1. La
profesionalidad docente
Teniendo en cuenta que una de las mayores preocupaciones que existen
en el ámbito de la enseñanza de la Educación Física y en el caso
especial de la asignatura Didáctica Especial es que nuestra practica
docente supere la actual desvalorización social y alcance un papel
profesional trascendente, es objeto de este trabajo presentar y
evaluar un modelo alternativo al desarrollo profesional del futuro
profesor de Educación Física.
Desde este punto de vista, según se recoge de Pérez Gómez (1988) el
profesor representa para la sociedad un técnico medio, con escasa
formación científica y cultural, dedicado al cuidado de las nuevas
generaciones y a la transmisión de contenidos comunes y
estereotipados. Como conclusión, para tal practica no es necesario
una muy alta cualificación, ni una extensa formación o compleja
especialización profesional. Aun parece prevalecer el viejo concepto
que concibe la docencia como función subsidiaria de la atención y
responsabilidad familiar. Mientras que en nuestro contexto la idea
de profesionalidad está políticamente más cerca de considerar al
individuo cómo autónomo que ofrece servicios en el mercado, para
STENHOUSE ( 1984 ) las características críticas de la
profesionalidad deben partir fundamentalmente:
del
compromiso de poner sistemáticamente en cuestión nuestra enseñanza,
del compromiso y la destreza para estudiar el propio modo de
enseñar,
del interés por cuestionar y comprobar la teoría en la practica.
Desde nuestra posición la profesionalidad docente
exige que las metodologías, métodos, técnicas y dinámicas de
enseñanza se apoyen en un consolidado conjunto de investigaciones y
conocimientos teóricos, comprometiéndonos a conseguir el mayor
beneficio posible para nuestros alumnos.
El desarrollo profesional del futuro profesor deberá ir armándose al
mismo tiempo que el desarrollo curricular, y tanto los resultados
como las generalizaciones y conocimientos que se derivan de las
investigaciones deben servir como base para la reflexión de los
alumnos.
Es importante destacar que como capacidades a desarrollar por el
alumno como futuro profesional aparecen en el programa a evaluar:
La autonomía profesional.
Su papel como investigador en el aula.
La actitud reflexiva y critica desde la propia práctica.
La participación en un trabajo colaborativo.
La emisión de juicios profesionales y teorías propias.
1.1. Características de la profesionalidad docente
El enfoque que tradicionalmente se ha tenido del profesor como
técnico parte de un principio de racionalidad, que considera la
actividad profesional del docente como una acción instrumental
dirigida a la solución de problemas a través de la aplicación de
teorías y técnicas científicas y que lo acerca a la búsqueda de la
eficacia aplicando principios generales y conocimientos científicos
derivados de la investigación positivista.
Desde nuestra postura podemos argumentar que la racionalidad
tecnológica reduce la actividad práctica a una simple situación
instrumental y al análisis de los medios apropiados para
determinadas metas, colocando en el olvido el carácter moral y
político de los fines de toda actuación profesional que pretenda
sobremanera resolver problemas humanos.
Para Pérez Gómez ( 1988 ) las razones por las que la racionalidad
técnica o instrumental no puede aplicarse a la solución de problemas
educativos son:
• La situación educativa es incierta, única, cambiante, compleja y
presenta conflicto de valores en la definición de las metas y en la
selección de medios.
• No existe una única y reconocida teoría a nivel científico sobre
los procesos de enseñanza-aprendizaje que permita la derivación de
medios, reglas y técnicas a utilizar en la práctica educativa al
identificar el problema y clarificar las metas.
Desde nuestra perspectiva, el desarrollo profesional le exige al
alumno de la Residencia Pedagógica una reflexión crítica sobre el
papel que desempeña, formulándose cuestionamientos referidos a la
escuela que tenemos y por sus posibilidades de cambio: ¿ qué valores
apoya o difunde ? ¿ qué tipos de escolares tiene y por qué razones
son éstos y no otros ? ¿ qué selección hace la escuela ? , ¿ qué
ideología defiende o propaga en su enseñanza ? , ¿ qué mejoras
podría incluir en acción pedagógica ? , ¿ qué grado de colaboración
ha establecido con padres y compañeros docentes ?.
Por lo tanto, la profesionalidad implica que el alumno-profesor se
convierta en un procesador activo de información, un práctico
reflexivo, activo protagonista en la elaboración y desarrollo
curricular, capaz de investigar su actividad y reflexionar
críticamente sobre sus actos en un marco de autonomía y
responsabilidad.
Por último, como alternativa al modelo de racionalidad técnica
surgen propuestas diversas como: el profesor como investigador (Stenhouse,
1975), la enseñanza como arte ( Eisner , 1980 ), la enseñanza como
proceso de planificación y toma de decisiones ( Clark y Peterson,
1986 ), el profesor como práctico reflexivo (Shön, 1983 ). En todas
ellas aparece el anhelo de superar al modelo de racionalidad técnica
o instrumental.
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