Una condición
indispensable para disfrutar los deportes acuáticos es amar al agua y
sentir inclusive hacia ella el respeto necesario para que las
actividades que se practican no se vuelvan peligrosas.
Los progresos técnicos y científicos permiten disponer
actualmente de una valiosa información en referencia a cuestiones que
eran, hasta hace poco, misterio, leyenda ó conjetura. El mar por
ejemplo, ha sido increíblemente explorado. Si bien es sólo el
comienzo, navegantes, pescadores y bañistas conocen hoy día mucho más
y pueden por lo tanto prevenirse mejor de los accidentes antes
simplemente asociados a la fatalidad.
Sin embargo estas investigaciones no se han limitado
a las aguas abiertas y sus profundidades.
Sabemos más acerca de las leyes físicas, de las
incidencias de la química en el medio ambiente y se ha llegado a un
análisis casi exquisito de los gestos del nadador a través de estudios
de la biomecánica humana y de la acuodinámica. El conocimiento de
lanchas, motores, indumentaria, implementos y otros equipos
deportivos, ha superado largamente, las expectativas de antaño.
Recursos insospechados hace unas décadas, permiten a
entrenadores y entrenados, a alumnos y maestros, y aún al simple
aficionado, encontrar más utilidad a sus esfuerzos y mayor placer en
sus prácticas. La medicina y la psicología han
aportado lo suyo y en todo el mundo ayudados por la comunicación
global, se hacen de más en más populares, las posibilidades de viajar
y hacer deportes reservados antes a unos pocos.
El
buceo no ha escapado a esta difusión y aún personas que jamás se
acercaron a él deportiva o utilitariamente, encuentran hoy atractivos
los programas que proponen las oficinas de turismo internacionalmente.
Todos al agua : de 0 a siempre
La
Natación ha logrado expandir las edades de las prácticas como nunca
antes.
Complementada por el relax ó la gimnasia acuática, la Natación atrae
cada vez más adeptos. La Matronatación método creado para nuestra
Primera Escuela Argentina de Natación para Bebés, abarca la
preparación acuática pre y post natal y la enseñanza del arte del
nadar a los más chicos, desde la caída del cordón umbilical (alrededor
de los 10 días de vida) hasta los 5 años.
Matronatación terapéutica acude en ayuda de los bebés en desventaja.
Todos
pueden beneficiarse con sus programas.
Otras
escuelas se han especializado en el acqua-gym, gimnasia suave y
divertida en la Piscina y hay natatorios que destinan una franja
horaria para los mayores (abuelos que quieren mantenerse en forma y no
abandonar la actividad social de clubes o instituciones deportivas).
Nuestros bebés nadadores ya no causan sorpresa aunque continúa
asombrando su falta de temor y paralelamente, la seguridad con que se
mueven en el agua. Matronatación es el método que privilegia los
contactos amorosos padres-hijos pero insiste ,a la vez, en la
necesidad de alimentar en los niños, las conductas de autocuidado que
los alejen de los accidentes (evitándolos a través de la prevención).
Padres
y niños son educados para que, en eventuales situaciones de peligro,
puedan sobrevivir en el agua hasta ser auxiliados.
Clase
por clase, jugando con los padres, los bebés adquieren una notable
destreza a la que contribuye el control de la respiración aire-agua
desde el primer mes de aprendizaje.
Los
pequeños nadadores exhalan aire mientras están sumergidos, son capaces
de reír sin respirar ni tragar agua y, sin saberlo, se preparan para
ser también, excelentes buceadores.
Bucear Jugando
El
buceo requiere del entendimiento infantil, y las medidas de seguridad
del deporte están fuertemente asociadas a la comprensión del riesgo.
Es por
eso que aprender a nadar temprano, ayuda con eficacia a dejar las
bases para el buen buceador de mañana.
El uso
de la máscara ya puede enseñarse a los 4 ó 5 años, a un niño que sabe
nadar. A esa edad, quienes comenzaron su experiencia desde bebés,
dominan las técnicas básicas de nado, las diferentes formas de
zambullir y bollar, y son capaces de descender 2 metros y salir sin
ayuda. Buscar juguetes buceando ha sido, desde siempre, un pasatiempo
favorito para los más chicos. Las aletas, ya pueden ser usadas cuando
los pequeños dominan sin fallas las líneas de flotación para el nado
de dorso y de frente – y un correcto batido de piernas. En pequeñas
profundidades, buenos nadadores de 7 u 8 años, bajo muy atenta
vigilancia de padres e instructores concientes, pueden comenzar a
bucear con éxito. Muchos clubes del mundo proveen a padres e hijos el
placer de esta experiencia Fascinante. Y desde luego, a los niños, de
una extraordinaria oportunidad de encontrarse con el deporte, a una
edad en que aquello que nos ha maravillado jamás se olvida. |