El concepto de salud que la población debe asumir supone pasar de una concepción individual a otra colectiva, adoptar una actitud preventiva más que asistencial y actuar comunitariamente. Para lograr estos objetivos hay que informarse y formarse.
Normalmente la información que se da sobre temas referidos a la salud suele ser a través de campañas en épocas puntuales o sobre temas concretos. Esta práctica es válida para ese momento y puede servir como apoyo o como punto de arranque para una actividad más estable. Pero eso, por lo general no ocurre, con lo que se queda en un mero flash en un momento determinado y no llega a calar en la población con la hondura necesaria. De ahí que considere más apropiado utilizar la formación para lograr los objetivos antes descritos.
¿Para qué una Educación para la Salud?
La United States Comittes on Health Terminology define la Educación para la Salud como "un proceso de orden intelectual, psicológico y social que comprende actividades destinadas a incrementar la aptitud de los individuos a tomar decisiones (con conocimiento de causa) que afectan a su bienestar personal, familiar y social".
Este proceso, inspirado en principios científicos, facilita el aprendizaje y el cambio de comportamiento tanto a nivel del personal de salud como de los consumidores (especialmente los niños y adolescentes)
En una encuesta realizada por el Consejo de Europa existía una gran diversidad de criterios en las definiciones que los distintos gobiernos dan a la Educación para la Salud. Desde la definición de Educación Sanitaria como un "concepto medicalizado" y ligado estrechamente a la labor de información médica o sanitaria por parte de profesionales (médicos/as o enfermeros/as), hasta la Educación para la Salud como medio para incrementar el conocimiento de los individuos e inculcarles algunos principios de acción para modificar la relación entre la salud y el medio físico y social, existen multitud de definiciones y aspectos sobre lo que los diversos países entienden por Educación para la Salud. No existe, pues, una definición que pueda calificarse de homogénea entre los países de Europa. Pero sí podemos hablar de unas bases o requisitos en los que todos los expertos están de acuerdo.
El término Educación para la Salud es una evolución más moderna que el de Educación Sanitaria. La Educación para la Salud no puede conceptuarse como una mera información médica o sanitaria, realizada por médicos o sanitarios exclusivamente, sobre temas generalmente de enfermedad y no de salud, utilizando los medios publicitarios usuales en lo que se denomina tradicionalmente Luchas y Campañas. Así, por ejemplo, están la mayor parte de las actuaciones en materia de vacunaciones, erradicación de algunas enfermedades, prevención de otras, etc.
La población a la que van dirigidas estas actuaciones se comporta únicamente como sujeto pasivo, recibe una información y pone muy poco o nada de su parte para alcanzar los objetivos propuestos.
La Educación para la Salud implica de entrada una información adecuada sobre el tema que se trate, no necesariamente proporcionada por profesionales sanitarios, pero a continuación, y como consecuencia de aquella, una concienciación individual sobre la responsabilidad propia en relación con su estado de salud y un cambio de comportamiento y actitudes hacia otras más saludables.
Las fases indispensables que comprende el moderno concepto de Educación para la Salud son las siguientes:
- Información con base científica.
- Concienciación responsable.
- Cambio de actitud o hábitos.
El individuo debe dejar de ser un sujeto pasivo y tomar una parte activa en el mantenimiento e incremento de su propia salud. La intervención de la comunidad en los programas de Educación para la Salud deben estimularse desde la fase inicial de planificación, aportando ideas y, sobre todo, los temas objeto de interés y salud.
El personal sanitario no tiene la exclusiva competencia sobre estos temas. Su papel está claro: Proporcionar la información técnica o las bases de la información científica para los programas de educación que se determinan, y actuar de mediador o "multiplicador" en lo que se refiere al cambio de comportamiento hacia otro más saludable. La deficiente formación que reciben los profesionales sanitarios en materia de medicina preventiva y el predominio de la asistencia curativa en las actuaciones en materia de salud, han alejado cada vez más al personal sanitario de la Educación para la Salud. En la mayoría de los países occidentales se están creando organizaciones de "consumidores de salud" que están estimulando las actuaciones de los gobiernos en materia de Educación para la Salud y que integran a sectores de la comunidad: maestros, educadores, empresarios, obreros, trabajadores sociales, asociaciones de vecinos y de padres, etc.
La creación de un sentido de responsabilidad hacia su propia salud y la de la familia y comunidad, es la aportación más importante de la nueva Educación para la Salud en contraposición a la Educación Sanitaria tradicional.
Por todo lo expuesto, creemos que, a la hora de una definición de Educación para la Salud, podemos elegir la aportada en la XXXVI Asamblea Mundial de la Salud y que es la siguiente:
"La Educación para la Salud es cualquier combinación de actividades de información y educación que lleve a una situación en la que la gente desee estar sana, sepa como alcanzar la salud, haga lo que pueda individualmente y colectivamente para mantenerla y busque ayuda cuando la necesite"
Por otra parte, "La Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud", establece lo siguiente:
“La Educación para la Salud es el proceso que proporciona a las personas los medios necesarios para ejercer un mayor control sobre su propia salud y así poder mejorarla. Para alcanzar un estado de completo bienestar físico, mental y social, cualquier persona o colectivo debe poder discernir y realizar sus aspiraciones, satisfacer sus necesidades y evolucionar con su entorno o adaptarse a él. La salud se contempla, por tanto, como un recurso para la vida cotidiana y no como un objetivo vital; se trata de un concepto positivo que potencia tanto los recursos sociales y personales como la capacidad física. En consecuencia, la Educación para la Salud no depende únicamente del sector sanitario; es algo que va más allá de los distintos estilos de vida sanos para aspirar a la consecución del bienestar”.
Segismundo Uriarte Domínguez
Experto en Educación para la Salud
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