PAUTAS PARA EL PROFESOR O ENTRENADOR
1. Tratar de informarse acerca de qué ejercicios le han provocado lesiones, molestias o rechazo al individuo; para evaluar si es mejor no incluirlo en el programa de ejercicios.
2. Escuchar los gustos y preferencias de las personas que pretenden iniciar la actividad, para tenerlo en cuenta en la planificación del entrenamiento o rutina diaria.
3. Ser proactivo en lo que respecta a la dinámica de la clase. Esto significa poner ganas y energía durante el transcurso de la actividad física.
4. Cambiar la rutina cada 4 o 5 semanas ayuda a evitar el aburrimiento debido a la monotonía. Estar atento a los problemas físicos, coordinativos, o molestias que se le puedan presentar al alumno-cliente, puede que nos obligue a cambiar semanalmente alguno de los ejercicios o intensidades (kg. movilizados) de los mismos.
5. Poder dar devoluciones verbales (feedback) positivas acerca de la ejecución de los movimientos, haciendo referencia en todo momento a la superación personal.
6. Buscar en los descansos entre ejercicios algún tema de conversación ameno, que en lo posible tenga que ver con los gustos de la persona.
7. Proponerle al alumno objetivos a corto plazo (1 o 2 meses) sin perder la objetividad y/o perspectiva a mediano y largo plazo. Los mismos deberían ser claros, realistas y altamente motivadores, o sea personalmente significativos. Esto ayudará a mantener el entusiasmo en la realización de la actividad física.
8. Fomentar la reflexión o balance de lo logrado en cada etapa; estableciendo nuevos objetivos para períodos posteriores.
9. Hablar de los beneficios de la actividad física en general, entregar fotocopias o informes breves y claros que expliquen las bondades del ejercicio.
10. Sugerir la diversidad de actividades físicas para que dicha variedad mantenga despierto su interés por seguir ejercitándose. Obviamente hay que tener en cuenta su capacidad de desempeño físico, gustos, experiencia, lesiones y objetivos personales.
PAUTAS PARA EL CLUB O GIMNASIO
1. Comprometerse con la calidad del servicio prestado; recordarle al profesor o entrenador que debe trabajar para el cliente, y no para “mostrarse en público”.
2. Hacer respetar los horarios; tanto de llegada, como de prestación de la actividad. Establecer normas o parámetros de espera en caso de llegar tarde (recuperación del tiempo, límites de la espera, etc.).
3. Establecer en el programa de entrenamiento o ejercicio de su centro deportivo o gimnasio, un mecanismo interno de recuperación de la clase o sesión; debido a que cuanto más uno usa un servicio, más fidelidad se logra hacia el mismo.
4. Anticiparse a las objeciones para manejarlas en conjunto entre profesores, coordinadores y gerentes/dueños del establecimiento deportivo.
5. Crear un clima cordial tanto con la persona que toma el servicio como con el encargado de prestarlo. Es vital por ejemplo que, cuando el servicio lo brinde un entrenador externo, la relación que establezca con el centro deportivo y con sus empleados se base en el respeto y la cordialidad.
6. A las personas nuevas que se acerquen a preguntar se le podría ofrecer una entrevista breve (5 o 10 minutos) con un profesor o especialista del gimnasio o club. Y también un pase libre por una semana para que pueda experimentar dicha actividad.
7. Promocionar las actividades nuevas mediante mails, llamados telefónicos y carteles en los vestuarios o lugares de mayor tránsito en su institución deportiva. En los mismos debe explicarse claramente las características y ventajas de tomar dicha clase; y por supuesto los días y horarios.
8. Ofrecer descuentos para las actividades aranceladas según la antigüedad del socio y en base a si ya toma otro servicio pago.
9. Brindar atenciones en fechas claves tales como en el cumpleaños de los asociados y al cumplir cada año de abono en su establecimiento.
10. Escuchar las sugerencias u opiniones en cuanto a modificaciones de la infraestructura, higiene, ambientación y necesidades varias de las personas que concurren a su club o gimnasio.