Introducción
Mucho se habló y se habla de ejercicio físico, actividad física y deportes en niños y jóvenes y obviamente de sus beneficios de manera global, y recomendando permanentemente su práctica, muchas veces de manera genérica , sin reparar en las diferencias individuales derivadas de las experiencias de movimiento , niveles de salud y aptitud, es así que se hace indispensable conocer y saber concretamente los beneficios derivados de los distintos tipos de acciones de esfuerzo y así poder hacer la recomendación puntual en cada caso.
En principio debemos comprender que la escisión de los niveles de esfuerzo, en boga en estos momentos no hace más que compartimentar acciones que deberían comprenderse desde un punto de vista general, puntualmente debe abogarse por que los niños efectúen una mayor cantidad de ejercicio diario y NO para convertirse en atletas de alto rendimiento , puntualmente estamos preocupados y ocupados en encontrar el reemplazo del gasto calórico que se realizaba espontáneamente hace solo algunas décadas, y para suplementar ese gasto debemos focalizar nuestra tarea en proponer espacios de práctica y recreación , en lo posible cada vez mas masivos.
En el actual estado de conocimientos tenemos la ventaja de direccionar los esfuerzos a expensas de comprender con mayor profundidad los beneficios derivados de los distintos niveles de ejercicio.
De tal manera es que en este momento debe conceptualizarse el ejercicio desde distintos puntos de vista, que fuera de ser antagónicos , son estrictamente complementarios, y se sugiere una visón integradora y amplia adecuada a los tiempos que corren , por supuesto basada en la evidencia, por lo tanto hoy es necesario darle la importancia que realmente poseen a las actividades aeróbicas que durante década fueron la piedra angular de todas y cada una de las acciones preventivas efectuadas a partir de utilizar el ejercicio como herramienta terapéutica, y al hablar de su importancia real se intenta no sobredimensionar dichas acciones en desmedro por ejemplo de la actividad neuromuscular.
No es difícil comprender que desde un punto de vista netamente metabólico y si se quiere cardiovascular, la actividad aeróbica sería un ejercicio ideal para activar las vías de producción de energía oxidativa y con su estimulación sistemática en el largo plazo se optimizarán todas aquellas reacciones que tengan que ver con el metabolismo oxidativo con la consecuente combustión de lípidos y glúcidos, por otra parte la evidencia muestra que el incremento de estimulación sobre procesos oxidativas mejora la cantidad , tamaño y densidad del pool mitocondrial , situación que estaría creando las posibilidades reales para incrementar de manera importante el consumo energético.
Ahora bien, sería importante poner en consideración de todos aquellos profesionales no ligados esencialmente al ejercicio, el hecho de no soslayar la actividad de tipo neuromuscular ya que la optimización de este sistema va a ser lo que posibilite y cualifique un mayor gasto calórico, además de atender a otro tipo de cuestiones inherentes al mejoramiento de las posibilidades de ejercitarse, sobre todo en niños con sobrepeso y obesidad.
Inicio de una propuesta integradora
Muchas veces hemos oído, interpretado y aún recomendado actividades aeróbicas para la mayoría de los pacientes con sobrepeso, obesidad y/o factores de riesgo, a expensas de conocer y aceptar el enorme peso de la evidencia al respecto, y como muchas veces se observó, hemos enviado a los mismos a ejercitarse con 30´de ejercicio aeróbico contínuo, como por ejemplo caminatas, o la famosa fórmula de los cardiólogos “Camine 30 cuadras por día”. Mas adelante se comenzó a observar que la natación generaba un importantísimo gasto calórico y de paso el medio acuático sustentaba el peso de los sujetos, por consiguiente se reducía el stress mecánico, sin dejar de pensar que la opción de andar en bicicleta también se tornó aceptable, justamente por considerar la disminución de impacto articular.
Evidentemente las buenas intenciones y las interpretaciones sesgadas llevaron a cometer muchísimos errores pues pese a la buena voluntad de los profesionales que sugerían actividades, faltaba una visión integradora que supere este estado de cosas y a su vez permitiese interpretar que podrían existir caminos alternativos y variados para lograr el tan ansiado gasto calórico, logrando optimizar la performance individual, sin ir en detrimento de otros parámetros de salud.
La siguiente propuesta nace de la observación, de los problemas generados al intentar iniciar actividades de corte netamente aeróbico en pacientes que no tenían buena relación con su cuerpo y que por distintas causas eran o se habían tornado sedentarios, es decir que su gasto calórico semanal derivado de tareas de movimiento era muy escaso o casi nulo.
Este cuadro de situación se complementa con las siguientes características que se observan en sedentarios, situación que se potencia en tanto exista sobrepeso y obesidad:
1) Acortamientos musculares.
2) Debilidades musculares.
3) Inestabilidad.
4) Mala Postura.
5) Problemas articulares ligados a falta de movilidad o hipermovilidad causada por la inercia generada por el sobrepeso.
6) Muchas veces problemática en los apoyos.
7) Deficiente alineación de la columna generada por malas posturas y/ o sobrepeso.
8) Colesterol elevado.
9) Glucemia por sobre los valores normales.
10) Insuficiente acervo motor.
11) Déficits coordinativos en general.
12) Carencia de experiencias motrices que puedan generar independencia lúdica.
13) Exceso de actividades ligadas al sedentarismo, tiempo de estancia frente a la P.C., reemplazo de acciones de movimiento por video games como espacio lúdico, exceso de exposición a la pantalla de celulares para resolver innumerable cantidad de situaciones de la vida diaria tales como comunicarse, escuchar música, jugar con aplicaciones de celulares, llamar por teléfono, enviar mensajes de texto, estar conectados permanentemente al Chat, etc.
Es de pensar que niños con estas características NO ESTARIAN en condiciones de realizar actividades de tipo aeróbico contínuo, pues la sola exposición a una reiteración de esfuerzos cíclicos tales como el trote o la caminata necesitan de una preparación previa de la estructura osteoarticular y muscular, para que la acción realizada no genere STRESS MECÁNICO EXCESIVO.
También debemos pensar que desde el punto de vista netamente calórico la cantidad de calorías gastadas en una hora de caminata a baja intensidad realmente es despreciable, y si queremos intensificar esa tarea, las sensaciones de malestar, ahogo y “falta de aire”, serán de fuerte influencia justamente para que LOS NIÑOS RECHAZEN ESTE TIPO DE ACTIVIDADES, que aparte de no ser efectivas en cuanto al descenso de peso, son ABURRIDAS, por lo tanto quienes se encargan de regular las guías nutricionales deben tener en cuenta al recomendar el aumento de la cantidad de ejercicio que un niño deba realizar tendrán que situarse y recordar que hablamos de niños y en ese caso todas y cada una de las recomendaciones y sugerencias serán completamente diferentes de las que hagamos en adultos, en segundo término contactar a un especialista en la materia, o sea a un Profesor en Educación Física, para que a partir del trabajo conjunto este profesional pueda canalizar objetivamente las metas perseguidas por el pediatra o nutricionista.
Es interesante observar que ante esta situación , o sea la de recomendar ejercicio se generan las mayores dudas especialmente de los profesionales de la salud tales como nutricionistas y pediatras, esas dudas se deberán esencialmente al hecho que en sus carreras de grado difícilmente se haya tratado con la seriedad y el tiempo que se merece el área de actividad física y de fisiología del ejercicio, básicamente las recomendaciones dadas a los pacientes carecen de sustento suficiente en la mayoría de los casos y desgraciadamente en una gran cantidad de ejemplos se tornan autorreferenciales, no es difícil escuchar a médicos y nutricionistas decir “La natación es muy buena , YO LA PRACTICO” o “El tenis es un gran deporte , a mi me da mucho resultado”, también se ha escuchado el consejo “Deberías trotar en la plaza , yo lo hago diariamente y mira que bien estoy”, todo esto carece de seriedad y rigor, mucho se trabaja e investiga en estos términos y la información es abundante es así que ante este estado de situación se recomienda la lectura profunda de textos de fisiología del ejercicio y también comenzar a introducirse en la teoría del entrenamiento, ese acceso mejora notablemente las observaciones y clarifica al panorama , de tal forma nutricionistas y pediatras podrán tener fluido diálogo con Profesores en Educación Física que tengan a su cargo enseñar, dosificar, periodizar, administrar y evaluar “ QUÉ , COMO Y CUANTO EJERCICIO DEBE REALIZAR UN NIÑO CON FACTORES DE RIESGO O CON OBESIDAD INSTAURADA” .
De esta manera se terminará con sugerencias erróneas de actividades por parte de quienes no están formados en esta especialidad que es el Movimiento Humano.
Recomendaciones internacionales
En la actualidad existe un acuerdo tácito a nivel internacional y se habla aproximadamente de incorporar 6 a 9 horas de ejercicio semanal en pos de recuperar niveles histórico de gasto calórico , obviamente perdidos por los cambios en el estilo de vida que se dan como consecuencia de la modernización y automatización de muchas actividades diarias amén de la incorporación excesiva de alimentos hipercalóricos y una notable disminución de la cantidad de ejercicio espontáneo y/o conducido en nuestros niños.
Dentro de esa cantidad de ejercicio se recomiendan actividades vigorosas (OMS), y es allí donde encontramos la clave para nuestras recomendaciones, cuando de acciones vigorosas se habla, se entiende claramente la incorporación efectiva del trabajo neuromuscular como base de la optimización de toda la tarea física.
¿Por qué trabajo neuromuscular?
En principio porque se intenta optimizar pequeños segmentos corporales de manera analítica , aumentado de tal manera el metabolismo celular local, estimulando también a que se desarrolle una mejora importante en el aporte de sangre a esos tejidos regionales, con el consecuente incremento de nutrientes y oxígeno.
Es así que se irán fortaleciendo, movilizando y flexibilizando pequeñas estructuras que permitirán una mejor independencia de movimiento además de una importante percepción subjetiva del propio cuerpo y los distintos niveles de esfuerzo.
Con el trabajo muscular localizado, también se logrará mejorar la estabilidad, en principio articular y luego general, esta estabilidad, alejará al niño con sobrepeso del riesgo que representa desplazar una masa inerte como lo es el exceso de grasa (Sobrepeso) que finalmente incrementará demasiado la inercia actuante sobre las articulaciones, de allí la propuesta de fortalecer primero, para luego encarar tareas de desplazamiento tal y como son las carreras aeróbicas y las caminatas. Finalmente podemos afirmar que con trabajo muscular no solo se optimizará el gasto calórico, sino que será decisivo el mismo para preparar la estructura corporal y que disminuya el impacto del sobrepeso sobre la estructura osteoarticular.
Pensando en recomendar este tipo de estimulación altamente efectiva y comprobada debemos recordar que:
* La masa muscular se incrementa de forma sostenida desde el nacimiento hasta la adolescencia, y debemos acompañar ese proceso, recordando que una mayor masa muscular incrementará el gasto calórico, en reposo y en esfuerzo por incremento de su Tasa Metabólica.
* En niños el ritmo de incremento de la masa muscular alcanza su punto máximo en la pubertad, cuando la producción de testosterona aumenta considerablemente, las niñas NO experimentan ese fuerte aumento de su masa muscular.
* Los incrementos de la masa muscular en los niños y niñas son consecuencia principalmente de la hipertrofia de las fibras, con poca o ninguna hiperplasia, y con el consecuente aumento de su tasa metabólica.
Dependiendo la acumulación de grasa de los hábitos dietéticos, de la herencia y de la cantidad de ejercicio, es importante reafirmar el concepto de estimular el trabajo neuromuscular en niños, favoreciendo así la configuración de un importante background que rendirá sus frutos a la hora de ejercitarse plenamente disfrutando de su cuerpo y el movimiento.
¿Y EL ENTRENAMIENTO AERÓBICO?
Por siempre el entrenamiento aeróbico va a ser uno de los pilares fundamentales en todo tipo de situación donde se pretenda incrementar los niveles de salud y aptitud de las personas y mas aún cuando hablamos de niños que se encuentran en pleno desarrollo de sus capacidades y potencialidades biofuncionales, solo que debemos ser precisos en cuanto a la diagramación de los esfuerzos, dándonos la posibilidad de pensar , que este tipo de ejercicio NO ES EL ÚNICO, y tampoco reemplaza a ninguna de las tareas de movimiento, la importancia real del ejercicio aeróbico estará sindicada por el importante estímulo que el mismo provoca sobre los sistemas cardiovascular, respiratorio y metabólico, incrementando notablemente los niveles de resistencia orgánica en tanto se lo estimule adecuadamente, es así que abogamos por sugerir tareas aeróbicas fraccionadas e intermitentes , obviamente ligadas a acciones lúdicas, pues básicamente la esencia del trabajo aeróbico en niños debe respetar ese tipo de características propias de su edad y de su perfil fisiológico, citemos por caso los juegos infantiles y observemos si alguna vez un niño se pone a “Trotar” por si solo alrededor de una plaza, es bastante improbable que veamos eso, pero SI veremos a niños corriendo rápidamente, frenando, y arrancando infinidad de veces en sus juegos, por ejemplo en las manchas realizadas en los patios de escuela, o en los deportes de equipo , hoy la ciencia nos dice que ese tipo de ejercicio no solo respeta intereses y necesidades de los pequeños, también incorpora esa interesante combinación de ejercicios de tipo neuromuscular con ejercicios aeróbicos, y ese es el verdadero objetivo que deberíamos perseguir bajo las siguientes pautas, DIVERSIÓN, ESTIMULACIÓN AERÓBICA INTERMITENTE O FRACCIONADA, TAREAS NEUROMUSCULARES, Y RESOLUCIÓN PERMANENTE DE SITUACIONES MOTRICES.
Seguramente estas acciones derivarán en un mayor gusto de los niños por el movimiento que la simple recomendación de “Caminar o trotar veinte minutos continuos”, además de incrementar de manera exponencial su gasto calórico.
Estas definiciones nos llevan a pensar que no debería existir ninguna estrategia de prevención y tratamiento de la obesidad infantil que NO cuente con ejercicios de tipo muscular y ejercicios aeróbicos, sin olvidar que es muy importante recomendar acciones vigorosas adecuadas por supuesto a la etapa de crecimiento y desarrollo que esté atravesando cada niño. Siempre dentro del marco de actividades recreativas.
¿EXISTE ENTONCES UNA ANTINOMIA ENTRE TRABAJO MUSCULAR Y TRABAJO AERÓBICO?
Quizás este fue un eje de discusión marcadamente fundamentalista probablemente defendiendo posturas que tengan que ver mas con algún tipo de ideología que con las verdaderas necesidades de estimulación que tienen nuestros niños, poseemos esencialmente una estructura y la misma basa su accionar en la función, es así que sería descabellado pensar en un entrenamiento metabólico sin observar el trabajo muscular, o por ejemplo creer que si encaramos un trabajo netamente muscular no habrá ningún tipo de influencia significativa sobre el sistema cardiocirculatorio, quien puede “APAGAR” el funcionamiento de un sistema en tanto se estimula a otro?, sin dejar de pensar que en el ámbito de la regulación y el control, tanto el sistema nervioso como el endocrino van a tener su rol específico en tanto nuestro cuerpo se vea obligado a trabajar mas, lo que importa realmente es que se pueda pensar que la SINERGIA entre trabajo aeróbico y entrenamiento neuromuscular será esencial para acceder a niveles óptimos de salud y aptitud, en consecuencia la recomendación inicial que debería partir de cada consultorio de nutrición debe ser la de realizar ejercicio físico donde se asegure el desarrollo de aptitudes aeróbicas así como también del área neuromuscular y obviamente si dejar de pensar en las capacidades perceptivo cinéticas donde el equilibrio, la agilidad , la coordinación, la estabilidad y la combinación de tareas corporales en general, establecerá la base de motricidad necesaria para salir del estado de sedentarismo y comenzar a disfrutar específicamente del cuerpo y el movimiento, por eso este tipo de acciones debe contar con el respaldo profesional de quien se formó académicamente en esta área y así poder ajustar todos los parámetros que estimulen y acompañen a los niños en el fascinante camino del movimiento.
Fuentes energéticas y ejercicio
En muchas ocasiones se discutió y teorizo en relación al ámbito fisiológico específico, o área funcional metabólica donde debería estimularse prioritariamente a los niños para evitar que desarrollen la problemática del sobrepeso, es así que mucho se defendió el trabajo aeróbico de baja intensidad con la firme intención de activar las vías de provisión energética de tipo lipídicas, teorizando así sobre la posibilidad de una mayor movilización de ácidos grasos, también se afirmó rotundamente que los niños NO DEBÍAN ingresar en esfuerzos de orden anaeróbico lactácido, sustentados por el metabolismo de los carbohidratos a partir de la glucólisis rápida, también llamada sistema anaeróbico láctico, o quizás algunos se apoyaron en el hecho de estimular actividades de muy alta intensidad, donde la fuente energética fuesen los fosfágenos (sistema ATP-PC).
Seguramente estaremos ante otra discusión estéril, pues a quien se le ocurriría efectuar esfuerzos que no estuviesen adecuados para la edad, (al menos en tratamientos) como es el caso de esfuerzos anaeróbico lactácidos en niños, pero de todos modos este no es el mayor problema, el problema en si estaría en unidireccionalizar los esfuerzos en niños, dejando de lado así las posibilidades naturales de movimiento que posee nuestro organismo.
¿Qué podemos afirmar como conclusión? fundamentalmente que los niños Deben arribar todo tipo de intensidades y niveles de esfuerzo, siempre adecuados a su etapa de crecimiento y desarrollo.
Por último
Seguramente lo antedicho motivará la lectura de material complementario y el cotejo con bibliografía específica de Fisiología del Ejercicio, este ejercicio permitirá ampliar la visión que cada lector hubiese tenido sobre el Ejercicio Físico, y así podrá recomendar con mayor fundamento la incorporación del esfuerzo a todo tratamiento preventivo o correctivo de obesidad infantil, por lo tanto es importante recordar que.
1) Quienes están bajo nuestra observación son niños, por lo tanto las sugerencias de esfuerzo deben ser adecuadas a su estadio evolutivo, físico, psíquico y social.
2) Para efectivizar los programas se deberá trabajar en equipo con profesionales de la Educación Física, con experiencia en niños.
3) Los esfuerzos deben ser programados teniendo en cuenta la mayor variabilidad de acciones, con distintos aportes energéticos, respetando así la versatilidad de las fibras musculares, su inervación, su irrigación y su metabolismo.
4) El trabajo aeróbico es un pilar fundamental de nuestra salud, pero debemos entender la importancia de estimular todas sus áreas y niveles de intensidad, así como también todas y cada una de las metodologías utilizadas para abordar estos niveles , es así que debe solicitarse entrenamientos intermitentes, fraccionados y continuos, por supuesto adecuados a la etapa evolutiva de cada niño.
5) No debe faltar jamás el entrenamiento neuromuscular, el mismo acompañará al normal crecimiento y desarrollo y por supuesto optimizará el gasto calórico total, sin dejar de pensar en la fabulosa activación del metabolismo celular local, que incrementa su actividad enzimática y optimiza todas y cada una de las vías de provisión energética.
6) Siempre debe reconocerse el componente lúdico y quizás aquí esté la clave de la permanencia de los niños en este tipo de programas, donde se debe estimular permanentemente que puedan incorporarse en actividades grupales, tal es el caso de los deportes y clases adecuadas a cada edad.
Concluyendo
La estimulación del movimiento en niños es algo MUY SERIO, que no ha tenido aún el tratamiento que merece en el ámbito terapéutico pues a lo largo de estos años permanentemente se adaptaron programas de adultos, discutiendo si se efectuaban actividades musculares o aeróbicas o técnicas alternativas, muchas veces sin conceptualizar el nivel de esfuerzo y foco metabólico del mismo.
Hoy estamos en condiciones de afirmar que todos los niños deben realizar tareas aeróbicas y neuromusculares, sin descuidar las acciones de tipo perceptivo motriz, de esta forma no solo se incrementará el gasto calórico, también se optimizarán las acciones enzimáticas, mejorarán los valores cardiovasculares, se potenciarán las acciones metabólicas , se fortalecerá el sistema óseo, se mejorarán las estructuras articulares, este contexto motriz cualificado generará una mejor aceptación de la propia imagen corporal, esto a su vez brinda confianza, bienestar, mejora el ánimo y la energía diaria, y quizás aquí este un de las claves principales para que estos programas no fracasen.
Es así que nuestra recomendación final es que los niños hagan EJERCICIO FÍSICO diariamente, en los posible entre 45 y 60´, con acciones multivariadas desde el punto de vista aeróbico y neuromuscular, arribando a la mayor diversidad de niveles de esfuerzo y en los posible incorporados efectivamente a prácticas grupales, pero siempre en manos de profesionales y bajo una mirada interdisciplinaria.
(*) Profesor Universitario en Educación Física/U.N.L.P., Especialización en Medicina y Ciencias Aplicadas al Ejercicio y el Entrenamiento/U.N.L.P. Antropometrista I.S.A.K., Entrenador Deportivo, Instituto Nacional de Deportes-Argentina.
