Sin duda, el embarazo es un gran momento en la vida de la mujer y para que lo pueda disfrutar en plenitud durante los días más calurosos del año, se deben tener en cuenta una serie de recomendaciones. Si bien el calor y la humedad afectan a la mujer embarazada en sus actividades diarias, sólo excepcionalmente estos cambios pueden generar algún problema para el bebé.
Es conveniente evitar el sol del mediodía, que es el más fuerte y el que más afecta a la salud. Es muy importante el uso de protector solar porque durante el embarazo suele producirse una mayor pigmentación predominando la misma en la cara, la frente y en la línea media del abdomen (línea parda). El uso de protector atenúa en gran medida el impacto de estos cambios.
Si se va a salir, lo más aconsejable es utilizar prendas livianas de lino o algodón ya que son las telas menos propensas a generar erupciones o urticarias y no absorben tanto la luz del sol como las oscuras. La ropa debe ser holgada porque las ajustadas empeoran la circulación de la sangre. El calzado también debe ser cómodo y liviano para evitar la compresión de los pies, debido a que la presencia de edema es frecuente en esta época del año. Si se está dentro de un ambiente lo mejor es ventilarlo durante las primeras horas, aprovechando la brisa de la mañana, y el resto del día mantener el ambiente fresco con ventilador o aire acondicionado. lo mejor es ventilarlo durante las primeras horas, aprovechando la brisa de la mañana, y el resto del día mantener el ambiente fresco con ventilador o aire acondicionado.
Durante la tarde se recomienda descansar en un ambiente fresco y ventilado, lo que permite sobrellevar mejor las dificultades que genera la alta temperatura. Al descansar se recomienda hacerlo con los pies ligeramente sobreelevados para reducir la retención de líquido.
Con respecto a la alimentación, las recomendaciones que se establecen durante el embarazo cobran particular interés durante el verano y se acentúa la necesidad de su cumplimiento. Las comidas deben fraccionarse incluyendo entre cinco y seis comidas diarias, cada una de las cuales debe estar conformada por porciones de regular tamaño. Debe predominar la ingesta de verduras y frutas, además de lácteos y carnes magras. Los alimentos deben ser predominantemente frescos y naturales. En el verano, cobra gran importancia la necesidad de una adecuada hidratación por parte de la embarazada: es recomendable la ingesta de agua o jugos de fruta en todo momento, no menos de dos litros por día, sobre todo al deambular o al realizar algún ejercicio. La ingesta de abundantes líquidos mejora la circulación, reduce la retención de líquidos y permite eliminar toxinas.
En caso de estar en la playa, las recomendaciones expuestas anteriormente adquieren gran importancia, fundamentalmente en lo referido al uso de protector solar y en la necesidad de una hidratación constante. La embarazada puede bañarse en el mar lo cual es beneficioso para la circulación en los miembros inferiores, tan expuestos a la retención de líquido durante los últimos meses de embarazo.
Cómo actuar frente a los desmayos
Para prevenir los desmayos dos recomendaciones ya señaladas: evitar la exposición del sol al mediodía y, fundamentalmente, hidratarse constantemente. En caso de producirse un desmayo lo más apropiado es recostar a la embarazada en el piso y elevarle las piernas por unos minutos. Si el embarazo es avanzado, no debe permanecer boca arriba por un tiempo prolongado ya que esta posición puede ocasionar una caída brusca de la tensión arterial. Cuando la paciente recupera el conocimiento es recomendable darle líquidos por boca y dejarla descansando recostada sobre el lado izquierdo. Por supuesto que en estas circunstancias es siempre conveniente que reciba atención médica.
Cómo evitar los dolores y pesadez de piernas
Durante el embarazo el útero en crecimiento comprime la circulación venosa de la pelvis favoreciendo así la aparición de várices en las piernas con la consiguiente retención de líquidos. Habitualmente la misma se presenta como hinchazón o edema de pies y suele provocar dolor y sensación de pesadez. En el verano y en los últimos meses de embarazo, donde este cuadro predomina, es recomendable evitar la posición sentada y de pie en forma prolongada, ya sea caminando o colocando los pies en reposo en forma horizontal a la altura del cuerpo durante un lapso de veinte minutos. Otro recurso válido es el drenaje linfático, masaje cuyo objetivo es el de canalizar el líquido en exceso hacia la circulación. Este tratamiento puede realizarse utilizando gel a base de vegetales.
Prevención de celulitis durante el embarazo
Si bien la celulitis no tiene relación con el verano se pueden desarrollar hábitos saludables para su prevención. La celulitis se caracteriza por el depósito de grasa acumulado debajo de la piel y depende, entre otros factores, del aumento excesivo de peso, situación que durante el embarazo debe ser controlada a partir del cumplimiento de las recomendaciones alimentarias expuestas anteriormente y de la realización de alguna actividad física, preferentemente natación, yoga o caminatas programadas. Otras recomendaciones generales de la embarazada que cobran importancia en la prevención de la celulitis es la de evitar el cigarrillo, el café y el alcohol. El drenaje linfático también es una herramienta útil en la prevención de la misma.