde esta predisposición: “De cada uno de mis compañeros puedo aprender algo. Pondré atención en los detalles y estaré abierto a recibir (sin juzgar todo el tiempo)”
No tener tiempo
¿Quien no se siente identificado con esta premisa?. Tanto tiempo como dinero, son dos de los motivos más comunes a la hora de explicar porque no podemos hacer tal o cual cosa.
¿Cómo sería vivir invirtiendo la postura? En vez de tomarlos como motivos de limitación, tomarlos como motivos para desafiarnos. En la práctica cambiaríamos nuestro discurso, de “Porque no tengo tiempo o dinero, no voy a hacer….”, a “Justamente, porque no tengo tiempo o dinero, voy a hacer, para así poder tener más tiempo o dinero”.
Incapacidad de declarar ceguera
Como seres humanos, todos tenemos algún punto de ceguera, en el cual “no sabemos que no sabemos”. Eso no tiene nada de malo, es parte de nuestra naturaleza. La limitación radica en no poder ver y declarar que es posible que estés ciego en algún aspecto. Nos quita la posibilidad de la pregunta, de abrirnos a la reflexión, de poder dejar un espacio para pensar “Yo pienso esto/ Yo creo esto, pero quizás puede ser de otra manera. Me mantendré abierto a escuchar otras posibilidades, y en todo caso, cambiar de idea”.
Confundir saber con dar opiniones
¿Cuantas veces damos por cierto las explicaciones que recibimos de otras personas, especialmente de nuestros superiores, y cuando chequeamos en la práctica nos damos cuenta que no era tan así? Es fundamental en nuestra relación con otros, diferenciar el mundo de los “hechos” con el de las “interpretaciones”. Y pedir qué fundamentos sostienen esa interpretación.
Incapacidad de desaprender
Estamos tan apegados a lo conocido, que lo nuevo lo vemos muchas veces como una amenaza. Y mucho peor si nos va bien. “¡Para que cambiar si nos va bien!” Es muy común escuchar en las empresas líderes. Su éxito se vuelve su máxima limitación.
No reconocer autoridad
Otro obstáculo a la orden del día. “¿Quién es éste para enseñarme a mí algo?” Desde el momento que podemos liberarnos de este gran juicio, nos abrimos la posibilidad de aprender de la gente que nos rodea, no importa el cargo, la antigüedad, su expertise. El aprendizaje pasa a ser una forma de vida.
Yo no puedo dado quien soy
Solemos escuchar habitualmente gente que decide su próxima acción dado quien "es". "Voy a hacer esto, pero esto otro no, ya que no puedo dado quien soy".
En cierta medida, es verdad que hacemos o dejamos de hacer depende de cómo somos. Pero también es verdad que "somos de acuerdo a cómo hacemos (o dejamos de hacer)".
Constantemente en intervenciones de coaching se nos presenta esta situación:
Una de nuestras funciones, es mostrarle a la persona que si sólo se queda en la explicación de lo que el cree que "es" y por lo tanto su "no posibilidad de acción"; en su discurso está creando su propia "realidad" y generando en su vida lo que llamamos estatus quo, o sea, más de lo mismo.
Apoyamos y asistimos a la gente a trascender esta barrera (conversacional/ emocional), para que puedan moverse y realizar acciones comprometidas sin precedentes, logrando de esta manera resultados sin precedentes.
Cuando "hacemos", en el mismo hacer estamos transformando nuestro "ser"; por ej. de un "ser tímido" a un "ser confiado", de un "ser introvertido" a un "ser seguro", de un "ser tímido" a un "ser valiente".
Lo que cambia el mundo no es el deseo ni las intenciones , sino el compromiso y la acción.
Por supuesto, las dos primeras son importantes, pero estas últimas son fundamentales.
¿Qué acciones que no has tomado hasta el momento podrías tomar (que si las tomas puedes generar una transformación significativa en tu forma de ser)?
Ahora que sabes que acción tomar, la pregunta es: ¿cuando lo harás?