La obesidad es un problema de salud creciente en las sociedades actuales al punto de ser una epidemia, presente en todo el mundo y en los Estados Unidos especialmente: más del 64% de las mujeres en edad fértil tienen sobrepeso y más del 35% son obesas.
La obesidad se ha casi duplicado en el mundo en las tres últimas décadas, afectando a unos 500 millones de adultos, y Argentina ocupa el séptimo lugar en el ranking de excedidos de peso. Según publicó la revista médica The Lancet, los hombres argentinos son los que más sufren obesidad en toda Latinoamérica, incluso más que en México. Las mujeres están segundas después de las mexicanas.
El Índice de Masa Corporal (IMC) es un indicador que incluye peso y altura en una formula expresada como un parámetro comparativo. Se considera peso bajo a un índice de masa corporal menor a 18.6; es normal cuando el IMC está entre 18.6 y 24.9; se habla de sobrepeso con un IMC de entre 25 y 29.9; de obesidad cuando el IMC va en el rango de 30 a 39.9 y de obesidad mórbida en los casos en los que el IMC es mayor a 40.
La obesidad ha sido relacionada con infertilidad y con diversas complicaciones obstétricas, tanto en concepciones naturales como en reproducción asistida. Varios estudios demostraron que el sobrepeso está ligado a mayor riesgo de abortos tempranos. Y si bien se sabe que el 50-75% de estos se deben a trastornos cromosómicos (aneuploidias), en el caso de las mujeres con elevado índice de masa corporal las evidencias apuntan a una alteración en el medio ambiente uterino como así también a los efectos de insulino-resistencia durante el embarazo, a la asociación con trastornos tiroideos, a la insuficiencia de producción de progesterona por el cuerpo lúteo, etc.
Un extenso estudio presentado en el último congreso de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM según sus siglas en ingles), que evaluó la tasa de embarazo y el porcentaje de aborto temprano según IMC en programas de reproducción asistida (técnicas de Fertilización In Vitro –FIV- e ICSI), reveló que las mujeres obesas tuvieron menores tasas de embarazo y mayores tasas de aborto, siendo estos datos significativos respecto del grupo de pacientes con peso normal. Asimismo se reportó disminución en la respuesta ovárica y mayor probabilidad de cancelación de ciclos de tratamiento por esta causa.
El impacto de la obesidad en la fertilidad no es sólo una cuestión femenina. Un trabajo presentado en el Congreso reveló que se reportaron alteraciones en la calidad del semen, menor movilidad y mayor índice de fragmentación del ADN espermático, en varones obesos frente a aquellos con sobrepeso.
Dra. Andrea Marazzi, MN 82486. Especialista en Medicina Reproductiva. Directora Médica de FERTILAB