Un formal reconocimieto han hecho,
(debido a las ultimas estadisticas), la medicina y la nutricion,
frente al fracaso que han experimentado en el combate contra la
epidemia del sobrepeso y obesidad en el mundo. Solo en Norte America
en los ultimos anos según estudios publicados en el numero de julio
del International Journal of Obesity de 2002, la incidencia de
obesidad ha subido del 7 al 23% en ninos menores de 12 anos (¡).
Pese a la poca importancia que la medicina le ha dado al rol del
ejercicio en las alteraciones metabolicas producidas por la
obesidad, existe un grupo que pese a que ha bajado de peso mediante
rigurosas dietas y sin ejercicio, la medicina y la nutricion a
solucionado un problema estetico y esta solucion solo ha sido
temporal. El 90 % de los pacientes tratados por sobrepeso u obesidad
ha recuperado y sobrepasado el peso inicial..Sin embargo hay
experiencias que permiten demostrar que existen algunas formas y
metodos para conservar por mas tiempo dicha perdida de peso y estas
se basan fundamentalmente en la aplicación del ejercicio fisico y
que como veremos a continuacion, existen ciertos tipos o modos de
ejercicio que resultan mas o menos eficientes y que estan en cierta
forma ligadas a fenomenos de aderencia al programa. Esta es una
revision mas o menos importante y contemporanea del fenomeno de
aderencia y efecividad de la forma en que el ejercicio pude
contribuir a esta derrota que ha sufrido la medicina y la nutricion
en parar esta epidemia.
INTRODUCCION
La prevalencia de obesidad esta aumentando en
todo el mundo y comienza a ser uno de los grandes problemas de
salud. Evidencia científica sugiere que el incremento de la obesidad
es una consecuencia de la reducción de la actividad física. Esta
demostrado que un aumento en la actividad física esta fuertemente
asociado a una mejora de la capacidad física y de la composición
corporal, con un posible efecto en el gasto metabólico en reposo (GMR).
Para la reducción de peso es necesario un plan de actividad física
regular, que debe ir acompañado de una dieta reducida en calorías y
de cambios en los hábitos alimentarios, pero hay que investigar si
la realización de ejercicio solo tiene el mismo efecto.
El ejercicio es
el factor más determinante en el éxito a largo plazo del tratamiento
de la obesidad. En contraposición, el sedentarismo es uno de los
factores metabólicos que permiten predecir el aumento de peso. Sin
embargo es muy difícil lograr una adherencia al mismo por parte de
los sujetos obesos y post- obesos, habría que estudiar que tipo de
ejercicio provoca mayor adherencia, sí los ejercicios intermitentes
o los continuos.
También habría
que estudiar que cambios metabólicos se deben producir para lograr
que el ejercicio mantenga el peso alcanzado por el obeso, aun sin
que sea acompañado de una dieta baja en calorías. Mas que un
programa de actividad física por unos meses, los obesos necesitan
incluir actividad física regular como parte de su vida.
La realización de actividad física en forma
regular cuenta con muchas ventajas como: estimular la oxidación de
grasa, aumentar el gasto energético durante el ejercicio y después
del mismo, proteger la masa magra, evitar la disminución el GMR
inducido por la dieta, además de disminuir todos los factores de
riesgo asociados a la obesidad y al sobrepeso (alteraciones de los
valores de plasma sanguíneos, problemas cardiovasculares, riesgo de
padecer Diabetes Mellitus o insulina resistencia y alteraciones en
la presión sanguínea entre otros).
Pero la
efectividad del ejercicio en la perdida de peso esta influenciada
por tipo, duración e intensidad del mismo, y por el tiempo que se
mantenga el entrenamiento, ya que se vio un aumento de peso al
abandonar el mismo, aun en atletas. También influyen otros factores
como el exceso de grasa corporal, la composición y el contenido
calórico de la dieta, y factores personales que hacen a la
adherencia a largo plazo del tratamiento.
También hay que
tener en cuenta que una reducción en el peso corporal lograda con
una dieta baja en calorías hace que disminuya la masa libre de
grasa, lo que es evitado cuando a esta dieta se le agrega el
ejercicio.
En esta
revisión también se buscará determinar si la oxidación de los
substratos energéticos es mayor en los ejercicios intermitentes o en
los continuos, y como influye esto en el mantenimiento del peso.
EFECTOS DE LA ACTIVIDAD FISICA A LO
LARGO DEL TIEMPO
Aunque la actividad física no sea el método más eficiente para la
perdida de peso inicial, parece ser crucial para el mantenimiento
del peso alcanzado, una vez que ha ocurrido la disminución del
mismo. Se ha demostrado que la mayor parte del peso se recupera a lo
largo de 6 meses a 4 años, al menos que el sujeto se torne y se
mantenga físicamente activo.
En el estudio de Mc Guire y col realizado en
1047 hombres y mujeres pertenecientes al National Weight Control
Registry, que perdieron al menos 13 kg de peso, con un promedio de
28 kilos a lo largo de 7 años, se vio que mantuvieron la perdida de
peso por lo menos un año. Una de las características más salientes
fue que los sujetos que mantuvieron la perdida de peso realizaban 1
hora o más por día de actividad física de moderada a alta
intensidad, basada en correr y ejercicios de fuerza (1)
Un estudio similar fue realizado por Di Pietro
y col en 4599 hombres y 724 mujeres a lo largo de 7 años y medio,
evaluaron la capacidad cardiorrespiratoria, el peso corporal y otras
variables clínicas. Se vio que cada minuto de incremento de tiempo
en la cinta de la primera a la segunda evaluación se asocio con un
9% de descenso de riesgo de una ganancia de peso de 5 kg en las
mujeres y 14% de descenso en los hombres, también se asocio con un
21% de reducción de riesgo de ganar 10 kg de peso en hombres y en
mujeres. (2)
Por otra parte, datos del National Health and
Nutrition Examination Survey (NHANES I) muestran que bajos niveles
de actividad física recreacional, a lo largo de 10 años, estuvieron
asociados con una ganancia de peso de 13 kg o más tanto en hombres
como en mujeres.
Pero, parecería
que lo importante para lograr una perdida de peso y mantenerla es el
gasto energético total que se logre con el ejercicio. Una revisión
encontró que para lograr una perdida de peso y mantenerla se
necesita un gasto energético mayor a 2500 kcal por semana. (3)
Otro estudio
determinó que debe haber un gasto energético por semana entre 1500-
2000 kcal para lograr el mantenimiento de peso corporal. (4)
Una fuerte evidencia muestra los beneficios
del ejercicio sobre la perdida de peso a largo plazo, el problema
siempre esta en lograr la adherencia al entrenamiento. (5)
A modo de
ejemplo se puede comentar un estudio realizado en hombres obesos de
mediana edad que realizaron durante 2 meses una dieta muy reducida
en calorías, seguido de 6 meses de un programa de mantenimiento de
peso (con supervisión) y de 23 semanas sin supervisión. Durante la
dieta el peso disminuyó de 106 a 91.7 kg (promedio), después del
programa el peso aumento a 99- 102 kg. El ejercicio no mejoro el
mantenimiento de peso a corto y a largo plazo comparado con el grupo
control. Un entrenamiento a una intensidad moderada no mejora el
mantenimiento del peso corporal a largo plazo debido a la pobre
adherencia al ejercicio. (6)
Sin embargo en un estudio realizado se vio que
la pobre adherencia al ejercicio era similar en mujeres obesas y en
mujeres con peso normal. (7)
Mas adelante se discutirá que tipo de
ejercicios son los más convenientes para lograr una mayor adherencia
en las personas obesas, y así lograr una reducción del peso
corporal.
Pero lo que no se puede discutir es
que el ejercicio es necesario para lograr un mantenimiento del peso,
así lo demostraron varios estudios donde sujetos obesos sometidos a
un plan de entrenamiento lograban disminuir de peso, pero al
abandonarlo el peso era recuperado rápidamente. (8- 9)
Esto se explica
gracias a algunos efectos que se logran con el ejercicio regular:
aumento del GMR, aumento de la actividad del sistema nervioso
simpático, disminución de algunos factores hormonales, todo esto
asociado a una disminución de la grasa. Por eso el precio de
abandonar el ejercicio es la ganancia de peso corporal, inclusive ni
los atletas están protegidos contra la compensación de ganancia de
peso que ocurre cuando se abandona el entrenamiento.
Estas
observaciones enfatizan la relevancia de que los obesos permanezcan
activos para facilitar el control de peso a lo largo del tiempo.
(10)
¿EJERCICIOS INTERMITENTES O CONTINUOS?
Aún no está bien esclarecido si en el tratamiento de la obesidad son
más beneficiosos los ejercicios intermitentes o los continuos.
Algunos
estudios se inclinan por preferir a los ejercicios intermitentes
como el realizado por Jakisic y col en 56 mujeres adultas obesas
sometidas a un entrenamiento 5 veces por semana, entre 20 y 40
minutos por sesión y divididas en dos grupos: aquellas que
realizaban varias sesiones cortas (EI) y las que realizaban una
sesión larga (EC). Estas mujeres también realizaron una dieta baja
en calorías (1200- 1500 kcal) con un 20% de grasa.
Se encontró una
mayor adherencia y perdida de peso en el grupo EI, pero en cuanto al
fitness cardiorespiratorio los cambios fueron similares. (11)
En otro estudio
realizado por Snyder y col también se demostró que la adherencia por
parte de mujeres obesas a un programa de ejercicios intermitentes
era excelente, aunque no hubo diferencias significativas en
comparación con las mujeres que realizaron ejercicios continuos en
cuanto a capacidad aeróbica, composición corporal, valores de
lípidos sanguíneos, de insulina y de glucemia. (12)
También se vio
una mayor adherencia en mujeres que realizaron ejercicios
intermitentes pero en su casa, las que también lograron un mayor
mantenimiento de su peso a largo plazo, ya que dedicaron mayor
cantidad de tiempo al ejercicio, encontrándose una relación directa
entre dosis- respuesta. (13)
Con respecto a
esto se puede agregar que también se encontró una mayor adherencia
al ejercicio realizado por mujeres obesas en la casa en comparación
con las que lo practicaban en grupo, encontrándose una mayor perdida
de peso en el primer grupo. (14)
Así mismo, se produjo una mayor adherencia
cuando a mujeres obesas sometidas a un plan de entrenamiento se le
realizaba un seguimiento con personal trainer o cuando se les
entregaba un incentivo económico por realizar el programa de
ejercicios. Los mayores beneficios se vieron cuando se sumaron ambas
variables. (15)
Al comparar
ejercicios intermitentes con intervalos cortos (IC) (6- 9 seg.) con
ejercicios intermitentes pero con intervalos largos (IL) (24-
36seg.) entre cada sesión, Christmass y col encontraron que el IC
producía un mayor Vo2 máx. y gasto energético tanto en ejercicio
como en reposo. También se vio que la oxidación de HC fue 1.3 veces
mayor en IL, mientras que las de lípidos fueron 3 veces menor que en
los ejercicios con IC, esto se debe a que la oxigenación muscular
fue menor en el grupo IL, lo que provoco bajos niveles de oxidación
de grasa, al mismo tiempo que se aceleraba el metabolismo
hidrocarbonado, provocando aumento de piruvato y de lactato. (16)
Sin embargo
otros autores se inclinan por los ejercicios continuos. En un
estudio se compararon a mujeres obesas que realizaban un
entrenamiento de ejercicios continuos (EC) a una intensidad del 60-
75% Vo2 máx., 3 veces por semana, con una duración de 30 minutos por
vez, con aquellas que realizaron un ejercicio intermitente (EI) 2
veces por día 15 minutos cada vez, 5 veces a la semana. El ejercicio
realizado era una caminata, la duración total del estudio fue de 18
meses. Los resultados obtenidos fueron: mejor capacidad aeróbica,
mayor pérdida de peso y una significativa disminución del porcentaje
de grasa corporal en EC. Los valores de colesterol HDL y de insulina
mejoraron en ambos grupos. (17)
En otro estudio
realizado por Schmidt, el objetivo fue evaluar si 10 minutos de
ejercicio 3 veces por día (3 x10) o 2 veces por día 15 minutos cada
vez (2 x 15) tenían los mismos efectos sobre el Vo2 máx. y la
perdida de peso que 1 vez al día 30 minutos (1 x 30). Los ejercicios
que se realizaron fueron aeróbicos al 75% de 3 a 5 veces por semana,
se acompaño de una dieta.
Se produjo un
aumento significativo del Vo2 máx., mientras que disminuyó
significativamente el peso, el BMI, la suma de los pliegues y la
suma de las circunferencias en los 3 grupos que realizaron
ejercicio, pero no en el grupo control.
Así, se llegó a
la conclusión que tiene el mismo efecto realizar ejercicio
acompañado de dieta varias veces por día o una sola vez por día,
mientras se realice el mismo tiempo. (18)
Lo mismo se vio en otro estudio realizado en
47 mujeres, pero sin restricción dietaria. (19)
Aunque en algunos estudios se encontraron mayores beneficios en
ejercicios intermitentes, y en otros se prefirió a los ejercicios
continuos, la diferencia entre ambos no fue muy grande, por eso se
puede concluir que en obesos sedentarios, ejercicios continuos o
intermitentes por un tiempo largo pueden ser efectivos para prevenir
ganancia de peso y mejorar algunas mediciones metabólicas. Aunque se
podría preferir a los ejercicios intermitentes por encontrarse
evidencia científica que demuestra una mayor adherencia por parte de
las personas obesas y con sobrepeso.
Fig. 1: Días dedicados durante la
semana al ejercicio aeróbico en mujeres sedentarias (grupo control),
mujeres que ejercitaban una vez al día 30 minutos (1 x 30), mujeres
que ejercitaban dos veces por día 15 minutos cada vez (2 x 15), y
las que realizaban 3 sesiones de 10 minutos por día (3 x 10). Se
observa que a lo largo de 12 semanas la adherencia disminuyó, pero
que se mantuvo mas en 3 x 10.
Schmidt WD, Biwer CJ,
Kalscheuer LK. Effects of long versus short bout exercise on fitness
and weight loss in overweight females. J Am Coll Nutr 2001
Oct;20(5):494-501
¿DIETA
SOLA, EJERCICIO SOLO, O DIETA MÁS EJERCICIO?
Combinar ejercicio y dieta reducida en calorías puede lograr una
disminución del peso entre 10- 15%. Para que esto ocurra es
necesario inducir un disbalance de macronutrientes, particularmente
un balance negativo de grasa. La finalidad de prescribir ejercicio
para bajar de peso es aumentar la oxidación de grasa y favorecer un
menor consumo de la misma, ya que la composición de la dieta es un
determinante muy importante a la hora de inducir un balance
energético negativo. (10)
En un estudio
realizado por Wing se vio una significativa reducción de peso con
ejercicio solo, comparado con el grupo control. (4)
Sin embargo, aún no se sabe con certeza los
efectos independientes de la dieta y del ejercicio en la perdida de
peso. Tampoco están claros los efectos del ejercicio sin perdida de
peso y su relación con los factores de morbilidad. En un estudio
realizado por Ross y col se dividieron a 52 hombres obesos en varios
grupos: a) inducción de la perdida de peso a través de ejercicio
solo, b) inducción de la perdida a través de dieta sola, c)
ejercicio sin perdida de peso, d) control.
Se encontró que el peso corporal y la masa
grasa disminuyeron en los dos grupos con inducción de la perdida de
peso (a y b), siendo mayor la perdida de masa grasa en el grupo que
realizó ejercicio comparado con el que realizó dieta. Lo mismo
ocurrió en cuanto a grasa abdominal subcutánea y visceral. El
fitness cardiorespiratorio aumentó un 16% en todos los grupos que
realizaron ejercicio. Se concluye que la perdida de peso inducida
por la realización de actividad física diaria sin restricción
calórica reduce la obesidad (particularmente la abdominal) y la
insulina resistencia en hombres obesos. El ejercicio sin perdida de
peso reduce la grasa abdominal y previene futuras ganancias de peso.
(20)
Otro estudio
similar pero realizado en mujeres obesas, se vio que la perdida de
peso se produjo en los grupos que realizaron dieta sola o dieta mas
ejercicio, sin que se produzcan grandes cambios en el grupo que
realizaba ejercicio solo. Los resultados indican que ejercicio
aeróbico moderado durante 12 semanas no produce grandes cambios en
la composición corporal, pero si mejora el fitness
cardiorespiratorio. (21)
Es importante destacar que un régimen para
bajar de peso combinado con un ejercicio aeróbico y/o de fuerza
muscular previene la normal declinación de masa libre de grasa, y
mejora la composición corporal, la fuerza máxima, el Vo2 máx.
comparado con la perdida de peso inducida por dieta sola. (22)
Con programas de entrenamiento
solamente no se logra una disminución de peso, ya que hay un cambio
en la composición corporal disminuyendo la masa grasa y aumentando
la magra.
Pero aunque no se logre el fin de disminuir de
peso, se pueden modificar otras alteraciones metabólicas. (23)
El declive del GMR que se produce con
la restricción calórica puede ser hasta del 20%. Esto puede ser
responsable de la situación de estabilización que alcanzan muchas
personas que hacen dieta, incluso cuando la ingesta de calorías
sigue siendo la misma.
Si a esto se le agrega que hasta un 25% de la
perdida de peso conseguida únicamente a través de una dieta puede
ser masa corporal libre de grasa, la mejor alternativa es combinar
actividad física con dieta ya que el ejercicio aceleraría la perdida
de grasa y mantendría la masa libre de grasa que previene el declive
del GMR asociado con la disminución de peso. (23)
Por eso es necesario el ejercicio,
pero hay que estudiar el tipo, intensidad, duración y frecuencia del
mismo.
INTENSIDAD DEL
EJERCICIO EN LA MODIFICACION DEL PESO
Una de las principales preguntas que hay que resolver es si es
relevante considerar la intensidad del ejercicio en un plan
destinado a reducir el peso corporal.
Teóricamente hay tres caminos en donde la
intensidad del ejercicio puede modificar el balance energético: a)
aumentando el gasto energético durante el ejercicio, b) aumentando
el gasto energético después del ejercicio, c) disminuyendo el
consumo energético después del ejercicio.
Con respecto al primer punto, se sabe que el
gasto energético aumenta a medida que aumenta la intensidad. Esto se
comprobó en un estudio que mostró que al aumentar la intensidad del
ejercicio, se producía un mayor estimulo en el metabolismo
energético y graso; y que una actividad a intensidad moderada (50%
Vo2 máx.) realizada 2- 3 veces por semana 20- 30 minutos por sesión,
representaba una actividad compatible con el estado de fitness y
salud del obeso, lo que no representaría un gran estimulo. Por eso
en personas obesas sin problemas cardiovasculares ni
musculoesqueléticos se recomendarían ejercicios de alta intensidad
(70- 75% Vo2 máx.) siempre bajo supervisión adecuada. (10)
Otro articulo también dice que ejercicios de
alta intensidad, debido a una disminución de las reservas
glucogénicas, puede llevar a un rápido ascenso en la oxidación de
grasa, que puede compensar el alto consumo de grasa dietaria de la
sociedad actual. (24)
Un estudio
realizado por Kanaley y col también sostiene que la oxidación de
grasa fue mayor en obesas sometidas a un ejercicio de alta
intensidad, pero sin grandes cambios significativos. (25)
En oposición algunos estudios realizados en
mujeres obesas y no obesas demostraron que no hay variaciones entre
ambas en los substratos utilizados en reposo y en ejercicio, pero
hay una mayor oxidación de lípidos en ejercicios realizados al 50%
Vo2 máx. comparados con los realizados al 75% Vo2 máx.(11, 13), esto
se debería a un aumento en la oxidación de los AGL. (26)
Esto esta apoyado por Coyle, quien muestra que
la oxidación de los trigliceridos intramusculares es mayor en un
ejercicio realizado al 65% del Vo2 máx, en comparación con el
realizado a 25% u 85% del Vo2 máx. (27)
Fig. 2: fuentes de lípidos utilizados en la oxidación de grasa
durante un ejercicio al 25% (caminar), 65% (correr a una intensidad
moderada) y 85% (correr a una intensidad alta) del Vo2 máx.
Coyle E. Fat metabolism
during exercise. Endocrinol Metab 1995; 21 :E 382- 389
Con respecto a los otros dos puntos, estudios
sugieren que ejercicios de alta intensidad pueden modificar tanto el
gasto como el consumo energético luego del ejercicio (28). Esto se
vio en un estudio donde se sometió a dos grupos a ejercicios de
diferentes intensidades (70- 75% y 40- 45% del Vo2 máx.),
encontrándose un mayor consumo de oxigeno y una mayor oxidación de
grasa en el grupo que realizo el ejercicio a alta intensidad. (29)
Pero en otro estudio donde se comparo a
sujetos obesos y delgados que realizaban ejercicios a igual
intensidad, la oxidación de grasa fue menor en personas con
sobrepeso en comparación con personas delgadas, lo mismo ocurrió con
el “crossover”. Esto se debe a que las personas con sobrepeso
tendrían alterado el balance de oxidación de substratos, por eso es
importante estudiar que tipo de ejercicio prescribir al obeso ya que
debe seguir un plan de entrenamiento individual. (30)
Pese a que entrenamientos a moderada
intensidad tienen un mayor gasto energético que los ejercicios
intermitentes de alta intensidad, estos últimos inducen a una gran
perdida de adiposidad subcutánea, aumentando también la oxidación de
lípidos en músculo esquelético. Se concluye entonces, que ejercicios
de alta intensidad facilitarían la regulación del balance
energético, ya que aumenta el gasto energético durante el ejercicio
y después del mismo. (28)
CONCLUSION
La obesidad es y será uno de los mayores problemas de salud, pero ya
no solo se evalúa la dieta hipocalórica a administrar, sino que cada
vez es mayor la importancia que se le da a la realización de un
plan de entrenamiento adecuado con el fin de disminuir de peso y
modificar las variables metabólicas alteradas.
Uno de los factores metabólicos presentes en
la obesidad es la baja oxidación de grasa y una disminuida actividad
física espontanea, ambas variables relacionadas con un alto
cociente respiratorio. (31)
Aun faltan muchas investigaciones para
determinar el ejercicio recomendado, pero parecería que el ejercicio
intermitente, mas allá de los cambios corporales y de peso que pueda
producir, logra una mayor adherencia en los pacientes obesos, lo que
favorece el mantenimiento de peso a lo largo del tiempo.
Por otro lado, se logran cambios a corto plazo
favorables en la composición corporal con un programa de ejercicio,
pero para lograr grandes cambios se necesita mantener el ejercicio
por mucho tiempo. (32)
Si bien dieta y ejercicio es la mejor
alternativa para un programa de reducción de peso, el ejercicio solo
ayuda a modificar alteraciones metabólicas, aunque no sea lo mas
adecuado para disminuir de peso.
En cuanto a la intensidad del ejercicio y
disminución de peso hay que seguir investigando, aunque esta claro
que ejercicios de moderada a alta intensidad mejoran la capacidad
cardiorespiratoria y facilitan la oxidación de grasa. Pero para
reducir el peso interesa lograr un balance energético negativo, que
se logra con dieta y con actividad física, la que debe tener un
gasto de entre 1500- 2500 kcal semanales.
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endurance training: the HERITAGE Family Study. American
Journal of Clinical Nutrition 1999 Sep, 70 ( 3); 346-352
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