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Autor: Mariano Procopio |
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CONCLUSIÓN
Para empezar, comentaremos que la composición de estas bebidas es un tema aun abierto con multitud de trabajo, con importantes intereses comerciales, tanto en componentes y concentraciones. Durante muchos años se sostuvo que: I. El consumo de bebidas que contenían > 2.5% de carbohidratos podía comprometer el vaciado gástrico y por ello incrementar el riesgo de deshidratación, enfermedades por calor o alteraciones estomacales. II. Las soluciones de maltosa (un polímero de glucosa) podían ofrecer una ventaja para el atleta debido ya que podía suministrar mas hidratos de carbono sin comprometer el vaciado gástrico, esto fue pensado debido a la baja osmolaridad de esas soluciones[54].
Sin embargo recientes estudios sugieren que esas suposiciones son
incorrectas[55]
[56].
Cuando se reduce el tiempo de vaciado gástrico, se presenta un gran problema, los fluidos contenidos en esa bebida demoran en pasar a los tejidos, con lo cual se retrasa la hidratación.
Costill
y Saltin fueron los primeros en demostrar que las bebidas con
concentraciones de azucares simples > 2,5 se vaciaban del estómago más
lentamente que el agua.
Estos resultados fueron confirmados por Coyle y otros quienes
encontraron que una bebida comercial para deportistas tenía 4,5% de
glucosa y fructuosa eran vaciadas del estómago más lentamente que un
placebo de agua
Foster y otros encontraron que las soluciones que contenían
grandes cantidades de hidratos de carbono se retrasaban el vaciado gástrico,
pero que una solución del 5% de maltosa se vaciaba más rápido que la
misma solución de glucosa. Por lo tanto sugerían que las soluciones de
glucosa > 2,5 % no deberían recomendar los entrenadores a los
atletas durante competencias aeróbicas prolongadas especialmente en
ambientes calurosos.
También
aconsejaban utilizar maltosa en lugar de glucosa ya que repondría los
fluidos más rápidamente, debido a su menor osmolaridad, es decir el
vaciado gástrico sería más rápido.
Con el pasar de los años y en busca de la mejor bebida para
reponer líquidos durante las competencias aeróbicas prolongadas, se
comenzó a realizar muchos estudios con el objetivo de encontrar la fórmula
ideal de bebida repositora de líquidos.
Neufer y Mitchell no encontraron diferencias significativas en el
vaciado gástrico entre el agua y soluciones de hidratos de carbono
entre el 5% y 7,5 % el estudio fue más que amplio ya que se realizaron
pruebas con glucosa, fructuosa, sacarosa, y maltosa.
Con estos estudios la hipótesis sostenida en los años setenta
empezaban a perder credibilidad, ya que tampoco encontraron diferencias
apreciables Davis, Lamb, Burgerss, Reher y Brouns.
Davis y Jackson no solo no encontraron diferencias, sino que con
bebidas al 6% de hidratos de carbono encontraron beneficios en la
perfomance retrasando la fatiga en ejercicios intermitentes de alta
intensidad.
Más tarde Davis y Burguess recomendarían la utilización de
soluciones con hidratos de carbono entre el 2,5 y 10% ya que aseguraban
que dichas soluciones con los porcentajes de hidratos de carbono
mencionados no retrasaban el vaciado gástrico y aumentaban la
perfomance.
Cabe destacar que dichos estudios fueron realizados en distintos
países del mundo, es más en distintos continentes, lo cual crea una
tendencia al hecho que se va fortaleciendo la idea de ingerir bebidas
con hidratos de carbono entre el 2,5 y 6 ó 7 % para aumentar el
rendimiento deportivo
Los estudios fueron realizados con el método del D2O
como marcador para establecer los niveles de vaciado gástrico. Está
demostrado que dicho método que se viene utilizando últimamente es válido
y fiable para realizar dicha medición durante los ejercicios aeróbicos
prolongados.
De la entrevista realizada al Dr. Lentini, podemos resumir su
apoyo total e incondicional a suministrar a los atletas bebidas isotónicas
a los atletas durante las competencias de larga duración especialmente
en días calurosos y húmedos. El doctor recomendó dichas bebidas con
porcentajes de hidratos de carbono entre el 2,5 y 7 %.
Aunque el contenido de una óptima bebida deportiva aún se está
debatiendo, parece ser que las bebidas con hidratos de carbono y
electrolitos con concentraciones de carbohidratos entre el 2,5 y 7 %
probablemente no se absorban más lentamente que el agua y por ello no
comprometerían la reposición de fluidos.
Los
HC con los componentes calóricos más importantes de estas soluciones,
siendo substancias osmóticamente activas, debiendo controlar las
cantidades para evitar osmolaridades altas. Debiendo utilizarlos
independientemente de la duración de la prueba, ya que, en las
cantidades aconsejadas no tendrá consecuencias negativas. Se pueden
aceptar concentraciones desde 40 hasta 100 gr./l., pero la capacidad de
oxidación completa nos limitaría a un máximo de 50 - 60 gr., con una
solución del 6 al 8% de CHO en el agua.
Por otra parte estas bebidas ofrecen la ventaja de añadir
hidratos de carbono durante el ejercicio prolongado intenso, lo cual según
las investigaciones mencionadas incrementaría el rendimiento físico,
debido a que mantienen los niveles de azúcar en sangre.
La presencia de bebidas carbonatadas tampoco parecerían
comprometer el vaciado gástrico, ni producir alteraciones gástricas
durante el ejercicio prologado, pero cabe mencionar que algunos
investigadores advirtieron que ciertos atletas podrían sufrir malestar
estomacal a causa de la efervescencia, con lo cual se debería evaluar
si suministrar bebidas carbonatadas o no.
Por otro lado el uso de iguales concentraciones de maltosa que
azucares simples no pareció suministrar ningún beneficio extra en términos
de reposición de fluidos.
La
inclusión de electrolitos y vitaminas es un tema muy discutido, aunque
el uso de vitaminas, según los autores, es poco efectivo.
En
cuanto a los electrolitos, debemos de partir de la idea que los
deportistas realizan una dieta adecuada, en las que el aporte de sodio,
principalmente, es el suficiente. En este caso no es demasiado eficiente
la ingesta de estos minerales. Creando problemas de deshidratación en
el caso de una ingesta excesiva, al aumentar la presión osmótica en
las células. Además, el entrenamiento continuado produce la adaptación
en el sujeto, por la que las perdidas de Sodio se ven disminuidas, por
lo que problemas como la hiponatremia son difíciles de observar.
La
inclusión de iones de sodio, se vería avalada, por la ayuda al vaciado
gástrico, absorción intestinal y mantiene el volumen de liquido
extracelular estable. También podíamos considerarlo como preventivo,
en pruebas de más de 3 horas, con una actividad física intensa y en un
ambiente muy caluroso, donde se perderán ciertas cantidades, aunque
poco importantes. En estos casos las cantidades no excederán de 10 a 25
mmol./l.
El
resto de electrolitos como K y Mg, que se pierden en mayor o menor
medida, no resultan imprescindibles.
Las
condiciones de osmolaridad de la bebida deben ser similar a la del
organismo, convirtiéndole en una aspecto fundamental, ya que si esta
fuese superior provocaría el secuestro de agua desde todo el organismo
hacia el tubo digestivo, para diluir el preparado, hasta llegar a la
isosmolaridad y absolverse a la circulación. Por tanto, la osmolaridad
esta muy relacionada con el tiempo de absorción, aspecto muy importante
en las actividades físicas. La osmolaridad dependerá de las
concentraciones de la solución, con componentes como HC y electrolitos,
encontrándonos dentro de los limites adecuados si cumplimos con las
recomendaciones de concentración hemos realizado anteriormente.
Las
características recomendadas debe modificarlas según aspectos como las
condiciones climatológicas, la intensidad del ejercicio, o el principal
objetivo a conseguir con la ingesta.
De
esta forma, a mayor temperatura ambiental, la solución se debe desviar
hacia un mayor aporte de agua, haciendo la solución más diluida, sin
embargo, a más intensidad de ejercicio mayor concentración, dentro de
los limites fisiológicos. Por ultimo, si queremos hidratar
principalmente, la concentración será menor, que si el objetivo es
aportar nutrientes, donde la aportación de CHO será mayor, siendo la
concentración más alta.
Para
determinar la cantidad de reposición idónea debemos tener en cuenta el
contenido del estomago que pasa al intestino varia entre 10 y 15
ml/Kg./h lo que supone un vaciado gástrico de 600 a 1000 ml/h. esta
cantidad nos debe orientar sobre la cuantía de la reposición que
evidentemente no podrá estar por encima del vaciado. También, en este
sentido, debemos tener en cuenta que la ingesta de liquido deberá ser
mayor a las posibles perdidas, obligando a cumplirlo, intentando evitar
la posible deshidratación por inhibición de los osmoreceptores, lo que
no permitiría al sujeto sentir sed. Por otro lado, la cantidad no debe
ser muy por encima de las necesidades para evitar el efecto contrario.
La
frecuencia de ingesta idónea es alta, ya que se recomienda tomar líquidos
en pequeñas cantidades. Su ingesta debería realizarse cada 15 - 20
min. Este aspecto estará muy relacionado con la osmolaridad de la
concentración, aspecto tratado anteriormente.
Los
mejores vaciados gástricos se producen para líquidos con temperaturas
entre 10 y 15 °C, por lo que los líquidos deberán estar entre estos límites.
Debemos
tener claro que los preparados que realicemos deben estar adaptados a un
sujeto determinado, ya que depende de cada uno las perdidas y
necesidades de ingesta. De esta forma, lo más recomendable es la
experimentación con este tipo de soluciones durante los entrenamientos,
realizando evaluaciones de entrenamiento percibido, y si fuesen posible
controles de peso para determinar las necesidades personales. Los preparados comerciales, si nos inclinamos por su aplicación, presentan unas características determinadas. Destacando sus elevadas condiciones de osmolaridad, debido a la variedad y cantidades de componentes, por lo que sería conveniente diluirlas antes de su ingesta. Su uso es poco recomendable, ya que sus características están muy condicionadas por los aspectos comerciales, dirigiéndolas al mayor numero posible de deportistas.
Necesidades
de hidratación en deportes de equipo. Perspectivas futuras de
investigación
Como
decíamos anteriormente la inmensa mayoría de los artículos revisados
investigaban el tema desde el punto de vista y bajo las condiciones de
los deportes individuales, generalmente con una duración elevada. Es de
suponer que en estos deportes, como la maratón, ciclismo, ... este
aspecto puede resultar fundamental, pero su aplicación en deportes de
equipo, con unas características diferentes a las expuestas, puede ser
interesante, sobre todo, a la hora de mantener un rendimiento deportivo
constante a lo largo de la competición. Es sobre estos deportes en lo
que queremos reflexionar sus necesidades y proponer, como línea de
investigación futura, las características de los líquidos a emplear.
Entre
los autores que tratan el tema desde el punto de vista de estos deportes
encontramos a Burke, L. y Hawley, J. (1997), quienes consideran que las
acciones principales se caracterizan por necesitar de esfuerzos máximos
con intervalos de menor intensidad. Cada uno de estos deportes está
asociados a unas perdidas, y por tanto, a un impacto físico y mental
diferentes. Este tipo de actividad posee unas características muy
diferentes a los deportes individuales. Debemos tener en cuenta que el
trabajo realizado es intermitente, por tanto, muy impredecible. Además,
cada equipo posee diferentes características, haciendo que el grado de
variabilidad entre equipos, incluso, entre los jugadores de un mismo
equipo sea muy alto. Esto se traducirá, en una mayor dificultad en
anticipar las perdidas en cada deportista. Por otro lado, los deportes
de equipo favorecen la rehidratación, ya que dan mayor numero de
oportunidades de ingerir volúmenes adecuados de líquidos. Ryan, M.
(1997), comprobó que el uso de soluciones hidroelectrolíticas con
carbohidratos es interesante en estas actividades de esfuerzos
intermitentes, de carácter moderado a altas intensidades.
Burke,
L. (1997), siguiendo dentro de la idea anterior, expone aspectos
interesantes, dentro de las condiciones ambientales, a la hora de
considerar la posible deshidratación en deportes como el baloncesto.
Nos indica que este tipo de actividades se realizan en ambientes
calurosos, con temperaturas superiores a los 25 °C., en ocasiones, y
humedad del 60%. Este aspecto puede agravarse por el tipo de uniformes
deportivos que se suelen usar.
La
principal vía de solución a este problema, Burke, L. (1997), la dirige
hacia una comprensión por parte de los deportistas de sus necesidades
de rehidratación, sugiriéndoles las pautas necesarias, teniendo en
cuenta que tanto en los entrenamientos, como en la competición, la
ingesta debe adaptarse a cada individuo.
Broad,
E., Burke, L., Cox, G. y otros (1996), midieron las perdidas de peso en
el baloncesto de élite, así como controlaron la ingesta de líquidos
durante la prueba. Las perdidas no fueron tan altas como se podía
esperar en pruebas en recintos cerrados, como era el caso. Las causas
que determinaron fueron el uso individual de botellas de liquido, en
algunos casos ingestaron varias, los cambios que se realizan en este
deporte entre jugadores, permitiendo el descanso, la duración y numero
de paradas durante el juego y las propias características de los
individuos. Todo ello muy a tener en cuenta para su aplicación. En cuanto a las características de las soluciones a emplear, pienso, que no deben diferir mucho de las propuesta anteriormente para la aplicación en deportes de larga duración. Siendo la composición la misma, pudiéndose variar las cantidades, y por supuesto, adaptada a cada sujeto, rompiendo con el uso de una misma botella para todo el equipo, sin control de la ingesta de cada sujeto.
[54]
Foster C., Costill D.L. Fink W.J. Gastric emptying characteristics of
glucose and glucose polymer solutions. Res Q Exerc Sport
1971;51:299-305.
[55]
Candas, V. et al.: Hydration during exercise. Effects of thermal and
cardiovascular adjustments. Eur J Appl Physiol 1986;55: 113-122.
[56]
Owen M, Kregel K. Effect of carbohydrate ingestion on
thermoregulation, gastric emptying and plasma volume during exercise
in the heat. Med Sci Sports exerc 1986;18 568-75 |