La competencia en el actual mercado del Fitness es diaria, por lo que todo club o gimnasio debería tratar de brindar cotidianamente un servicio de excelencia en todas sus actividades y aspectos. Por lo tanto, la consigna diferenciadora podría sintetizarse en: “brindar una máxima calidad de prestación todos los días”.
Partiendo del hecho que no puede tener motivación todo aquel profesor o entrenador, si realmente no disfruta de su trabajo como tal; los dueños o gerentes deberían ser los primeros en crear un clima de trabajo agradable y que incentive a su staff de entrenadores.
El estado de ánimo y la energía positiva que brinde un entrenador personal influirá sobre el modo en que perciba el socio-cliente el trato que se le brinda durante una clase personalizada. Debido a que el profesor está pendiente del alumno durante toda la clase, y éste debe a su vez prestarle la máxima atención posible a todo lo que explica, dice y hace su profesor; es que el mismo se puede dar cuenta de la falta de ganas o motivación por parte del entrenador.
Hoy sabemos que toda motivación hacia una actividad pasa en primer término por la persona que elige dicha actividad; pero que a su vez el profesor juega un rol fundamental en la adherencia hacia la misma. Esto quiere decir, que si bien el proceso es interno (personal) el incentivo de un profesional del Fitness es crucial para mantener el entusiasmo.
Podemos enfocar este problema desde dos aspectos fundamentales:
Económico: tanto el valor hora que el entrenador percibe de honorarios, como la cantidad de alumnos particulares que se le asigne a cada profesor; debería estar basada en su rendimiento, antigüedad en la toma del servicio por parte del cliente y en el cumplimiento de las pautas de trabajo (reglamento laboral).
Emocional: es altamente positivo para la relación laboral entre la institución deportiva y sus entrenadores personales, que haya en todo momento un espacio para que los mismos vuelquen sus inquietudes, problemas, aportes para mejorar el servicio, propuestas de nuevas actividades o enfoques para el trabajo. Fortalecer la autoestima de sus profesores, ayuda a enorgullecerse de su labor, lo cual ayudará a elevar la calidad de su trabajo. Por lo general para todo empleado es más positivo ver premiado un esfuerzo o resultado, que recibir una pena o llamada de atención por un mal desempeño.
Acciones para incentivar a sus entrenadores personales:
- Tratar de fijar fechas para las evaluaciones de la condición física y de la composición corporal (por ejemplo: antropometrías, medidas) de sus alumnos -clientes.
- Poner un tiempo límite para el cumplimiento de objetivos; tanto para con sus dirigidos, como así también de los profesores para con la institución deportiva. Por ejemplo: la cantidad de alumnos nuevos a captar en un mes.
- Fijar y cumplir una progresión en las remuneraciones, según la antigüedad que tenga cada profesor de acuerdo al tiempo de permanencia de sus alumnos personales en la toma del servicio.
- Establecer una escala de compensaciones (premios) para aquellos profesores que superen sus objetivos de trabajo.
- Rescatar los aspectos positivos del desempeño de los profesores más exitosos; y volcárselos a los demás profesores del staff, mediante reuniones de trabajo.
Consecuencias de la falta de motivación
Los efectos de la falta de motivación por parte de los entrenadores, podrían ir desde la falta de contención ante las dudas o miedos que tenga el socio-cliente que tome clases personalizadas; hasta la menor recaudación del gimnasio y la pérdida de imagen de profesionalismo de su staff.
Por último, cabe reflexionar: ¿cómo puede motivar a un cliente un entrenador desmotivado para con su función? ¿Cómo puede plantear objetivos a sus alumnos un profesor que no se ha fijado metas personales en su rendimiento laboral?
Estas preguntas tienen como fin clarificar los objetivos de los profesores y ajustar el enfoque sobre el trabajo con sus alumnos.
Sin embargo, la autonomía y la responsabilidad van de la mano; no debemos exigir la segunda si primero no le damos al profesor la libertad (dentro de cierto marco institucional) para que pueda tomar decisiones que permitan trabajar de forma profesional. O dicho de otro modo que pueda encontrar internamente una motivación personal. Los coordinadores o gerentes entonces podrían ayudarlo en este proceso, pero la decisión siempre es personal.
*Entrenador personal