La primera pregunta que me surge hacer para comenzar esta columna es: ¿utilizaremos esta nueva “crisis mundial” para excusarnos de todas las acciones que dejaremos de hacer? ¿O tomaremos esta experiencia como una oportunidad excepcional e inédita para crear un cambio significativo en nuestra forma de “ser” y “hacer” empresa?
Estamos en un momento histórico, donde las personas que realmente puedan generar liderazgo eficaz, harán una gran diferencia en sus organizaciones.
Crisis o Cambios ¿Constantes?
Los cambios vertiginosos que vivimos hoy en día, la globalización, la nueva era, la desocupación, la transición entre la era industrial a la era de la información, hace que nos enfrentemos a nuevas maneras de hacer las cosas, a nuevas culturas, muchas veces extrañas a nosotros. Nuevos programas educativos, reestructuraciones, fusiones de empresas, trabajos en red, competencias cada vez más fuertes. Notamos que las prácticas que solíamos hacer en el pasado ya no dan los mismos resultados, y que para cambiar los resultados, debemos aprender nuevas maneras de hacer las cosas.
Continuamente nos encontramos re-accionando ante los cambios, intentando tapar los errores que no podemos prever por la velocidad de estos. Son cada vez más comunes las reuniones dentro de las organizaciones para explicar todos los motivos que justifican la diferencia entre los resultados obtenidos y los objetivos propuestos.
Generalmente, los planes de acción, las estrategias de desarrollo, los programas institucionales están diseñados para adaptarse de la mejor manera posible al futuro.
"Los buenos profesionales tienen la capacidad para adaptarse al futuro...
Unos pocos, tienen la visión para inventarlo..."
El futuro nunca existió ni existirá, el futuro sólo existe en nuestro lenguaje y es un dominio de diseño. Por lo tanto, tenemos dos opciones: adaptarnos a él o inventarlo.
Si no existiesen personas capaces de desafiar lo conocido, los seres humanos jamás hubiésemos llegado a donde hoy estamos. Las respuestas que permiten alcanzar resultados extraordinarios, no se encuentran en lo conocido.
Pero nuestra estructura de pensamiento funciona a partir de lo que sabemos.
Y lo conocido indefectiblemente nos conduce a los mismos lugares, a las mismas conclusiones y a las mismas soluciones.
Por eso,
La clave está en lo que no conocemos.
Si logramos observar la realidad desde otras perspectivas, nuestra visión adquirirá una dimensión muchísimo más amplia y rica. Para eso nació el COACHING.
Me parece fundamental a esta altura, tomar una real comprensión de los paradigmas empresariales que funcionaron durante el siglo XX (¡y abandonarnos cuanto antes!), en relación a las nuevas formas en las que se nos presentan los nuevos desafíos.
Para graficarlo de manera clara y sencilla, proponemos este cuadro, donde mostramos estas diferencias:
Efectividad del Coaching
Según el Public Personnel Management Magazine, Winter 1997: "Todos los estudios realizados al respecto demuestran los magníficos resultados que se obtienen cuando se complementa la formación con coaching. Uno de ellos, por ejemplo, concluyó que la formación incrementaba la productividad en un 22,4 %, y que si esa misma formación iba seguida de coaching, la productividad se disparaba a un 88%".
Guido H. Samelnik
Director General de GL Health & Coaching Consulting
Life & Executive Coach
(54 11) 4788-6017 / 4781-1659