La depresión se caracteriza por la sensación de tristeza, soledad, duelo o pérdida, que dificulta la interacción con otros individuos y con el entorno. La ansiedad, por su parte, es un trastorno caracterizado por la sensación de angustia, nerviosismo e intranquilidad. Ambos están íntimamente relacionados y el 85% de las personas diagnosticadas con depresión severa, presentan cuadros de ansiedad. Sin embargo, los casos aislados de ansiedad o depresión suelen ser más fáciles de tratar.
Muchas veces, las personas que sufren de ansiedad, tristeza o depresión, dicen sentir una “presión en el pecho” o la clásica expresión “El corazón roto”. Esto se debe a que los procesos mentales que ocurren cuando se atraviesa una situación de depresión, estrés o ansiedad, están asociados con la reducción de niveles de oxígeno y dióxido de carbono en el cerebro.
La evidencia científica indica que, a pesar de que las causas de depresión o ansiedad, están relacionadas con duelos, pérdidas o situaciones emocionales específicas, las causas fisiológicas se reducen a la ineficacia de los patrones de respiración y a la mecánica de respiración anormal. Es decir, hiperventilación, respiración hacia el pecho, respiración por la boca, etc.
Es por esto que la práctica de Yoga y los pranayamas o respiraciones profundas, pueden ayudar a sanar la depresión y ansiedad. Respirar profundamente y de forma consciente, permite experimentar la sensación de relajación de forma física, esto supone un paso fundamental a la hora de reducir los niveles de estrés y tristeza. Además, la práctica de yoga está íntimamente relacionada con la concentración en el ahora, ya sea en la respiración o en la postura. Esto permite que el paciente “olvide” durante el ejercicio aquellas situaciones que lo aquejan y se enfoque en el bienestar que está sintiendo en el momento.
Adicionalmente, el yoga ofrece una conexión con el yo y con el entorno, es por esto que los estudios de yoga, suelen tener un ambiente tan neutral y delicado. La práctica de yoga busca generar conciencia de nosotros mismos, aprendiendo a conocer todas las partes de nuestro cuerpo interna y externamente, logrando una integración total con el presente.
Este tipo de vivencias, generadas a partir de los estados de consciencia concebidos a través del yoga, ayudan a la personas a generar una sensación de pertenencia, no sólo con ellos mismos, sino también con los grupos de yoga a los que pertenecen.
Las personas que comparten esta disciplina, suelen ser comunitarias y amantes de la armonía. Por lo tanto le permiten al individuo sentirse incluido y parte de un todo.
Cuando se está deprimido, es muy difícil comenzar una nueva rutina, muchas veces las personas que se encuentran en estado de ansiedad o depresión, ni siquiera quieren salir de casa o de la cama.
Para este tipo de situaciones es conveniente comenzar paso a paso, para así evitar la frustración. Comenzar con ejercicios de respiración pausados es muy recomendable, para abrir el pecho y oxigenar el cuerpo. Inmediatamente, podrán sentir una sensación de placer y armonía aunque sea fugaz. Esta puede ser una enorme motivación para ayudarlos a seguir intentando avanzar en sus prácticas de yoga. Recuerden que cualquier estiramiento o respiración (Pranayama) es un avance importante hacia la mejoría.
Una vez se haya progresado y se decida tomar clases, es importante analizar qué tipo de clase es para ti. Incluso, puedes comenzar con videos introductorios.
Al asistir a una clase presencial, es importante identificar lo antes posible si la clase te ha sentado bien emocionalmente. Si has logrado conectarte contigo y con los otros, es una buena señal. De lo contrario intenta conseguir otra clase o informarte sobre clases dedicadas al manejo de ansiedad y depresión.
El Yoga es uno de los antidepresivos y antianciolíticos más eficientes disponibles en la naturaleza. Además, la dependencia a éste no puede más que beneficiarte física y mentalmente. Estudios en Harvard Medical School, indican que al cabo de 3 meses, las mujeres que asisten a clases de yoga, presentan una mejoría de un 50% sobre cuadros depresivos, 30% en cuadros de ansiedad y una mejoría del 65% en su bienestar general.
¡Es hora de comprometerse a mejorar tu calidad de vida, humor y tu condición física!