1. Coste.
Incluso si ya tienes una rutina de entrenamiento en tu gimnasio, debes saber exactamente cómo usar las máquinas y si te merece la pena pagar por un entrenador personal. Los tiempos son difíciles para la mayoría de nosotros, por lo que haz balance de si realmente te beneficia utilizar los servicios de un entrenador personal. Pero eso significa que has de recortar gastos innecesarios, pero no en la salud.
2. Circunstancias.
Literalmente: Levántate una hora antes durante tres días a la semana y haz ejercicio a primera hora de la mañana, antes de ir al trabajo. Una vez estés trabajando, verás como todos es mucho más fácil y la toma de decisiones no te costará tanto. ¡No tires la toalla a la primera de cambio!
3. Opciones.
Ten un plan b por si un día no vas al gimnasio. Invierte para que puedas hacer ejercicios en casa: una colchoneta y dos pesas, no necesitas más. De esta manera cuando no tengas ganas de ir hasta el gimnasio o no tengas tiempo para salir a correr, tendrás un recurso para gastar tan sólo 30 minutos de tu día, en el deporte.
4. Registro.
Cuelga un calendario en un lugar de paso y dedícalo solo al seguimiento de tus entrenamientos. Cada día que no hayas hecho deporte, márcalo con una gigante “X” roja. Si te saltas 3 días de tus entrenamientos, tendrás que enfrentarte cara a cara con esas gigantes “X”s. Un recordatorio visual que hará que te pongas otra vez en marcha.
5. Auto motívate.
Siempre es más fácil de conseguir a través de algo. (Estímulo negativo – Refuerzo positivo). Los fines de semana, por ejemplo, planea algo divertido después del entrenamiento. De esta manera, el gimnasio será sólo una parada en el camino hacía otra cosa que en realidad estás deseando mucho más.
6. Ropa.
Otro método de motivación es comprarse ropa deportiva de vez en cuando. Además, la auto confianza y como te ves tú mismo irá creciendo gracias a que irás viendo cómo se van reduciendo tus tallas ostensiblemente mientras va pasando el tiempo. Comprarse unas zapatillas online, por ejemplo, hará que quieras desgastarlas del todo para comprarte unas nuevas.
7. Compañeros.
Sin duda lo habrás oído antes: Tener un amigo, colega, compañero… para hacer ejercicio te hace más apto para cumplir tu plan de acondicionamiento físico. Y para una motivación extra hacer un pacto: Compráis un tarro de vidrio y cuando uno falte añade 5€. Cuando el tarro haya llegado a una gran cantidad os podéis comprar algún tipo de gadget para el gimnasio o hacer running.
8. Música.
No hay nada peor que hacer un entrenamiento en silencio. Excepto tener que oír conversaciones ajenas de otras personas. O incluso escuchar una y otra vez la misma música de ambiente del gimnasio. Así que ya sabes, créate una lista de reproducción que te motive y te de energías. Te aconsejo que te las cambies cada semana.
9. Peso.
Los expertos en Fitness te aconsejaran que no te peses nunca. – Cuando estás en la construcción de músculo, el peso tiende a subir en vez de ir hacia abajo. Puede ser frustrante y desmotivador – No le des importancia a la balanza y si quieres, no te peses nunca. Es más, si un día tienes la tentación de comerte algún dulce, hazlo. (Siempre y cuando no sea habitualmente, deja pasar varias semanas).
10. Actividades.
En la mayoría de gimnasios ofrecen actividades grupales, desde yoga, danza, spinning o incluso bailes africanos. Dite a ti mismo que intentarás hacer una actividad nueva cada semana, para romper tus rutinas habituales. De este encontrarás nuevas actividades que hacer y otras a las que odiarás profundamente.