Cuando iniciamos programas deportivos dirigidos a niños o adultos la primera gran barrera que enfrentamos los entrenadores y psicólogos del deporte es el resultado de la evaluación de las capacidades motoras.
Trastornos en el desarrollo motor no intervenidos adecuadamente generan déficit y un bajo nivel en la motivación y autoestima de la persona. Esta es la mayor causa de abandono de las disciplinas deportivas, y de los programas de salud.
Un elemento que aísla, marca una diferencia y retarda el proceso de integración y de cohesión de equipo, pero que sobre todo afecta la buena salud y rendimiento de las personas.
¿Pero cuándo es que debemos detectar esos trastornos que se convertirán en déficit o discapacidades?
Es en los primeros años en las que las alertas se presentan y condicionan el crecimiento de los niños.Desde antes del nacimiento, el cuerpo humano desarrolla capacidades motoras que se estimulan en el vientre materno, permitiendo el movimiento elástico y flexible en los primeros meses y reforzando la tonicidad, al tener que aplicar tensión muscular para acomodarse dentro de las estrechas paredes del vientre en los últimos dos meses de embarazo.
Cuando un niño no cumple el tiempo de desarrollo, o no se han cumplido las necesidades nutricionales o se presentan problemas en al alumbramiento, es posible que las capacidades se vean afectadas y requieran estimulación especial para alcanzar un rendimiento apropiado para su edad cronológica.En nuestra práctica profesional cada día encontramos niños que no alcanzan los niveles de desarrollo motor los primeros meses, y es así como no mantienen firme la cabeza, no presentan la tonicidad adecuada para controlar la posición de la columna, no se arrastran, ni voltean, no se sientan, no caminan.
Los niños no podrán nivelarse por su propia cuenta, ni los inexpertos padres pueden contar con los métodos necesarios para apoyar a sus hijos.Y es entonces cuando aparecerán los problemas de atención, hiperactividad, problemas del aprendizaje o trastornos en la conducta, reflejos visibles de un trastorno sensorial a nivel propiceptivo y vestibular.El desconocimiento y la falta de atención de las alertas que presentan nuestros niños en los primeros meses, retrasan el adecuado desarrollo de sus capacidades y repercuten en las habilidades de aprendizaje y en el rendimiento y en el dominio de la utilización funcional de su cuerpo.Como consecuencia, generalmente se presentan en la infancia déficits motores que entorpecen el desarrollo en la marcha y en el desenvolvimiento funcional de las clases de educación física y acondicionan una actitud de falta de interés por el deporte y en las actividades físicas, propiciando a su vez, conductas de sedentarismo tan preocupantes en la actualidad, sobre todo por el apego a las computadoras en la adolescencia y los problemas de autoestima y degeneración articular en la adultez.
Otro factor que es dejado de lado, es el beneficio neurológico que constituye en desarrollo de las capacidades motoras condicionales y coordinativas dentro del sistema sensorial, aspecto que define las habilidades de la persona para extraer la información de su entorno y la posibilidad de regular su metabolismo.
El cerebro visto, como un músculo, tiene la capacidad de crecer y desarrollar habilidades cuando se le estimula de manera adecuada.Los neurotransmisores dinamizan sus señales, inclusive se ha comprobado científicamente, a través de las pruebas de activación cortical, en resonancia magnética, que se produce regeneración neuronal en personas que practican actividad física continua.
Así mismo, el ejercicio propicia la producción de serotonina, dopamina y norepinefrina las sustancias reguladores, del buen humor, sueño y atención.El ejercicio físico se constituye como instrumento de desintoxicación y regulación del organismo, retardando el envejecimiento y previniendo enfermedades.
Un ambiente enriquecido, estimulado sensorialmente, condicionado al desarrollo de capacidades motoras, cognitivas y sociales, propicia el equilibrio de la persona y de la comunidad en general.
El deporte de calidad de vida es un derecho universal contemplado por la Oficina Mundial de salud y no debe estar limitado a programas de salud.
Todos los seres humanos, desde que se encuentran dentro del vientre, deben recibir estimulación motora a través de modelos adecuados de los padres y del desarrollo de programas de estimulación temprana, educación física integral en ambientes al aire libre.
Los invitamos a visitar nuestros espacios enriquecidos donde los niños de 8 meses a 6 años podrán recibir estimulación integral
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