El desarrollo tecnológico y socioeconómico ha conseguido en los países desarrollados, entre otros avances, una mejor alimentación y atención sanitaria que ha propiciado una mejora de la calidad de vida y consecuentemente un aumento de la longevidad. Si a esto, añadimos que asistimos a un período de contención generalizada de la natalidad, el resultado final será, cada vez más, una población de mayor edad, situando a Galicia en cabeza de las Comunidades Autónomas y estimando que España será, en el 2.040, el país más envejecido de la Unión Europea. Dos noticias, como referencia, publicadas en La Voz de Galicia, hace unos años, advertían que el envejecimiento de la población gallega disparará el gasto en sanidad pública y que, tan sólo, el 2% de los coruñeses mayores de sesenta años, practican ejercicio, sin que los poderes públicos gallegos se hayan alarmado por esta información.
Esta estadística, sitúa a la actividad física dirigida a las personas mayores, de alta prioridad, razón por la que, en los últimos años, existe una mayor sensibilidad reflejada en la oferta creciente que se desarrolla, principalmente, en las instalaciones deportivas municipales, en centros sociales y de la tercera edad. A pesar de todo, se hace necesario un mayor compromiso de los poderes públicos para que los ciudadanos mayores deserten del sedentarismo.
La concepción social del deporte es consustancial al mismo origen del movimiento olímpico moderno, ya que fue el propio Barón de Coubertin quién señaló que el deporte "No es ningún objeto de lujo ni una actividad para ociosos, ni tan siquiera una compensación muscular del trabajo cerebral. Es por el contrario, para toda persona, una fuente eventual de perfeccionamiento interno, condicionada por la ocupación laboral. Es, en definitiva, patrimonio de todos por igual y su ausencia no puede sustituirse con nada". Incluso llegó a afirmar que un país no es "verdaderamente deportista hasta que la mayoría de sus habitantes no experimentan el deseo personal del deporte...".
El término "deporte para todos" ha sido utilizado en los documentos del Consejo de Europa, desde 1956, y uno de los pioneros en su utilización ha sido Jürgen Palm, Jefe del Departamento del Deporte para Todos de la antigua Alemania Federal, pudiéndose afirmar que, es en 1966, cuando se acuña definitivamente dicho término como mensaje institucional del Consejo de Europa, que propicia el nacimiento de un movimiento internacional como reacción al sedentarismo y en la defensa del derecho a la práctica del deporte, apodado como "el segundo camino del deporte".
En 1968, se reúnen en la ciudad de Brujas (Bélgica), cinco expertos europeos, entre los que se encuentra el español José María Cagigal, para elaborar el documento que defina el contenido y las necesidades del Deporte para Todos que proponen el desarrollo de un programa que servirá de base para los trabajos posteriores realizados por Alistair D. Munrow, director de Educación Física de la Universidad de Birmingham (Gran Bretaña), cuyos resultados se plasman en la aprobación de la Carta Europea del Deporte Para Todos (1975), durante la Primera Conferencia Europea de Ministros responsables del deporte, celebrada en Bruselas.
El Deporte para Todos, como una de las grandes manifestaciones o tendencias del deporte moderno, pretende que todos puedan tener la oportunidad de acceder a la práctica de las actividades físico-deportivas, sin ningún tipo de discriminación, lo que supone una apuesta por un deporte humanista y educativo. El Deporte para Todos encierra una filosofía y no puede analizarse de una manera homogénea, ya que en su propio desarrollo se ha manifestado de diversas formas, principalmente, en relación al sujeto a quien se dirige la actividad o al objeto de la misma; el Deporte para Todos es diverso y plural, tanto en sus productos como en sus organizaciones.
A título enunciativo, podemos clasificar el deporte para Todos, en cuanto a su objeto, en los términos siguientes:
-
El deporte educativo;
-
El deporte-salud;
-
El deporte recreativo.
Sin pretender agotar las clasificaciones posibles, podemos ordenar, también, el Deporte para Todos en función de los sujetos a quienes va dirigido, que produce una amplia diversidad según el segmento social afectado y que, a título referencial, podría quedar configurado de la manera siguiente:
-
El deporte en la edad escolar;
-
El deporte de adultos;
-
El deporte de la tercera edad;
-
El deporte para discapacitados;
-
Etc.
El Deporte para Todos que consiste en posibilitar el acceso a la práctica del deporte a todos los ciudadanos que lo desean, además de cumplir su propia misión, colabora a lo siguiente:
-
· El crecimiento del denominado "deporte de base";
-
· Una mayor comprensión del deporte espectáculo;
-
· La adquisición de los valores originarios del deporte;
-
· La mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
En la publicación "Le Sport pour Tous et le Comité International Olympique", se define el Deporte para Todos como un movimiento, cuyo principio es atender el ideal olímpico que proclama que el deporte es un derecho que pertenece a todos los hombres, sin distinción de raza ni de clase. Este movimiento tiene por objetivo promover la salud, la condición física y el bienestar, mediante las actividades deportivas que pueden ser practicadas por personas de sexo, edad, condiciones sociales y económicas diferentes, cualquiera que sean las culturas regionales y locales.
El concepto de Deporte para Todos, desde nuestra propia perspectiva, lo interpretamos en los términos siguientes:
1. Filosofía de que nadie se quede sin practicar deporte por falta de recursos económicos o por carencia de capacidades.
2. Promoción de aquellas actividades más naturales y fáciles de practicar, bajo la idea de que debe ser el deporte el que se adapte al individuo, y no al revés, fundamento de la concepción humanista y educativa que tiene el deporte.
3. Apoyo al nacimiento de nuevos deportes alternativos que satisfacen otros intereses, ampliando y enriqueciendo de esta manera el espectro deportivo.
Existía, hasta no hace mucho tiempo, la falsa creencia de que la práctica del deporte quedaba reservada para aquellos ciudadanos reconocidos como "deportistas", o bien, que dicha práctica correspondía a una primera etapa de la vida. Lo de "yo no sirvo para el deporte" es una frase que refleja la filosofía discriminatoria de la concepción del deporte. Afortunadamente, estos viejos esquemas van siendo superados, estableciéndose que el deporte puede y debe formar parte del estilo de vida de cualquier persona, incluidos los más viejos que, según la tendencia en los países desarrollados, serán el colectivo mayoritario.
El perfil general que puede caracterizar las actividades que se encuadran en el marco del Deporte para Todos, podría quedar configurado de la forma siguiente:
-
No son selectivas
-
Están basadas más en la salud y la recreación que en el rendimiento
-
No es indispensable la existencia de competición
-
Son actividades de reglas simples y su práctica demanda habilidades fáciles de aprender
-
No exigen costosos equipamientos e instalaciones
-
No siempre están institucionalizadas (organización, reglamentación, etc.)
-
Son de más fácil adaptación a las circunstancias y particularidades del individuo y su entorno
-
En su variado espectro, algunas están más próximas al juego, y otras tienen ya una orientación más deportiva.
LAS PERSONAS MAYORES
Permanece, todavía, el debate acerca de los apelativos o sobrenombres que se vienen aplicando para designar ese segmento de población mayor, es decir, las personas que han sobrepasado el período adulto y que se encuentran en otra etapa que se viene denominando como "tercera edad". Sin ánimo de generar más polémica, reproducimos lo que, Fernando Fernán-Gómez, piensa al respecto de lo que califica como "personas mayores", conceptualizándolo en los términos siguientes: "¿cómo nos llaman? Y, por lo tanto, ¿quiénes somos? A mi médico no le gusta los de <tercera edad>. Lo encuentra desacertado desde el punto de vista psicológico. Es triste y despectivo. En cambio, le parece muy bien <sesenta y más>, título de la revista ilustrada que edita –muy bien, por cierto- el Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO). Yo no veo en qué consiste la ventaja de <sesenta y más> sobre <tercera edad>. Aunque quizás no tan despectivo, me parece igual de triste, y de entristecedor. Pero como precisamente mi médico me tiene prescrito no discutir, no discuto.
Hay bastantes más denominaciones, gran parte de ellas de buena intención, para elegir: <personas mayores>, <ancianos>, <viejos>, <abuelos>, <provectos>, <longevos>, <vetustos>, <quintañones> (familiarmente llámase así a los centenarios), <antañones>, <septuagenarios>, <octogenarios>, <nonagenarios>. Y con leve falta de respeto, que no significa falta de cariño, tenemos <vejestorio>, <carcamal>, <chocho>, >calamocano> y otras.
Mi compañera propone <añejo>. A mí me parece bien. <Nosotros, los añejos...>, podríamos decir, y nos tocaría la misma parte de prestigio que les corresponde a los vinos. (De uno o varios años). Aplicase a ciertas cosas en las que la vejez es una buena calidad. <Vino añejo>). Procuraré utilizarlo alguna que otra vez, pero no creo que cuaje. Es una palabra ya un poco añeja.
Con esta última palabra, la aportada por mi compañera, me salen dieciocho. Dieciocho maneras de llamarnos –de llamarme- a nosotros, los que ya no somos como ellos".
DEFICIENCIAS DE LA OFERTA ACTUAL
La oferta que existe dirigida a los mayores, en muchos casos, encierra graves deficiencias en su concepción o aplicación que pueden convertir la actividad en elemento perjudicial para los participantes.
En primer lugar, los programas reproducen un cierto mimetismo respecto a la actividad física y deportiva que se realiza durante la etapa adulta anterior con unos contenidos no adecuados a estas edades; ciertas actividades y ejercicios, por mucho que se trate de readaptarlos, deben desterrarse de estos programas, por los riesgos que entrañan para las personas mayores.
Otro fallo lo encontramos cuando la actividad se dirige a un grupo heterogéneo, en el que participan personas mayores de muy diferentes condiciones físicas, incluso mezclando personas que han sido sedentarias hasta el momento, con otras que han mantenido un nivel de actividad física a lo largo de su vida; se hace necesario en la aplicación correcta de los programas, establecer los grupos de trabajo, no por edades, sino de acuerdo a la capacidad funcional y al estado particular de salud de los participantes.
Y también es usual que se piense que para dirigir o impartir estos programas puede servir cualquiera que tenga un simple título deportivo, lo que puede constituir una seria amenaza para la salud e integridad de las personas mayores. Las entidades organizadoras de estos programas, tanto públicas como privadas, deben exigir que el responsable del programa tenga la formación idónea, es decir, que esté en posesión del título de Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, constituyendo un mérito a tener en cuenta el haber realizado alguna formación de post-grado en este campo de conocimiento.
EL PAPEL DE LOS PODERES PÚBLICOS
El Art. 50 de la Constitución Española dispone que "Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio". Sin ninguna duda, es un mandato constitucional que obliga a los poderes públicos a garantizar una oferta, entre otras, de actividad física y deportiva que contribuya a una mejor calidad de vida de los mayores.
Por lo tanto, los poderes públicos, en general, tienen la obligación de dar respuesta a las necesidades de la población mayor y, concretamente, en lo que se refiere a la actividad física y el deporte, competencia que, con mayor o menor acierto, ha quedado reflejada en las leyes autonómicas del deporte.
Igualmente la Unión Europea en lo que se conoce como su "agenda social", ha venido y viene disponiendo una serie de normas en desarrollo del Tratado de Niza, entre las que podemos destacar, de forma sintética, las siguientes:
-
Recomendación sobre política comunitaria hacia las personas jubiladas (1982).
-
Resolución sobre tarjeta cultural y transporta para mayores de 60 años (1989).
-
Resolución sobre programas de jubilación flexible (1993).
-
Programa comunitario hacia las personas mayores (1991-1996).
De todos los poderes públicos que pueden y deben intervenir por medio de políticas que satisfagan las necesidades de las personas mayores, centraremos nuestra intervención en dos ámbitos territoriales distintos, pero que han venido trabajando en este sentido; nos referimos, concretamente, al Consejo de Europa, en cuanto a su tarea política y orientadora y al municipio, como administración más cercana al ciudadano, cuya obligación prioritaria consiste en facilitar el acceso a la práctica de la actividad física y el deporte de todos los ciudadanos, sin ningún tipo de discriminación y que, desde las primeras elecciones municipales democráticas (1979), ha impulsado una política que contempla una oferta específica dirigida a los mayores.
Declaraciones del Consejo de Europa
1.- La Carta Europea del Deporte
Los Ministros europeos responsables del deporte, en su séptima conferencia celebrada en Rodas, en 1992, aprueban una nueva Carta Europea del Deporte que sustituye a la anterior de 1975 (Carta Europea del Deporte Para Todos), y que sin referirse literalmente a los mayores, los contempla implícitamente, en su Art. 1º, en el que dispone como uno de sus fines, lo siguiente:
"1. Dar a cada persona la posibilidad de practicar el deporte, concretamente:
b) concediendo a todos la posibilidad de practicar el deporte y de participar en actividades físicas recreativas en un entorno sano y seguro;".
También, en su Art. 4º.2, respecto a las instalaciones y actividades deportivas, establece que "Se adoptarán medidas tendentes a garantizar a todos los ciudadanos la posibilidad de practicar el deporte y, en su caso, se tomarán medidas complementarias que permitan, tanto a los jóvenes dotados de posibilidades como a las personas o grupos desfavorecidos o minusválidos, beneficiarse efectivamente de tales posibilidades".
2.- Recomendación sobre "el deporte para todos: las personas mayores" (88/8)
Este acuerdo del Comité de Ministros a los Estados miembros del Consejo de Europa, recomienda "que tomen las medidas necesarias para fomentar y apoyar los esfuerzos dirigidos a aumentar la participación de las personas de edad avanzada en las actividades físicas, y en particular deportivas, adecuadas;".
Entre las líneas directrices de esta Recomendación se encuentra, entre otras, la siguiente:
" Elaborar un abanico adecuado de programas y establecer locales variados y suficientes para mejorar las relaciones sociales, preservar la condición física y mejorar la salud mediante la práctica regular de una actividad deportiva, habida cuenta de las necesidades sociales, las motivaciones y las capacidades físicas de los distintos grupos de edad; asociar a las personas de edad avanzada a la elaboración de dichos programas y prever una ayuda y una vigilancia médica adecuadas".
Una propuesta municipalista: Los círculos de ejercicio saludable
Una propuesta municipalista: Los círculos de ejercicio saludable
En el marco del trabajo desarrollado por el Consejo de Europa en materia deportiva (1994), el documento "El Deporte para Todos y la Salud", en la publicación que resume los datos científicos existentes, respecto a qué poblaciones dirigirse, señala lo siguiente:
" Está demostrado científicamente que los individuos menos activos son los que experimentan más mejoría cuando comienzan a hacer ejercicio con regularidad. Esta es una de las mayores prioridades: debe ofrecerse a los individuos y grupos que está motivados, pero que son sedentarios o irregularmente activos, la posibilidad de satisfacer sus aspiraciones. Estos individuos y grupos se encuentran, principalmente, entre los que tienen oportunidades limitadas; entre las personas que, como los niños y personas de edad avanzada, tienen menor independencia y libertad de elección,...".
La Organización Mundial de la Salud, en el documento sobre "Política en materia de actividad física", publicado con motivo del Día Mundial de la Salud (2002), recoge unos criterios acerca de la responsabilidad de los municipios, cuyas políiticas deben contemplar, entre otras, las siguientes:
-
Dedicar espacios interiores y exteriores seguros a la actividad física, ya sea para juegos o deportes.
-
Organizar programas comunitarios.
-
Apoyar las iniciativas de los diferentes sectores y agentes a favor de la actividad física.
Las autoridades deportivas y sanitarias, autonómicas, provinciales y municipales, tienen que reaccionar de inmediato, impulsando un programa que sensibilice a los mayores de la bondad de una actividad física adecuada y cuya oferta garantice las plazas necesarias para todos. Este programa contribuirá a elevar la calidad de vida de nuestros mayores y permitirá reducir los gastos sanitarios provocados, en muchos casos, por una vida sedentaria. El apoyo público al deporte de competición y la ambición política por conseguir medallas, no debe suponer un detrimento de la educación y salud de los ciudadanos. Aunque es cierto que algunos municipios cuentan con un programa físico-deportivo para los mayores, en la mayoría de los casos, es insuficiente para atender la demanda existente.
Hay que disponer de los recursos económicos imprescindibles para la puesta en marcha de un programa estrella que extienda por todos los rincones del campo y del territorio urbano, semilleros de una oferta de actividad física y deporte para los mayores, en torno a lo que hemos bautizado como "Círculos de Ejercicio Saludable", en los que las Comunidades Autónomas y las Diputaciones no pueden ser convidados de piedra. Los municipios tienen la obligación de convertirse, de nuevo, al igual que en la década de los 80, en faro de una revolucionaria política deportiva, en favor de los mayores, que transforme sustancialmente el oscuro panorama que reflejan las previsiones y estadísticas conocidas.
BASES DE UNA POLÍTICA DEPORTIVA PARA LOS MAYORES
Las Directrices de Heidelberg para promover la actividad física entre las personas mayores, impulsadas por la Organización Mundial de la Salud, fueron preparadas por un comité científico y sometidas a los participantes en la reunión del 4º Congreso Internacional sobre Envejecimiento Saludable, Actividad y Deporte (1996), celebrado en Heidelberg (Alemania), manifestando la necesidad de desarrollar estrategias que conduzcan a aumentar los niveles de actividad física en todos los segmentos de población, a través de una política pública "saludable" que influya en ámbitos como la política sanitaria e implicando a diversos sectores en la difusión de la información relativa al envejecimiento saludable (Centros de Tercera Edad, Medios de Comunicación, Organizaciones No Gubernamentales, Universidades, Residencias de Mayores, Centros Sociales, etc.)
No se necesita argumentar que la actividad deportiva en la tercera edad no puede ser concebida para ganar medallas o batir record, sino dirigida desde la perspectiva de la salud y la recreación, y es por ello por lo que forma parte del movimiento del Deporte Parar Todos.
Una política deportiva y, particularmente, los programas dirigidos a satisfacer las necesidades motrices de este segmento de población deberán tener en cuenta los criterios siguientes:
a) Qué características individuales tiene los participantes (sedentarios, deportistas veteranos, etc.).
Está demostrado científicamente que a partir de una edad existe un decrecimiento progresivo de las capacidades físicas que es más notorio en la llamada "tercera edad", especialmente en las personas sedentarias. Entre la población mayor que puede acceder a programas de actividad físico-deportiva podemos encontrarnos los tipos siguientes:
-
El veterano consciente
-
El veterano inconsciente que quiere ir siempre más allá de sus capacidad actual
-
El sedentario que descubre el deporte
-
El sedentario que se reencuentra con el deporte
b) Qué limitaciones o restricciones impone la actividad deportiva en la tercera edad.
Hay ciertas limitaciones y restricciones a la práctica físico-deportiva determinadas por ciertas enfermedades que condicionan el estado de salud y que hay que tener presente a la de formar los grupos de actividad.
En algunos deportes, salvo que se pueda realizar una adaptación adecuada, no se debe incentivar la competición, especialmente a partir de los 60 años, pues el deseo de vencer puede prevalecer por encima de su propia capacidad.
c) Que queremos conseguir.
La actividad debe perseguir principalmente dos fines:
-
Preventivo: para retrasar el proceso de deterioro que conlleva el envejecimiento
-
Social: favorecer la comunicación y la relación interpersonal
d) Cuales son las actividades más recomendables.
Si en etapas anteriores, estimo que hay deportes que no son recomendables desde el punto de vista de la salud, con mayor razón si nos referimos a las personas mayores. Sin que nadie se ofenda, y a título de referencia, podemos decir que la halterofilia o la gimnasia rítmica no son precisamente dos actividades que deban ser recomendables.
-
Actividades de carácter cíclico y fáciles de controlar como andar, remar, correr, andar en bicicleta o nadar, son las prácticas aconsejables, siempre de acuerdo a la capacidad del sujeto y su estado de salud
-
Otros deportes pueden ser el golf, el tiro con arco, el tiro olímpico, etc.
-
La actividad gimnástica orientada a la amplitud del movimiento y a la tonificación muscular
-
Los deportes y juegos alternativos como los dardos, los bolos, la petanca, la rana, etc.
Pero, por encima de estos criterios señalados, una auténtica política deportiva pensada para los mayores, debe sustentarse en impulsar y respaldar su organización en asociaciones y otras entidades que les permitan defender e, incluso, gestionar sus intereses, en este caso, referidos a la satisfacción de sus necesidades y demanda de programas de actividad física y deportiva específicos. En una sociedad con más tiempo libre y en la que los mayores conforman un numeroso colectivo de ciudadanos que aumenta de forma progresiva, no se debe desperdiciar esa fuerza social, sino reutilizarla, tanto a favor de sus propios intereses como para el trabajo voluntario y solidario hacia los demás.
Esther Vilar, en su libro "Viejos" lo explica en los términos siguientes: "La mayoría de nosotros, los viejos, tenemos un tiempo casi ilimitado. Este tiempo podemos utilizarlo para una labor pública a nuestro modo; podemos fundar iniciativas ciudadanas y asociaciones de intereses, podemos perseguir nuestros fines en locales apropiados,….En nuestras filas se encuentran expertos de todas las profesiones y…todos ellos disponen de tiempo".
A MODO DE COROLARIO
La práctica de la actividad física y el deporte en los mayores debe ser entendida como parte de la educación permanente que se desarrolla a lo largo de toda la vida. Para que los mayores hayan adquirido el hábito físico-deportivo es fundamental una experiencia educativa previa que le corresponde jugar a la escuela y a la familia, lo que nos obliga a denunciar que la asignatura de Educación Física, actualmente, no puede cumplir su cometido por la reducida carga horaria que tiene asignada.
Entre los poderes públicos, el municipio debe ser la piedra angular del desarrollo de programas de actividad física y deportiva, dirigidos a los mayores que posibiliten una mejor ocupación de su tiempo libre y una mejora de su calidad de vida.
Coincidiendo con el criterio manifestado, en la década de los 70, por el Dr. Korobkov, doctor en Ciencias médicas, "Nosotros estamos seguros de que llegará el tiempo, en que el nivel intelectual del hombre se determinen no solamente por el hecho de si sabe bien su profesión, si lee mucho, si escribe, si sabe portarse bien en la sociedad, entiende música y le gusta el arte, etc., sino también por el hecho de cómo entiende y aplica en la práctica la educación física. Pues este aspecto de la cultura humana es igual que todos los demás".
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
ADOZ (Boletín del Centro de Documentación en Ocio) Número Monográfico "Ocio y personas mayores". Universidad de Deusto. Bilbao, 1995.
Camiña Fernández, Francisco y Mayán Santos, José M. II Congreso de Actividad Física y Deportes para Personas Mayores. I Encuentro Deportivo Internacional de Personas Mayores. Laverde Ediciones S.L. Santiago de Compostela, 2002.
Fernando Roqueta, José Antonio (1985) Actividades Físicas para la 3ª Edad. Diputación General de Aragón. Dirección General de Deportes. Zaragoza.
Hernández Vázquez, Manuel (1995) Actividades Físico-Deportivas para la Tercera Edad Ministerio de Asuntos Sociales. Instituto Nacional de Servicios Sociales. Madrid.
