Mark Twain escribió que no hay nada más fácil que decir la verdad. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Y en el proceso de selección de personal, los headhunters comprueban a menudo que hay candidatos que mienten- o que han mentido alguna vez en su vida- para conseguir empleo.
Mienten. Los más jóvenes, que hablan de un primer trabajo que nunca existió; las personas que todavía no se recibieron y aseguran lo contrario; los mitómanos que inventan empresas en otros países donde supuestamente trabajaron; o los ejecutivos que falsifican un certificado de estudios de una universidad privada para conseguirse un título inexistente.
Según la consultora Marta Alles, hay quienes “estiran” las fechas de entrada y salida de una empresa, para no parecer personas inestables que duran poco tiempo en un puesto de trabajo. Así como otros alargan la estadía en una compañía en su currículo fingiendo que están en plena actividad, porque creen que estar desempleado es un estigma.
“Uno de los mayores problemas acá es que una mentira no es vivida como tal; se trata de un problema cultural”, señala Alles. Es decir, hay distorsiones que no son vividas por los candidatos como mentiras, y así hay quienes aparecen como jefes cuando eran gerentes y gerentes que dicen haber sido directores.
Otra de las cuestiones que se detectan cuando se chequean los CVs es que la gente se quita años para parecer más joven, o directamente no quiere revelar la edad, por miedo a entrar en una categoría de “mayor”.
También es común que se mienta acerca de la fluidez en el manejo de un idioma extranjero para competir con otros postulantes que ostentan el dominio de mayor cantidad de lenguas.
Y aunque no existen leyes inmutables en materia de mentiras, según los especialistas pareciera que existe una tendencia mayor a falsear la verdad en vendedores y en profesionales provenientes del área de la tecnología.
Creer o no creer
Por su parte Dora Fuxman, de la consultora Maica Palacios, opina que “a lo largo de las entrevistas existen otro tipo de conductas que son el correlato de las mentiras, como irse por las ramas en algún detalle que aparece como secundario, cambiar de tema rápidamente o tomar senderos que no son los habituales en una entrevista de trabajo”.
Cristina Mejías, directora de CM Sociología de empresas, señala que cuando se produce un quiebre en relación candidato-headhunter se da una situación que luego resulta muy difícil de remontar.
“La gente se olvida de que un headhunter, cuando confía en una persona, puede abrirle puertas de empresas y conducirlo al éxito. Pero si desconfía de él, puede llegar a hundirlo”, señala la especialista.
Una consultora recuerda el caso de una mentira que llegó a buen puerto, pero porque a los minutos la entrevistada se retractó y dijo la verdad. Una mujer joven, ex cajera de un banco, negó tener hijos durante- a pesar que tenía uno- porque vivía la maternidad como una desventaja competitiva para obtener el puesto. Pero luego se retractó y dijo la verdad, y como cumplía con los requisitos, aprobó las entrevistas y quedó selecciona.
Cómo manejarse
- A lo largo del proceso de selección de personal son chequeados cada uno de los antecedentes universitarios y laborales. Por lo tanto, es bastante difícil que una mentira no “salte”.
- La recomendación de los especialistas –por lo tanto- es no mentir sino defender las fortalezas de cada uno. En ese sentido, un CV es la tarjeta de presentación que puede abrir la puerta a un trabajo nuevo, o cerrarla para siempre.
- Si la información es transferida al cliente, el candidato queda inmediatamente suspendido.
- Si aparece alguna interpretación errónea de algún dato durante la entrevista, lo ideal es aclararlo lo antas posible antes de que tome cuerpo y se termine convirtiendo en una mentira.